DESIGUALDAD

“Ministras” creadas con Inteligencia Artificial: cuando el machismo tradicional se instala en el mundo digital

Albania presume de tener la primera ministra creada con IA, pero la práctica desvela el machismo que hay detrás por preferir a un avatar antes que una mujer

El Gobierno de Albania ha dado un paso inédito en Europa: ha presentado a Diella, la primera ministra creada a través de Inteligencia Artificial, con la misión de supervisar las contrataciones públicas y combatir la corrupción. La novedad, anunciada por el primer ministro Edi Rama, ha generado polémica inmediata por lo que expertos consideran una representación simbólica y machista de la mujer en política.

Una ministra sin poder real

Diella no tiene autonomía ni capacidad de decisión. Es un avatar programado para recibir órdenes y ejecutar procesos de adjudicación, heredado de la plataforma oficial e-Albania, donde ya actuaba como asistente virtual para ciudadanos y empresas. Con la apariencia de una mujer joven, vestida con atuendo folclórico, el Gobierno la presenta como garante de transparencia.

“Es un elemento decorativo. Alguien a quien se puede programar, dar órdenes, siempre lista para ejercer de asistente”, describe Celia Zafra, directora de comunicación de Political Watch. La elección de un rostro femenino para representar a un cargo sin poder ha abierto un debate sobre los estereotipos que se perpetúan en la política digital.

Feminización simbólica y vacío de poder

En 2021, Albania llegó a contar con un gabinete integrado en un 70% por mujeres, con doce ministras frente a cuatro ministros. También aprobó una Estrategia Nacional de Igualdad de Género. Sin embargo, el nombramiento de una ministra virtual femenina pone en cuestión ese recorrido.

LA HAYA (PAÍSES BAJOS), 24/06/2025.- El primer ministro de Albania, Edi Rami y su mujer, Linda Rama, a su llegada a una cena de trabajo ofrecida por los monarcas neerlandeses en el marco de la Cumbre de la OTAN, este martes en el Palacio Huis ten Bosch de La Haya. EFE/ JJ Guillén
EFE

“Vemos a menudo como a las mujeres se las coloca en puestos de visibilidad más que de responsabilidad. Esta noticia es la sublimación de ese problema”, advierte Zafra. La experta apunta a una práctica común en gobiernos y empresas: mujeres visibles en la primera línea, pero ausentes en los espacios de decisión.

El caso de Diella refuerza ese patrón: una figura femenina utilizada como símbolo de transparencia, mientras se posterga el acceso de mujeres reales a carteras de peso político.

“La tecnología no es neutral”

Más allá del debate de género, la medida plantea dudas sobre la rendición de cuentas. Rama aseguró que con la ministra virtual las licitaciones serán “100 % libres de corrupción” y los fondos “perfectamente transparentes”. Sin embargo, no se han detallado mecanismos de supervisión humana ni se ha garantizado que el código y los datos de entrenamiento de la IA sean públicos.

La tecnología no es neutral: refleja las decisiones, los intereses y los sesgos de quienes la diseñan y aplican”, señala Zafra. De hecho, varios estudios demuestran que los algoritmos pueden discriminar por género, etnia o nivel socioeconómico, amplificando desigualdades ya existentes.

El riesgo, subraya la experta, es que la automatización se convierta en una excusa: “puede resultar más fácil eludir responsabilidades en casos de corrupción, culpando a la IA de la ausencia de medidas reales de prevención”.

Alternativas y demandas pendientes

La polémica en torno a Diella coincide con las demandas de organizaciones feministas y plataformas tecnológicas que reclaman mayor control democrático sobre el uso de algoritmos en las administraciones públicas. Piden registros públicos que detallen códigos, proveedores y criterios de funcionamiento.

Zafra recuerda que la clave para avanzar en igualdad no pasa por inventar ministras virtuales: “cuando se pierde el poder de decisión y de actuación se pasa a tener únicamente una representación simbólica y descriptiva, pero no sustantiva”.

Las alternativas, señala, son conocidas: mayor presencia de mujeres en carteras de poder, políticas de conciliación efectivas, y regulación clara que garantice que la inteligencia artificial sea equitativa y participativa.

Entre la modernidad y el retroceso

La creación de Diella ha sido presentada por el Gobierno albanés como un salto tecnológico para situar al país en la vanguardia europea. Sin embargo, la medida ha abierto un debate más amplio: hasta qué punto la digitalización puede reproducir, en lugar de corregir, los sesgos y desigualdades de la política analógica.

Con una ministra virtual que obedece sin replicar, Albania proyecta innovación hacia fuera, pero muestra hacia dentro la persistencia de viejos esquemas. Una mujer que no gobierna, sino que obedece. “Una cosa es modernizar las instituciones y hacerlas más accesibles, y otra cosa es reproducir en lo digital todos los errores de lo analógico“, sentencia Zafra.

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