La multa a Twitter impuesta por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) abre un nuevo capítulo en la regulación de la publicidad digital y el control de los chiringuitos financieros en redes sociales. La sanción, publicada en el BOE, asciende a cinco millones de euros y se considera una infracción continuada muy grave por no cumplir con los deberes de asistencia exigidos por el supervisor.
Esta multa a Twitter no solo tiene impacto económico, sino que establece un precedente relevante para cualquier plataforma que permita publicidad de entidades no autorizadas.
La CNMV concluye que la multa a Twitter se justifica porque la empresa no comprobó si Quantum AI estaba autorizada para prestar servicios de inversión ni si figuraba en la lista de entidades advertidas por el organismo. Esa ausencia de control permitió la difusión de campañas que, según el supervisor, podían inducir a error a los usuarios en un contexto de creciente fraude financiero.
Quantum AI, el detonante del conflicto
El origen de la multa a Twitter se remonta a diciembre de 2024, cuando la CNMV abrió un expediente sancionador tras detectar que en la red social se publicaban anuncios de Quantum AI sin verificar su estatus regulatorio. Según el organismo, se trataba de un caso evidente de promoción de un presunto chiringuito financiero, precisamente aquello que la normativa exige evitar.
La CNMV señala que la multa a Twitter también se relaciona con el uso recurrente de personajes públicos, cuyas imágenes eran empleadas de forma fraudulenta en supuestas noticias que aseguraban rentabilidades extraordinarias gracias a herramientas de inversión fantasma. Ese tipo de contenidos, advierten, se viraliza con facilidad y contribuye a extender estafas en un entorno donde la publicidad engañosa puede convertirse en un problema masivo.

La multa a Twitter se inscribe en un debate más amplio sobre el papel de las plataformas en la lucha contra los chiringuitos financieros. Mientras empresas como Google y Meta han reforzado sus mecanismos de colaboración con el supervisor, X y TikTok han sido señaladas repetidamente por no cumplir los estándares mínimos que exige la CNMV.
Esta multa a Twitter es, por tanto, un mensaje directo al sector tecnológico: ignorar las advertencias del regulador no solo expone a los usuarios, sino que conlleva sanciones considerables. La CNMV recuerda que las redes sociales son una puerta de entrada frecuente para fraudes financieros que se presentan con apariencia de información fiable o testimonios falsos de celebridades.
Un precedente que puede cambiar la publicidad en redes
Según los expertos consultados por el regulador, la multa a Twitter puede convertirse en un punto de inflexión. Las plataformas tendrán que revisar sus sistemas de verificación de anunciantes, implementar filtros más robustos y asumir un rol más activo en la detección de entidades sospechosas. En otras palabras, la publicidad asociada a inversión será sometida a mayor escrutinio. Y los usuarios podrían ver cambios profundos en lo que aparece en sus timelines.
Además, la CNMV subraya que la multa a Twitter no solo penaliza el incumplimiento pasado. También exige a la compañía una adaptación futura a las normas. Es decir, se espera que la red social modifique su política publicitaria y colabore con el regulador en la identificación de actores que intentan operar al margen de la ley.

La multa a Twitter será probablemente el detonante de una etapa de mayor vigilancia sobre las campañas financieras online. El supervisor ha dejado claro que no basta con retirar anuncios después de que se denuncie su carácter fraudulento. La prevención es obligatoria. Esto podría acelerar nuevas normativas, acuerdos con plataformas y, sobre todo, cambios en los algoritmos que deciden qué se muestra a los usuarios.


