Este sábado 26 de julio la Iglesia católica celebra la festividad de Santa Ana y San Joaquín, considerados según la tradición cristiana los padres de la Virgen María y, por tanto, los abuelos maternos de Jesús.
Esta jornada, además de ser una fecha con gran relevancia religiosa, ha cobrado un significado especial en muchos países como el Día de los Abuelos, en reconocimiento a su papel fundamental en las familias y en la transmisión de valores y tradiciones.
Santa Ana y San Joaquín: los orígenes
Aunque no aparecen mencionados en los evangelios canónicos, la historia de Ana y Joaquín se recoge en los evangelios apócrifos, especialmente en el Protoevangelio de Santiago, un texto del siglo II. Según este relato, Ana y Joaquín eran un matrimonio piadoso de Jerusalén que, pese a vivir una vida recta, sufría por no poder tener hijos. Tras muchos años de oración, Dios escuchó sus súplicas y les concedió la gracia de tener una hija: María.
Se cree que Santa Ana educó a María en la fe judía y que tuvo una influencia decisiva en su carácter y espiritualidad. Por su parte, San Joaquín fue visto tradicionalmente como un modelo de padre justo, sabio y trabajador.
Devoción y tradición
La devoción a Santa Ana y San Joaquín se extendió rápidamente desde los primeros siglos del cristianismo, aunque no fue hasta el siglo VI cuando se oficializó su culto. En Oriente, la devoción a Santa Ana es muy antigua, mientras que en Occidente comenzó a popularizarse a partir del siglo VIII, consolidándose especialmente en la Edad Media.
Santa Ana ha sido considerada tradicionalmente patrona de las mujeres embarazadas, de las madres y de los educadores. También es una figura muy querida en muchos pueblos de España, donde se la venera con especial fervor. Algunas localidades celebran fiestas patronales en su honor, con misas, procesiones y actividades populares.
En cuanto a San Joaquín, aunque su figura ha estado algo más eclipsada en la tradición occidental, en las últimas décadas ha ganado visibilidad, especialmente al celebrarse junto a Ana como modelo de abuelos cristianos.
Día de los Abuelos
El 26 de julio también se celebra el Día de los Abuelos en muchos países de tradición católica, como España, México o Paraguay. La elección de esta fecha no es casual: al conmemorar a los abuelos de Jesús, se subraya la importancia de los mayores en la familia y en la sociedad.

Esta jornada se ha convertido en una oportunidad para rendir homenaje a quienes, con su experiencia, amor y generosidad, sostienen muchas veces a las nuevas generaciones. Las parroquias y asociaciones suelen organizar actos especiales, como misas dedicadas a los abuelos o encuentros intergeneracionales.
Desde 2021, además, el papa Francisco ha instituido oficialmente una celebración anual para toda la Iglesia: el Día Mundial de los Abuelos y de los Mayores, que se celebra el cuarto domingo de julio, en torno a esta festividad. El pontífice ha subrayado en varias ocasiones la necesidad de cuidar a los mayores, escucharlos y reconocer su sabiduría.
Fiestas patronales y celebraciones locales
En España, hay numerosas localidades que celebran a Santa Ana como su patrona. Algunos ejemplos destacados son Tudela (Navarra), Torredelcampo (Jaén) o Garachico (Tenerife). En estos lugares, las fiestas patronales suelen incluir procesiones, fuegos artificiales, bailes populares y actividades religiosas y culturales que reúnen a toda la comunidad.
También en América Latina, Santa Ana es una figura relevante. La ciudad de Santa Ana, en El Salvador, por ejemplo, celebra con gran entusiasmo esta jornada, con actividades religiosas y civiles que reúnen a miles de personas.