Violencia sexual

Así son los “chicos (no tan) normales” que crearon un chat con vídeos sexuales robados a sus parejas

Ninguna desconfiaba de ellos. Educados, universitarios, de los que mantenían buena relación con sus exparejas. Nunca imaginaron que a todas las grababan mientras tenían sexo, para luego compartir y hasta vender los vídeos. Pero así era

Registro de uno de los detenidos de los jóvenes que formaban parte del 'chat de los depravados'

Casi modélicos. Sin aparente mácula, hasta que entraron en el radar de la Guardia Civil y su vida de aparente “normalidad” se desmoronó de golpe. Cual Dr. Jekyll y Mr. Hyde, los dos únicos detenidos por ahora en la Operación Vinteox han hecho suyo ese concepto de el hombre no es verdaderamente uno, sino verdaderamente dos. Uno, el que actúa de cara al público; el otro, su lado oscuro, que en este caso se dedicaba a usar a sus novias, ligues ocasionales y hasta ex como munición para alimentar su chat de depravados a los que, con tal de acceder a contenido sexual de manera fácil y a través de canales privados de WhatsApp y Telegram, poco les importaba cómo se hubiera conseguido. Un comportamiento que ha impactado a los investigadores por su flagrante desprecio a la intimidad de las mujeres expuestas. Las víctimas, hasta ahora, son todas mujeres. Los usuarios del chat, en cambio, todos hombres.

Los iluminados y cabecillas de este vejatorio negocio, pues también vendían algunos vídeos sin que los agentes de la Unidad Telemática hayan conseguido acreditar aún la cantidad, son dos jóvenes de 23 años. “Aparentemente chicos normales, pero en los registros de sus viviendas hallamos 33 vídeos de agresiones sexuales a menores de edad, de violencia extrema, grabados en Rusia, Asia y Sudamérica”. Para Miguel Ángel Sáez, portavoz de la Guardia Civil de La Rioja no hay duda: “Son lobos con piel de cordero”. Camuflados bajo ese aspecto manso, estos dos estudiantes universitarios (uno de ellos cursa INEF), amantes del deporte y sin hábitos de consumo habitual de alcohol o sustancias estupefacientes, explotaban esa fachada para conseguir más víctimas entre su círculo, tanto el estudiantil como vacacional. Soriano y logroñés, crecidos en un entorno cómodo, sin conflictos ni acceso a ningún perfil delincuencial de referencia. Con recursos suficientes para no tener la necesidad de recurrir a un dinero extra por cualquier vía, sin ningún escrúpulo o límite para ello. “Con infancias completamente normales, sin traumas ni problemas psicológicos o psiquiátricos”, inciden los investigadores que han seguido sus movimientos desde marzo.

Casi 10 canales abiertos

Cada vez más activos y especializados. Es uno de los motivos que precipitó su detención. También el cúmulo de pruebas en su contra; casi una decena de canales abiertos en plataformas de mensajería y una treintena de víctimas. En concreto, 27 chicas, la mayoría de edad similar a la de los detenidos, de 23 años. Solo había una menor de 17. A algunas las grabaron sus pupilos, los participantes a los que aleccionaban sobre cómo grabarlas sin ser pillados, incluso con aplicaciones que al instalarlas en el móvil permiten hacerlo sin que la otra persona detecte la intromisión, por ejemplo durante una videollamada con sexo virtual mediante. Consejos que habían puesto en práctica con sus propias parejas y que sabían gracias a sus conocimientos en tecnologías. Una afición común por lo que eran muy solicitados entre sus amistades, especialmente el administrador de los chats. ”Muy bien valorado por sus amigos, sobre todo en la parte femenina. De hecho, sigue manteniendo buena relación con sus exparejas”, destacan los investigadores, que aún revisan el material incautado. Adelantan que habrá más detenidos entre la manada de centenares de usuarios. Las víctimas identificadas han empezado a denunciar, una vez ultrajadas y usadas como meros objetos sexuales por estos “chicos (no tan) normales”.