Puigdemont asomará a Sánchez otra vez al abismo tras el fiasco del catalán en la UE

Los independentistas retoman la contrariedad con el PSOE ante el incumplimiento de los pactos alcanzados al inicio de la legislatura

Miriam Nogueras y José Manuel Albares.
KiloyCuarto

El Gobierno sobreactuó tanto como pudo con la negociación comunitaria para lograr la oficialidad del catalán, el euskera y el gallego en las instituciones europeas, pero el esfuerzo fue en vano. El chasco fue mayúsculo, puesto que la votación quedó aplazada ante el rechazo de 10 de los 27 de la UE. Casi de inmediato, el Gobierno trató de aplacar los ánimos de Junts, principal instigador de esta iniciativa que los independentistas consideran crucial para mantener a flote la frágil alianza con el PSOE. “Saben (en Junts) que hemos sudado la camiseta”, trató casi de disculparse la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría.

Pero la contrariedad de Junts, que ya amenazó en diciembre con romper la baraja con el PSOE, ha regresado a pesar de que la reacción de urgencia consistió en culpar al PP de usar sus contactos internacionales para boicotear la oficialidad del catalán en las instituciones europeas. “Conspirar con terceros países es de todo menos lealtad”, acusó el líder de Junts, Carles Puigdemont, al presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo. En privado, no obstante, el malestar de Junts también alcanza al Gobierno del PSOE porque ven que pasan los meses y que no se cumplen los compromisos adquiridos entre ambas formaciones.

Sin los deberes hechos

La cuestión del catalán en Europa puede ser el game over (fin del juego)”, dicen ya en el entorno de Puigdemont, desesperados porque no logran el rendimiento político que esperaban de la alianza con el PSOE. Comentarios como “el Gobierno sigue sin hacer los deberes” circulan entre los soberanistas, que avanzan que habrá que volver a medir en qué punto están las cosas con el PSOE sin dar brillo alguno a las gestiones realizadas por el titular de Exteriores, José Manuel Albares, con la oficialidad de catalán, euskera y gallego.

El pasado mes de febrero, tras llevar la amenaza de ruptura con el PSOE al límite, Junts optó finalmente por retirar en el Congreso la propuesta de resolución en la que reclamaba una cuestión de confianza a Sánchez. Dio marcha atrás, argumentó, porque el mediador internacional, el diplomático salvadoreño Francisco Galindo, así lo reclamó con el propósito de habilitar “un tiempo de prórroga” para dar pie a que los acuerdos entre ambos cristalizaran. Fue básico también el papel de José Luis Rodríguez Zapatero, que mantiene una interlocución directa con Puigdemont.

Sin amnistía a la vista

Pero tres meses después no hay tal oficialidad del catalán en las instituciones europeas. Tampoco se vislumbra inmediatez para que Puigdemont disfrute de la deseada amnistía, puesto que el Tribunal Constitucional debe pronunciarse, en un principio, este mes de junio sobre el recurso presentado por el PP, pero el Supremo ya dejó por escrito que se reservaba la posibilidad de presentar una cuestión prejudicial al Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) en el caso de dar luz verde a su aplicación, lo cual frenaría nuevamente la medida de gracia.

Así que Junts no tiene triunfos que exhibir ante su parroquia, mientras se mantiene de inestable muleta de un Gobierno de coalición cercado por varios casos de presunta corrupción (el caso Ábalos ya alcanza al número tres del PSOE, Santos Cerdán) e incluso de guerra sucia (con la fontanera socialista Leire Díez en el centro).