Una buena amistad es un refugio seguro, con la cual se atraviesan los momentos malos y los buenos. No obstante, es posible que a veces, un éxito sea recibido por esa amistad con un sentimiento diferente al de la alegría, y resulte ser envidia entre amigas o entre amigos.
Es un tabú silencioso, y a menudo, un sentimiento involuntario. Ignorarlo no sirve de nada, así que lo ideal es saber bien por qué sucede y cómo se puede gestionar para evitar que se termine rompiendo la relación con la persona en cuestión.
La delgada línea entre envidia sana y enviada que corroe

Gestionar la envidia hacia una noticia buena de una amiga no es tarea fácil. Esta es una emoción social, que no tiene por qué mostrar que se es una mala persona. Más bien, es un señal de una necesidad por resolver. Por ello, es importante aprender a diferenciar las envidias.
La envidia sana es aquella que sirve de inspiración, no de que tu amiga pierda su logro. Es algo que te motiva a perseguir tus objetivos, sean cuales sean.
Por su parte, la maliciosa es la realmente tóxica. Es la que busca que la otra persona pierda su logro o fracaso, y se expresa a través de la negación, el ninguneo y el resentimiento.
Si algo tienen en común, es que no tienen nada que ver con esa amiga, sino con uno o una misma. Es decir, que es a ti a quien te afecta no haber conseguido algo como lo que ella ha conseguido, sea lo que sea.
Guía para gestionar la envidia entre amigas

Si la envidia empieza a ganar terreno en tu amistad, una recomendación para afrontarla pasa por realizar ejercicios de introspección de expertos. Unos que te hagan entender por qué está sucediendo este avance envidioso.
Uno de ellos puede ser escribir qué es exactamente lo que envidias, qué tiene eso que ver con tus metas o necesidades y qué puedes hacer para acercarte a eso que necesitas tú, por tu propia cuenta. Esto te ayudará a manejar mejor esa envidia entre amigas.
Otro ejercicio práctico es pensar en (o anotar) un par de logros propios cada vez que sientas envidia. Esa “amenaza” que invade el cerebro en el momento, puede ser contrarrestada con la dopamina que necesitas para volver a sentir la plenitud de tu vida.
Por último, también puedes realizar la práctica de la mirada con perspectiva. ¿Qué es lo que ha llevado a tu amiga a conseguir su objetivo? ¿Es el camino hacia ello algo que quieres para ti? ¿Es algo que realmente quieres tú? Hazte estas preguntas y otras similares, y te darás cuenta de la realidad.
Como consejo final, ten presente que una buena amistad no acaba con una envidia temporal. Sé sincero o sincera con tu amiga, y permite que te apoye para superarla. Y si crees que necesitas ayuda, no dudes en contactar con un psicólogo que pueda ayudarte a vivir en paz contigo mismo/a.


