Las normativas de seguridad aérea en Europa han dado un paso más. Desde ahora, llevar baterías portátiles en el equipaje facturado queda completamente prohibido. Esta decisión, impulsada por la Agencia de la Unión Europea para la Seguridad Aérea (EASA), afecta a un dispositivo habitual en nuestros desplazamientos: los power banks, pequeños cargadores que permiten recargar móviles, tabletas o auriculares durante los viajes.
Aunque muchas personas solían guardar estos dispositivos en su maleta facturada por comodidad, las nuevas medidas lo impiden rotundamente. A partir de ahora, todas las baterías portátiles en el equipaje deberán ir en cabina, bajo estrictas condiciones.
¿Por qué se prohíben las baterías portátiles en el equipaje facturado?
El motivo principal es la seguridad. Según la EASA, las baterías portátiles en el equipaje de bodega suponen un riesgo por su posible sobrecalentamiento. Si una batería de litio comienza a arder dentro de una maleta facturada, el incendio sería mucho más difícil de detectar y contener en la bodega del avión que en la cabina.
Estos dispositivos, al estar alimentados por celdas de iones de litio, pueden generar chispas o explosiones si sufren algún daño físico o si se produce un cortocircuito. Evitar un accidente grave es la razón fundamental por la que se prohíben las baterías portátiles en el equipaje facturado.

La normativa europea no solo prohíbe llevar baterías portátiles en el equipaje facturado, sino que impone condiciones concretas para su transporte en cabina. Por ejemplo, los dispositivos deben ir siempre en el equipaje de mano o en el artículo personal (mochila, bolso, etc.). Nunca sueltos o sin protección.
Además, la EASA especifica que las baterías portátiles en el equipaje de mano deben ir protegidas individualmente para evitar posibles cortocircuitos. Y no pueden recargarse a bordo del avión. También se establece un límite de dos baterías de repuesto por pasajero. Todo ello restringe aún más su transporte. Desde luego, no va a ser nada fácil. No compensa.
Estados Unidos adopta la misma medida
Al igual que Europa, Estados Unidos ha dado el mismo paso. La Administración de Seguridad del Transporte (TSA) ha prohibido también las baterías portátiles en el equipaje facturado en todos los vuelos nacionales e internacionales que salgan del país.
Las autoridades estadounidenses han alertado sobre el mismo riesgo: la posibilidad de que una batería de litio se incendie durante el vuelo, poniendo en peligro la seguridad de los pasajeros. Por lo tanto, cualquier power bank o batería de repuesto deberá ser llevada en la cabina, con los mismos criterios de protección y cantidad que establece la EASA.

No solo Europa y Estados Unidos han tomado esta decisión. Países asiáticos como Filipinas o Corea del Sur han ido incluso más lejos en la regulación de las baterías portátiles en el equipaje. En Filipinas, por ejemplo, está estrictamente prohibido portar una batería superior a los 160 vatios-hora, aunque se transporte en la cabina. Esta limitación se aplica tanto a vuelos nacionales como internacionales.
En Corea del Sur, un incendio provocado por una batería en un vuelo de Air Busan llevó a endurecer las restricciones. Ahora, se limita tanto el número como el tipo de baterías permitidas en el avión, independientemente de si se transportan en el equipaje de mano o facturado. La medida ha sido replicada por la mayoría de aerolíneas asiáticas, que prohíben expresamente incluir baterías portátiles en el equipaje de bodega.
Qué deben tener en cuenta los viajeros a partir de ahora
A partir de estas nuevas normativas, cualquier pasajero que viaje con baterías portátiles en el equipaje debe tener en cuenta una serie de puntos clave:
- Las power banks o baterías externas deben ir siempre en el equipaje de mano.
- No pueden llevarse en maletas facturadas.
- Deben ir protegidas individualmente para evitar incidentes eléctricos.
- No se permite su carga a bordo.
- Solo se pueden transportar dos baterías de repuesto por persona, dependiendo del voltaje.
Las aerolíneas podrán aplicar normas incluso más restrictivas dependiendo del país de destino o del modelo de avión. Por ello, se recomienda consultar las condiciones específicas antes del embarque. No cumplir con estas directrices puede conllevar la retirada del objeto o incluso sanciones.