El debate sobre el cambio de hora ha vuelto al centro de la conversación política en España. Esta vez, con un impulso directo desde la Moncloa. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, publicó un mensaje en la red social X en el que defendió que “cambiar la hora dos veces al año ya no tiene sentido”.
Con esta declaración, el Ejecutivo español abre la puerta a un debate que lleva años sobre la mesa en la Unión Europea y que parecía haberse enfriado tras el estallido de la pandemia y la crisis energética.
El fin de un hábito centenario
El cambio de hora, instaurado en España en 1974 como medida para aprovechar mejor la luz solar y ahorrar energía durante la crisis del petróleo, se ha mantenido inalterable durante cinco décadas. Dos veces al año, los españoles adelantan o atrasan sus relojes. En marzo para entrar en el horario de verano. Y en octubre para volver al de invierno. Sin embargo, el argumento energético que lo sustentaba ha perdido peso.
Cambiar la hora dos veces al año ya no tiene sentido.
Apenas ayuda a ahorrar energía y tiene un impacto negativo en la salud y en la vida de la gente.
Por eso, hoy el Gobierno de España propondrá a la UE acabar con el cambio de hora estacional en el Consejo de Energía y… pic.twitter.com/LA9UM0HVfG
— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) October 20, 2025
Diversos estudios, tanto europeos como nacionales, apuntan que el ahorro energético derivado del cambio de hora es hoy prácticamente residual, inferior al 0,5 % del consumo total. A la vez, se acumulan las evidencias sobre su impacto negativo en la salud:
- Alteraciones del sueño
- Aumento del estrés
- Accidentes laborales y de tráfico
“Apenas ayuda a ahorrar energía y tiene un impacto negativo en la salud y en la vida de la gente”, afirmó Sánchez en su publicación, acompañada por un vídeo donde explica la propuesta española de plantear a Bruselas la eliminación definitiva del sistema estacional de horarios.
España, de nuevo en el foco europeo
El cambio de hora es una competencia compartida entre los países miembros de la UE. Pero su eliminación debe aprobarse de forma coordinada para evitar un mosaico de husos horarios que desordene el mercado interior. En 2018, la Comisión Europea ya abrió la puerta a su supresión, tras una consulta pública en la que el 84 % de los ciudadanos europeos se mostraron a favor de dejar de cambiar los relojes. Sin embargo, el debate se estancó por falta de consenso entre los Estados miembros.
Con la iniciativa anunciada ahora por Sánchez, España busca reactivar ese proceso y situarse en el liderazgo político del debate. Según ha revelado el propio presidente, el Gobierno llevará al Consejo de Energía de la UE una propuesta formal para revisar el actual sistema de ajustes horarios y avanzar hacia una armonización permanente del horario en el continente.
¿Qué horario adoptaría España?
Si finalmente se elimina el cambio de hora, quedaría por decidir qué horario mantener de manera permanente: el de verano o el de invierno. La comunidad científica española se inclina por el segundo, al considerar que se adapta mejor al ciclo solar natural del país y mejora el descanso.

Por ahora, la propuesta de Pedro Sánchez ha reavivado un debate dormido. Y aunque el proceso europeo será largo, el mensaje político es claro: España se alinea con una tendencia creciente en Europa que apuesta por poner fin a un hábito que, como dice el propio presidente, “ya no tiene sentido”.