Santos Cerdán describió como “una amistad fuerte” su relación con Antxón Alonso, el dueño de Servinabar, la empresa que jugó un papel clave en la presunta adjudicación de obra pública amañada con la que él, José Luis Ábalos y Koldo García se podrían haber llevado mordidas millonarias, según las pesquisas de los investigadores.
En su declaración en el Supremo, el ex secretario de Organización socialista, hoy en prisión provisional, reconoció que la amistad de casi 20 años con Alonso había llegado a crear lazos entre sus familias. Tanto es así que llegaron a compartir un piso en Madrid y Alonso medió para favorecer las conversaciones entre el PSOE y el PNV y EH Bildu.
En relación a Servinabar, Cerdán se limitó a decir que no ha tenido ninguna relación con la empresa de su amigo y había participado en ella. Admitió que, tras un batacazo electoral del PSOE navarro, se planteó pasarse al mundo empresarial y Alonso le ofreció comprar el 45% de su empresa por 6.000 euros. Una idea que se llegó a materializar en un contrato de compraventa de acciones, pero que no se elevó nunca a público porque, según la versión de Cerdán, su mujer le recomendó recular y seguir en el mundo de la política.

Sin embargo, se le olvidó contar en el Supremo que su entorno sí tuvo conexiones claras con la empresa de su íntimo amigo. Datos que conocemos ahora gracias al informe de la Hacienda foral de Navarra que ya tiene encima de la mesa el juez Leopoldo Puente.
En primer lugar, su hermana, Belén Cerdán León, cobró 22.000 euros de Servinabar cuando era concejala socialista en el Ayuntamiento de El Milagro. Fuentes de la defensa de Cerdán enmarcan estos pagos en la normalidad porque, explican, la hermana del expolítico fue administrativa en la empresa.
También su cuñado, Antonio Muñoz Cano, recibió 61.699 euros de la empresa. En teoría fue contratado para realizar funciones de albañilería.
Más allá de sus familiares directos, personas de la máxima confianza de Cerdán también han estado vinculadas a Servinabar. Para empezar, se sospecha que Koldo García fundó junto a Antxón en 2015 una cooperativa llamada Noran Coop que ingresó de Servinabar 729.108 euros. Unos pagos que los investigadores estarían tratando de aclarar si corresponden a mordidas de la presunta adjudicación de obra pública amañada. Momento en el que se estaba tramitando la concesión de una explotación minera, Geoalcali.
Santos Cerdán dijo en su declaración que nunca hubo feeling entre Koldo García y Alonso, y este último dijo que tan solo mantuvieron una relación laboral.
Otra de las conexiones con gente cercana a Cerdán es el ex presidente de la Sepi, Vicente Fernández Guerrero, que fue fichado por Servinabar cuando dimitió por presuntas irregularidades en la concesión de la mina de Aznalcóllar. Ingresó 218.000 euros de la empresa clave de la trama.
El ex número 2 del PSN, Ramón Alzórriz, tuvo que dimitir hace unos meses por los vínculos de su pareja que estuvo a sueldo de Servinabar y ganó algo más de 100.000 euros. El panorama político navarro también estaría conectado con la empresa. La consultora del ex número 2 de UPN cobró 69.000 euros del negocio de Alonso. Una compañía con apenas una decena de empleados que facturó millones de euros.
En el informe de la UCO que propició la imputación de Cerdán, los agentes subrayaron que “tenía capacidad de decisión sobre la compañía”. Sospecha que comparten el juez y el fiscal del caso. Es uno de los motivos por los cuales Cerdán sigue en prisión provisional.