Eliminar minutos de silencio: cuando borras la voz de las víctimas

El PP de Huesca suprime de manera sistemática la obligatoriedad de realizar un minuto de silencio en repulsa a la violencia machista antes de los plenos

Hace casi 65 años fueron brutalmente asesinadas Las Mariposas: las hermanas Mirabal. Patria, Minerva y María Teresa. Ocurrió un 25 de noviembre en República Dominicana. Trujillo, dictador desde hacía entonces 30 años en el país caribeño, ordenó su asesinato por ser Las Mariposas un inconveniente en su régimen: las hermanas Mirabal dedicaron toda su vida- hasta su asesinato- a la lucha activa feminista y a la resistencia contra la dictadura de Trujillo.

Minerva, poco antes de ser asesinada, dijo: “Si me matan, sacaré los brazos de la tumba y seré más fuerte“. Y como si de una profecía se tratase, cumplió su promesa. No pudo vivirlo, tampoco sus hermanas, pero su valentía y su sacrificio convirtió a Las Mariposas en un ícono mundial de la lucha por los derechos de las mujeres. Veintiún años después de su asesinato, durante el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe (1981), se decidió conmemorar ese día como el Día Internacional de la No Violencia contra la Mujer. Que, años más tarde, en 1999, se adoptaría por la ONU como el día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer: el 25N.

Imagen de una manifestación feminista en Málaga, Andalucía.

Por qué nacieron los ‘minutos de silencio’ en repulsa a la violencia machista

En aquel entonces, hicieron falta 39 años de concienciación y lucha para que nuestros políticos entendieran la necesidad de establecer un día internacional que condenase este tipo de violencia contra las mujeres. 39 años. Tras ello, aparecieron los minutos de silencio institucionales por las víctimas asesinadas.

Se quería demostrar a la ciudadanía, aunque fuese de manera simbólica, que había un compromiso político por erradicar este tipo de violencia, que se rechazaba de manera unánime sin importar ideologías. En España, esos minutos de silencio, tardaron un poco más en llegar: 2003, año en el que empezaron a contabilizarse las mujeres asesinadas a manos de sus parejas o exparejas.

El PP de Huesca elimina los minutos de silencio de manera sistemática

Bueno, pues 65 años de lucha y condena se pueden borrar de un plumazo si nuestros políticos se lo proponen. Que se lo pregunten al PP de Huesca. Ellos solo han necesitado unos minutos y una firma. Con el apoyo, como no, del partido ultraderechista y negacionista, VOX.

El pasado mes de junio la edil ocense, Lorena Orduna, eliminó de manera sistemática la obligatoriedad de realizar minutos de silencio en repulsa a la violencia machista antes de los plenos. La excusa del grupo municipal es que “se puede hacer en otros momentos y ordenar de otros modos”, aunque no han especificado ni cómo ni cuándo. La “obligatoriedad”, hasta ahora, respondía a un gesto de responsabilidad. De conciencia. De compromiso con las víctimas y con la sociedad.

Ahora, en cambio, se debe esperar un acto de buena fe. Algo así como: cuando saquen tiempo. Cuando un minuto no suponga demasiado esfuerzo en su apretadísima agenda.

Igualdad y la Asamblea 8M condenan la decisión de la edil

A la decisión del Ayuntamiento de Huesca, respondía la ministra de Educación, Pilar Alegría y también la ministra de Igualdad, Ana Redondo: “El negacionismo de la alcaldesa genera indefensión a las víctimas. Las instituciones debemos estar al servicio de las mujeres más vulnerables. ¿Cuesta tanto un minuto de silencio para reconocer a las víctimas y condenar el machismo asesino?”.

También desde la Asamblea 8M y el Colectivo de Mujeres Feministas de Huesca han mostrado su indignación ante la resolución aprobada y en contextualizado la importancia del por qué eliminar este gesto es, además de bochornoso, peligroso.

“¿Cómo se atreven a decir que un minuto de silencio ha dejado de tener sentido?”

“Son patadas a años de avances en la lucha contra las violencias machistas y, en particular, contra la violencia de género. La causa de estos asesinatos fue nombrada por vez primera por el movimiento feminista y reconocido mayoritariamente por profesionales y expertas de todo tipo como la violencia más ancestral que venía normalizándose como parte de aquel ‘mi marido me pega lo normal’ que tanto nos resuena aún”, explican.

“¿Cómo se atreven a decir que el minuto de silencio ha dejado de tener sentido? (Solo este año 22 mujeres han sido asesinadas a manos de sus parejas y exparejas. 2 niños por violencia vicaria confirmada y otro más junto a su madre).”, preguntan. Explican que “los minutos de silencio” no sirven para “acabar con este tipo de violencia” pero sí para expresar la repulsa por cada asesinato y la solidaridad con las víctimas y sus familiares.

No sirven para erradicar, pero sí para concienciar y reparar

Para hacérselo entender, comparan con un gesto que el Partido Popular nunca se ha puesto en duda cuando ha sido necesario tenerlo: “Cuando era ETA quien asesinaba, nunca se esperó de los minutos de silencio que acabaran con la banda terrorista y, sin embargo, formaba parte de la forma en que la sociedad expresaba su repulsa por cada asesinato y su solidaridad con las víctimas y familiares”.

Ana Redondo y Francisco Martín encabezaron el primer minuto de silencio desde que se aprobó el protocolo
Ministerio de Igualdad

Lo cierto es que nombrar a las víctimas siempre ha sido un acto de reconocimiento. Un intento, por pequeño que sea, de reparación colectiva. Y eliminar este minuto de silencio es dar una patada- más- a las víctimas de la violencia machista en nuestro país. “Este equipo municipal, no sólo no anuncia nuevas medidas para proteger a las mujeres y a sus criaturas del machismo asesino, sino que elimina uno de los símbolos del consenso social contra la violencia de género. El siguiente paso es borrar su nombre y negar su realidad, para que vuelva a ser la violencia que no tiene nombre o el insoportable ‘crimen pasional’”, denuncian desde el colectivo.

La agenda ideológica ultraderechista se impone y borra años de lucha feminista también en Madrid y Valencia

Esto no es más que una nueva forma de contentar al partido negacionista de la violencia de género por excelencia: VOX. Invisibilizar esta realidad siempre ha sido uno los principales pilares de los ultraderechistas. Y así lo han demostrado ya en varios de los consistorios en los que gobiernan.
En Collado Villalba, Madrid, el PP eliminó el término “violencia de género” a cambio de aprobar los presupuestos. Decía ante un VOX que no daría su brazo a torcer a no ser que el PP comprase su agenda ideológica. Y lo hizo.

Lo mismo ocurrió en septiembre de 2023 en las Cortes Valencianas: PP y Vox pactaron eliminar “violencia machista” de las pancartas contra los femicidios en las Cortes. En su lugar, ahora aparece el lema “No a la violencia contra las mujeres”. Porque, según el discurso ultraderechista, la violencia machista no existe. Lo que “existe” es violencia contra “unos” y “otros”.

Borrar una realidad que afecta a 35 mil mujeres solo en España Quieren borrar así una realidad que solo el año pasado afectó a 34.684 mujeres (conocidas, denunciantes) en nuestro país.

Una realidad que, ahora – y a pesar de que en Huesca hay casi 600 mujeres en el sistema VioGén- al equipo de gobierno de la alcaldesa de Huesca, no le ha parecido “un contexto serio” al que otorgar sesenta segundos cada vez que un hombre ejerce la forma más extrema de este tipo de violencia y asesina a su mujer o exmujer.