016/ Ni una más

La superviviente premiada por ayudar a otras

“A ver si la próxima vez elegimos mejor al novio”, le dijo una médica a Emma Larreta, después de que en 2007 su exnovio la apuñalase 27 veces. Desde entonces, se volcó en ayudar a otras mujeres. Ahora, su lucha tiene recompensa

“Es un orgullo porque es un proyecto que me he currado pico pala, pico pala…”. Emma Larreta no puede ocultar la alegría al otro lado del teléfono. Atiende a Artículo14 cuando acaban de anunciarle el reconocimiento a media vida. Media vida porque quizás hoy no estaría donde está si hace casi 20 años su exnovio hubiese logrado matarla. Quién le iba a decir entonces, aquel 2 de abril de 2007, que el Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género la premiaría este 2025 por la labor pedagógica que ha llevado a cabo tras superar las consecuencias de una brutal agresión machista que la dejó con una discapacidad del 39 por ciento en los brazos. “Me sana hablarlo y que me escuchen. Ver que mi historia hace que otras personas abran su melón y se replanteen cómo afrontar la agresión que sufrieron”.

De la suya habla con el detalle de lo grabado a fuego en la memoria. “No perdí la consciencia durante toda la agresión y me acuerdo de todos los detalles”. Era lunes, 9:30 de la mañana, y la calle principal de San Sebastián estaba llena de gente. Tanta, que aún hoy le sorprende que ninguno frenara la furia criminal de su homicida. “Fue rapidísimo”, resume incapaz de medir en tiempo real el instante en el que vio a su exnovio -al que había dejado tras seis meses de relación- entrar en la tintorería donde ella trabajaba, simulando que tenía una herida que mostrarle para así acercarse a ella. Salvo que Emma receló de inmediato: “Era un local estrecho y largo, y él estaba en la puerta. En décimas de segundo supe que tenía que salir al exterior porque si no, no lo contaba”.

Con ese objetivo se metió en una lucha cuerpo a cuerpo con su agresor. Un hombre mucho más corpulento que ella, armado con un cuchillo de 30 centímetros que descargó 27 veces sobre ella; en sus brazos, cara y pecho. En el corazón no acertó por muy poco. Menos en las piernas, la acribilló donde pudo. Sin piedad. “El conductor de la ambulancia fue a verme al hospital días después sin creerse que siguiera viva”. Entre las decenas de cuchilladas, sumó las sufridas al agarrar el filo con la mano derecha en su intento por escapar de quien buscaba matarla a toda costa. Si no llega a ser por la afortunada intervención del escolta de una concejala que pasaba justo por allí, el final, quizás, habría sido otro. “Paró y le encañonó la cabeza porque nadie hacía nada. Nuestra sociedad tiene un letargo que me da pavor”, lamenta Larreta al recordarlo.

Su naturaleza inconformista le ha empujado a buscar remedio a ese mal generalizado de mirar para otro lado, sobre todo, si hay violencia de por medio. Aunque uno de sus objetivos sea reivindicar al ‘hombre bueno’. Un mensaje que transmite con ahínco cuando interviene en foros de adolescentes. “Mi foco está puesto en ellos. Por mis manos han pasado miles. Y lo que más noto es que están desatendidos y necesitan desahogarse, que alguien los escuche”. Así nació hace tres años ‘InVISIBLES’, un proyecto volcado en combatir la violencia y discriminación en los centros educativos: “Consigo más que las campañas millonarias que salen en la tele”, reivindica con orgullo.

Madre de una adolescente de 13 años y un joven de 20 que tenía dos añitos cuando casi le quitan la vida, a sus 50 años Emma se siente afortunada. “Siempre digo que es un regalo de la vida que, desde el minuto uno en que abrí los ojos en la UVI, todo lo que venía me parecía bueno”. Jabata, con los pies en la tierra, el mismo día en que pisó la calle al salir del hospital, se fue directa al lugar donde la apuñaló su ex hasta rozar la muerte. Desde entonces, cada vez que pasa por el local donde estaba la tintorería, se sabe triunfadora. “Qué librada, me digo”.

De su agresor no guarda ni fotos, tampoco de las agresiones que le provocó, “y me da una rabia…”. Pero no por él, sino por ella: “A veces los demás te ven tan bien que se les olvida lo que has pasado”. Reconoce que el tiempo también le borró datos, pero cuando se le pregunta por cómo lo nombra -o si lo hace- suelta del tirón un “Ramón Emilio Amparo Monegro”; dominicano, de 30 años el día de autos. Le cayeron nueve por intento de homicidio y, cuando estaba a punto de salir de la cárcel, Larreta solicitó que fuera deportado, como así fue. A día de hoy, que desconoce por completo dónde puede estar, afirma que no vive con temor de que regrese. “Lo que no quita que no se me revuelva el estómago si me cruzo con un tipo con una complexión parecida a la suya”.

El miedo a caminar por sitios oscuros es otra de las secuelas; confiesa que antes esa palabra no entraba en su vocabulario. Igual que el dolor que la acompaña cada día, cada vez peor. A la vista quedan las cicatrices que rasgan sus brazos, de nervios lesionados y que apenas puede levantar. Lo que le ha condicionado el trabajo y hasta conducir. Durante los primeros años necesitó ayuda las 24 horas al día, costeada de su bolsillo. “Y eso me enfadaba mucho, porque pensaba que mientras tanto él estaba de rositas cobrando 500 euros por estar en la cocina de la cárcel”. Y añade: “Porque él se lo buscó. No yo”.

Aunque ha escuchado de todo. Como aquella médica que le espetó: “A ver si la próxima vez elegimos mejor al novio”. Era quien debía evaluar su grado de discapacidad tras dos años de cirugías y rehabilitación, y esa vez Emma optó por el silencio. No así al notar las miradas de un entorno que la juzgaba como si tuviera la culpa de ser la víctima. “Pero no es lo que escuchas, sino lo que te afecte”, recalca.

’El mapa de mis cicatrices’ es el título del libro que acaba de sacar en el que negro sobre blanco cuenta la cara y cruz de estas décadas. Emma Larreta estuvo a punto de ser la víctima 73 en un año especialmente negro, en el que la pionera Ley contra la Violencia de Género apenas daba sus primeros pasos. En 2007 fueron asesinadas por sus parejas o exparejas 25 mujeres más que en 2024. “Por eso, cuantas más mujeres demos la cara y salgamos a la calle, más acorralados se sentirán ellos”, recalca. Con tal fin, el de combatir, pero sobre todo ayudar y acompañar, abrió la web Emmalarreta.es. Ahí están recopilados todos los proyectos que ha puesto en marcha a lo largo de media vida, desde que se convirtió en una superviviente. Premiada ahora, como destacan desde el Observatorio contra la Violencia de Género, por su “fuerza, tesón y actitud positiva”.