¿Son realmente tuyos los óvulos que congelas? Spoiler: no

La ilustradora Laura Santolaya explica que "a un hombre sí le basta con su decisión. ¿Por qué si es lo mismo no es lo mismo?”

“Compartid, difundid y enviárselo a quien creáis que necesita saberlo”. Así acababa la ilustradora Laura Santolaya, P8ladas el texto que acompañaba a una de sus viñetas más recientes titulada: ¿Son realmente tuyos los óvulos que congelas? Spoiler:no. Laura nos ha permitido sin problemas reproducir sus dibujos y es que, cuando hablamos con ella, nos explica que la finalidad de esa tira era, precisamente, divulgar. “Estamos desinformadas. De nuevo los temas de las mujeres importan poco nada”, nos dice antes de empezar a profundizar en la historia que hay tras los dibujos.

Laura, a sus 42 años, tenía dos grandes amigas que congelaron sus óvulos hace una década. Se enteró a raíz de su experiencia de que no puedes deshacerte libremente de los óvulos que congelas… libremente. La historia le llegó tanto que decidió preguntar en sus redes sociales. En Instagram, por ejemplo, tiene cerca de 400.000 seguidores. Seguidoras, en realidad, ya que su público es mayoritariamente femenino.  Las respuestas no tardaron en llegar: “He hablado con más de 200 mujeres a través de mis redes sociales que me cuentan casos espeluznantes. Gente que ha tenido partos y embarazos  terribles o gente que no ha podido tener un hijo tras varios intentos y tiene que mantener el pago. Muy pocas sabían que esto es así”.

Muchas de las mujeres que tienen sus óvulos congelados no saben que  si no los vas a necesitar no los puedes “tirar”. Y da igual la razón que esgrimas: que ya has sido madre, que has tenido algún aborto y no quieres volver a pasar por el proceso, que no puedes volver a pagar por la fecundación in vitro, que has cambiado de idea… Todo eso da igual y, de hecho, nadie te lo pregunta. Hay una frase que sí te dicen. “Mis amigas me contaban que todo el mundo les decía: ¿pero, te los has pensado bien?”.

Para hacer la viñeta consultó a embriólogos, abogadas, clínicas de fertilidad… y nos cuenta sorprendida : “Para la ley, ovocito y embrión es exactamente lo mismo. Eso no pasa con el semen . A un hombre sí le basta con su decisión. ¿Por qué si es lo mismo no es lo mismo?”

Le hacemos esa misma pregunta. ¿Por qué crees tú que, si es lo mismo, no es lo mismo? Reflexiona y contesta: “Las mujeres nos sentimos juzgadas. Nos da miedo compartir nuestra experiencia. Nos da miedo hablar de la maternidad porque parece que no nos pertenece solo a nosotras sino que depende de la moralidad de la sociedad, de esa nube negra que tiene también que ver con la religión”.

Hasta el momento, casi 20.000 personas han indicado en Instagram que les gusta la publicación y 464 la han comentado. Mujeres que se acaban de enterar, que hablan de la violencia del sistema o que recalcan que no somos dueñas ni de nuestros óvulos.

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