Las patatas son una de las guarniciones estrella de la comida en buena parte del mundo. En restaurantes y bares de toda España, se sirven con muchos platos, principalmente pasadas por la freidora. Pero existe una conexión entre diabetes tipo 2 y patatas fritas que hasta ahora no conocíamos.
Una investigación reciente de la rama de salud de la Universidad de Harvard ha dado un dato desalentador para los aficionados a este plato. Por lo que si lo consumes a menudo, deberías tenerlo en cuenta.
Qué dice Harvard sobre las patatas fritas y diabetes tipo 2

El profesor Walter Willett y el investigador Seyed Mohammad Mousavi tienen malas noticias para los amantes de las patatas fritas. Estos miembros de Harvard han obtenido un preocupante resultado en un estudio reciente publicado en la revista de la universidad.
Según concluyen, el consumo de tres raciones semanales de patatas fritas se asocia con un aumento del 20% en el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
Este tipo de diabetes es la no hereditaria, sino que proviene de la alimentación que tenemos a lo largo del tiempo. La glucosa de estos alimentos permanece en la sangre durante más tiempo al no poder regularla la insulina. Ya sea por la falta suficiente de producción de esta hormona por parte del cuerpo, o porque este no lo usa adecuadamente.
Su investigación se desarrolló haciendo los pertinentes metaanálisis de tres grandes estudios a través de diferentes décadas, con más de 500.000 personas adultas de cuatro continentes involucradas. Con sus cálculos, revelaron que aquellas que tomaron otro tipo de carbohidratos vieron reducidos sus riesgos diabéticos en un 20%.
Este efecto no se apreció en patatas cocinadas de otra forma, como trituradas, hervidas, al horno… El problema es el método de fritura que atraviesan las deseadas french fries, así como otros alimentos con parte de harinas refinadas en su composición.
Qué hago si me encantan las patatas fritas
Las conclusiones del estudio sobre diabetes tipo 2 y patatas fritas no tiene por qué alejarte de las patatas fritas. Puedes seguir consumiéndolas en menor media. Además, trata de buscar algunas alternativas a su fritura: hacerlas al horno o en la air fryer, probarlas al vapor, reemplazarlas de vez en cuando por cereales integrales o legumbres…
Asimismo, buscar otras guarniciones para los platos que sueles acompañar con patatas, como las verduras y el aguacate pueden ayudarte. La cuestión es buscar alternativas más saludables que te gusten, y que sientas que funcionan bien en tu dieta.
El problema de freírlas es que se altera su índice glucémico hacia picos más bruscos, lo que favorece el desarrollo de la diabetes. Además, durante el proceso de fritura absorben grasas perjudiciales y generan propiedades oxidativas y de inflamación. De ahí que los expertos recomienden su disfruta ocasional.
El doctor Willet, de la investigación, cree que elegir otras opciones de carbohidratos más saludables, como la propia patata sin freír, reducen significativamente los riesgos a padecer diabetes. La diferencia en la preparación puede ser crucial para la salud.
Así, trata de evitar riesgos innecesarios y disfruta de ellas en momentos especiales. Según concluye el propio especialista, “los pequeños cambios en nuestra dieta diaria pueden tener un impacto importante en cuanto al riesgo de sufrir diabetes tipo 2″.