Un ex diplomático define con ironía a la Unión Europea como un “lento paquidermo”. Y si algo está demostrando la política de Donald Trump es que le gusta más el sistema blitz en las partidas de ajedrez que las jornadas eternas. El cambio de rumbo en la política estadounidense para “protegerse” de China está condicionando todo el tablero, incluida Europa y la OTAN. Y la necesidad de formar una alternativa militar solvente con posibilidad de actuar sin el paraguas de EE UU se enfrenta a años de letargo tanto en concienciación social como en planificación.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha pasado por varias etapas desde la llegada de Trump a la Casa Blanca. Primero fue la alerta contra la “tecnocasta” y la negativa a un rearme militar, después prometió al secretario general de la OTAN, Mark Rutte, alcanzar el 2% en 2029, y ahora, tras la reunión del Consejo Europeo Extraordinario urge a hacer un esfuerzo por aumentar el gasto en Defensa con la mayoría de los sus socios de Gobierno en contra y sin la posibilidad de aprobar unos presupuestos generales a falta de consenso. En esta línea, el Ejecutivo recurre a “decretazos” similares a los que impuso en la pandemia, a apremiar a la UE a hacer transferencias directas y a una mayor recaudación fiscal.
Pero, en esta búsqueda de vías para salvar la legislatura, hay un factor que se olvida: un plan de estrategia estatal. “¿Qué quieren hacer con el dinero? Antes de tenerlo necesitarán saber cuál es el problema para dar con una solución factible”, afirma el coronel del cuerpo de infantería (retirado) y analista del Centro de Seguridad Internacional de la Universidad Francisco de Vitoria, Enrique Fojón Lagoa. Dirigió el Tercer Batallón de Desembarco de la Brigada de Infantería de Marina en la guerra de Yugoslavia, y su dilatada experiencia estratégica le ha llevado a ser asesor del ex ministro de Defensa, Pedro Morenés, entre 2012 y 2016. “El dinero viene después de definir las capacidades y de saber si el problema militar se va a solucionar por disuasión o acción. Y todos los países deben ser capaces de asumir riesgos”.

Fernando Grande Marlaska, Margarita Robles, Pedro Sánchez, durante la celebración de la Pascua Militar en el Palacio Real
En esta línea argumentativa, el coronel plantea una pregunta: “¿Conoces la estrategia española de seguridad nacional? Yo no”. Y advierte de la necesidad de que el Ejecutivo focalice cuál es la amenaza para la nación y articule una táctica para defenderla. “El poder político tiene que definir cómo va a emplear los medios de poder para conseguir un fin. El fin es el interés nacional. Y los medios son el diplomático, el informativo, el tecnológico, el industrial y el militar. La ley de Seguridad Nacional dice cómo se emplea todo esto”, explica. “Cosa que el Gobierno no ha hecho nada de nada nunca. Y la élite de un país tiene que tener cultura estratégica”.
Agustín Conde, diputado de las Cortes Generales por Toledo (PP) y secretario de Estado de Defensa (2016-2018), insta al Gobierno de Sánchez a presentar un plan de acción en consonancia con el partido de la Oposición para presentar ante la Comisión Europea. Algo que ya ha afeado el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, a Sánchez, antes de la reunión que tendrá lugar el próximo 13 de marzo: “La seguridad nacional no se aborda en 20 minutos”, ha afirmado al negarse a disponer del mismo tiempo que Bildu. “El fondo de contingencia no da para incrementar el gasto en Defensa. Tiene una cantidad establecida y no es un chicle”, afirma Conde. “Y los créditos extraordinarios los tienen que aprobar las Cortes. Sánchez querrá gestionar los presupuestos prorrogados como los tenemos con sus socios y luego en paralelo tratar de crear un fondo en defensa suficiente con el apoyo del PP. Gobernar con las dos bandas”.
Un plan solvente
“En una guerra tiene que haber capacidades sobre todo de tipo tecnológico y de armamento”, señala el coronel Fojón Lagoa. “Y todo eso no se hace en unos años. Esto o se prepara como está preparado en la OTAN o se hace subsidiario de ello. Estados Unidos prestaría que se utilizara toda la estructura militar de la OTAN y que actuaran las capacidades europeas. Estados Unidos tiene todas las capacidades permisivas para poder actuar o no: las relacionadas con el mando y control y la logística”, explica.
Dentro de este escenario, el coronel señala que “Las ansias imperialistas de Putin junto con el descuido de occidente de todo lo que es la parte Oriental de Europa” nos ha conducido a esta situación, porque, a su juicio, “Rusia no se ha sentido disuadida”.
En definitiva, en la búsqueda europea de ser una estructura sólida independiente de EE UU no sólo hace falta presupuesto, sino también algo prioritario para el alto cargo militar: “sociedades que tengan la sensación de que están en peligro, cosa que es muy difícil después del relato que ha habido estos años”. En la actualidad, España no dispone, ni tiene pensado elaborar, una ley de movilización militar, de manera que de momento cuenta con el Ejército y los reservistas.

Felipe VI, con los efectivos desplegados en la operación Baltops 2024 en los Bálticos
“España no puede seguir con 112.000 soldados, necesitamos llegar cuanto antes a los 140.000″, urge Conde. “El problema es que formar a un soldado no es una cosa que se haga en un día. Ni en un ejercicio presupuestario”. Y aboga que para ello es necesario incrementar el salario militar. “No es normal que un soldado gane menos del salario mínimo interprofesional. Es inasumible siendo una profesión tremendamente arriesgada y sacrificada. Con el incremento de los 400 millones puede que se acerque. Hay soldados que no pueden permitirse ni pagar un alquiler”.
España, un pivote estratégico militar
España, pese a ser un “pivote estratégico militar”, como define Enrique Fojón Lagoa, dada nuestra situación geopolítica, no dispone de poder militar, por lo que “sus ventajas son aprovechadas por otros”.
“¿Cuál debería ser el objetivo de una España democrática? ser un actor estratégico”, afirma. “España tiene buenos profesionales, pero ha dejado su territorio para bases en la cuestión logística. No ha tenido sentido de nación como un destino en el ámbito internacional y no ha invertido el presupuesto”.
La rama industrial, dejada de lado
“Estamos en una era nueva que ha dejado la cuestión industrial un poco al lado”, analiza el coronel, lo que es suscrito por Conde. “No es asumible que si EE UU se desliga de la defensa de Europa ésta siga dependiendo industrialmente“, explica. “A mí me gustaría que la historia siguiera en la línea anterior y se afrontara la defensa en conjunto. Pero no podemos llegar al 2% al 5% y que esa diferencia sea a base de comprar productos en la industria de EEUU. Necesitamos sistemas satelitales suficientemente capaces, sistemas de mando y control conjunto en Europa alternativos a la OTAN”.
En esta vorágine de cambios en el tablero geopolítico, un viraje en el sentir social respecto a la urgencia de revertir la estructura política y económica en Defensa es un punto clave dentro de la estrategia. “Vivimos en una conectividad enorme por los medios de comunicación. Las percepciones vuelan, y en España somos incapaces de movilizar”, dice el coronel Fojón Lagoa.