Salud

Llega la pastilla que promete terminar con la obesidad

La tentación de llamarla “pastilla mágica” es grande, pero la doctora Andreea Ciudin, advierte: “No se trata de magia

Una cápsula diaria para perder peso y mejorar la salud del corazón. Eso es lo que promete orforglipron, un nuevo medicamento oral que podría marcar un antes y un después en la lucha contra la obesidad.

La tentación de llamarla “pastilla mágica” es grande, pero la doctora Andreea Ciudin, advierte: “No se trata de magia. La obesidad tiene bases genéticas y biológicas. Estos fármacos corrigen alteraciones hormonales que dificultan regular el apetito y el metabolismo. Son una herramienta médica, no un milagro”.

Un ensayo internacional de fase 3, publicado en The New England Journal of Medicine, mostró que este fármaco ayuda a reducir, de media, un 11 % del peso corporal y a mejorar la presión arterial, el colesterol y los triglicéridos.

El estudio incluyó a más de 3.100 personas con obesidad pero sin diabetes en nueve países. Entre ellas, pacientes seguidos en el Hospital Vall d’Hebron de Barcelona, donde la doctora Andreea Ciudin es la única autora europea del trabajo. “Con este tipo de fármacos los pacientes descubren por primera vez lo que es sentirse saciados”, explica Ciudin. “Esto nos recuerda que la obesidad no es una cuestión de estética, sino una enfermedad crónica ligada al exceso y la disfunción de la grasa corporal”.

Orforglipron pertenece a la familia de fármacos que actúan sobre el receptor GLP-1, que envía al cerebro señales de saciedad tras comer. A diferencia de otros tratamientos como la semaglutida (Ozempic), no es una inyección, sino una molécula en forma de cápsula.

Resultados prometedores

Con la dosis más alta, los pacientes del ensayo perdieron una media del 11 % de su peso. Más de la mitad adelgazó al menos un 10 %, y casi uno de cada cinco superó el 20 %. Lo más importante: la mayor parte de esa pérdida fue grasa corporal. Y, además, mejoraron factores de riesgo cardiovascular como la presión arterial y el perfil de lípidos. “No se trata solo de cambiar la silueta, sino de ganar salud y calidad de vida”, advierte la doctora.

Una alternativa más cómoda

El hecho de que sea una cápsula diaria puede marcar la diferencia. “Lo importante es que el paciente mantenga el tratamiento. Hay quienes se sienten cómodos con inyecciones y otros que prefieren la vía oral. Tener más opciones mejora la adherencia a largo plazo”, destaca la especialista.

¿Y los efectos secundarios?

Como todo medicamento, orforglipron no está libre de efectos adversos. Los más comunes son digestivos —sobre todo náuseas—, que suelen aparecer al principio. Según Ciudin, en la mayoría de los casos son leves o moderados, se reducen con el tiempo y pueden controlarse con pequeños ajustes en la dieta.

Los fármacos contra la obesidad ya cambiaron el panorama hace unos años. Ahora, orforglipron se suma como una opción distinta y más versátil. El siguiente paso será la aprobación de las agencias reguladoras, un proceso que puede tardar meses o incluso años. Si se supera, la cápsula podría estar disponible pronto en hospitales y farmacias.

Mientras tanto, Ciudin insiste: “La obesidad es una enfermedad crónica y compleja. Orforglipron no es magia, pero sí una herramienta poderosa que acerca a muchos pacientes a un futuro con más salud y mejor calidad de vida”.

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