Si hace unos meses os conté la historia de Mira Murati, una de las mujeres detrás del éxito de Chat GPT o la de Melanie Perkins, la carismática fundadora de Canva, esta semana no quiero dejar pasar la oportunidad de hablar de Lucy Guo, otra empresaria de carrera meteórica y atípica; una joven multimillonaria americana de la que todo el mundo habla.
De padres emigrantes chinos, Lucy encarna esa nueva generación de mujeres que se han hecho un hueco en esta industria tecnológica, tradicionalmente masculina. Saltó recientemente a los medios cuando su fortuna superó a la de Taylor Swift, estratosférica cantante americana. Lucy, en cambio, es de lo más discreta. Procura seguir disfrutando de nuevos retos, viviendo de forma austera y sencilla, como si los millones en su cuenta no alterasen para nada su motivación y propósitos en la vida.
Un éxito meteórico al alcance de pocos
Con tan solo 30 añitos, Lucy Guo ya ha alcanzado un reconocimiento profesional y una fortuna multimillonaria que hoy ronda los 1.300 millones de dólares. Y sigue y suma.
Nadie puede decir que es la típica hija de papá, ya que todo lo consiguió a pulso y casi solita. Para entender lo que la llevó a la cima, es sabido que tuvo una infancia plácida, era tímida, la atraían el diseño y la informática. Su ahínco y pasión la convirtieron en ingeniera y la llevaron a trabajar desde muy joven como programadora.
Fue alternando prácticas y trabajos en empresas tan destacadas como Facebook, Snapchat o Quora. Por entonces, no dudó un instante en dejar sus estudios en la Carnegie Mellon University tras conseguir una beca Thiel Fellowship de 100.000 dólares para sus proyectos de joven emprendedora.
Decidida a alcanzar grandes logros, lanzó Scale AI con Alexandr Wang, un excompañero de trabajo también de origen chino. Cuando en el 2018 llegaron las primeras discrepancias con su socio, partieron peras. Algunos dicen que la echaron, otros que fue decisión propia. El caso es que Wang empezó trabajando para ella, o en posición de menor responsabilidad, y que hubo una reconfiguración de liderazgo que dejó a Lucy fuera. Es discreta y no habla mucho del tema. Sin embargo, tuvo la excelente idea de quedarse con una participación accionarial minoritaria en esta iniciativa. Una participación que, como si se tratase de criptomonedas, se ha convertido en tan solo unos meses, en el mayor activo en su abultada fortuna.
Scale AI, especializada en Inteligencia Artificial, está hoy valorada en más de 25.000 millones tras una reciente ronda inversora. El capital de Guo aumentó, por lo tanto, en más de un 80% que la propulsó al primer puesto de mujeres exitosas hechas a sí mismas en América.
A pesar de ese impresionante éxito económico con aquella primera empresa Guo no cambió su modo de vida de trabajadora por el de una mujer ostentosa, retirada y ociosa. Podría haber decidido disfrutar de la vida y ver pasar los días desde un yate o una playa, pero siguió con la tarea. En el 2022 creó BackEnd Ventures, una empresa inversionista especializada en industrias innovadoras y lanzó Passes, una plataforma a medio camino entre la polémica OnlyFans y Patreon, más enfocada a actividades educativas.
El año pasado su iniciativa recaudó una primera inversión de más de 40 millones de dólares que la volvió a poner bajo los focos de la escena económica. Y a pesar de enfrentarse a recientes demandas, Lucy Guo desmintió los ataques y siguió con sus planes y camino.
Una rica austera huyendo de la ostentación
Contrariamente a lo que se puede esperar de una joven multimillonaria que comparta compulsivamente la ostentación en redes, Lucy Guo vive de forma sorprendentemente austera.
“Actúa como si fueras pobre, mantente rico” es su principal mantra. Se mueve en un Honda Civic de otra época. Compra su ropa en Shein u otras tiendas de ropa barata, aprovecha ofertas, y no le gusta tirar el dinero por las ventanas, aunque reconoce que, para alguna ocasión especial o viajes largos de negocios, ha tenido que volar en business o comprar un elegante vestido.
Guo sigue así la tendencia actual de muchos millonarios que huyen del ruido y de la ostentación ya que el verdadero lujo es vivir escondido y no llevar impresos enormes logos en el bolso de mano.
Esfuerzo y disciplina marcaron su vida
Detrás de esa imagen de persona austera, Lucy Guo muestra un curioso compromiso personal y social. Su actitud y motivación a la hora de emprender y trabajar son ejemplares. Su capacidad para enfrentarse a este mundo tan V.U.C.A (de las siglas de Volátil, Incierto, Complejo y Ambiguo en inglés) reflejan su resiliencia frente al cambio y para reenfocar su talento.
Adicta a los entrenamientos, se mantiene también en una excelente forma física. Acumularía según varios medios más de 3.000 horas de clase de entrenamiento y combina su actividad deportiva con una participación habitual en festivales technos.
Generosa y socialmente hiperactiva, le gusta celebrar la vida y montar encuentros multitudinarios en su enorme casa. Lo único en que invertir muchos millones merezca la pena, según ella. De hecho, parece haber tenido algún problema de ruido y conflictos con su comunidad vecina hasta haberse ganado el premio en Miami “a la mayor fiestera”. ¿Pero quién no tuvo una época así en su vida?
Lucy es tan disruptiva como la industria en la que se mueve y representa. Su forma de proyectar su ambición y conseguir logros, a base de tesón y trabajo, no está reñida con vivir de poco y no perder nunca la perspectiva. En un mundo donde la riqueza no existe si no se exhibe a ultranza, Guo opta por un minimalismo práctico que ya muchos han entendido y adoptado. La verdadera riqueza es disfrutar del camino, del mínimo instante, del tiempo con quienes queremos y saber valorar lo auténtico.
Su lema favorito, anteriormente citado, define su estilo de liderazgo. Desde la disciplina, la autenticidad y la prudencia, la multimillonaria mide su éxito en función de lo que construye y no de lo que compra.
Seguramente volvamos a oír hablar de esta joven emprendedora inquieta, de su relevancia en el mundo de la tecnología y de su discreta celebridad, siempre sin estridencias.