En la cuarta temporada de The Bear, el caos de la alta cocina de Chicago vuelve a ser protagonista. Los fogones son causa de estrés, de exigencia, de emociones a flor de piel… pero hay una figura que se impone con inteligencia y temple: Ayo Edebiri, quien interpreta a la brillante Sydney Adamu.
Su trabajo en la serie no se limita a actuar. Si en la tercera temporada Edebiri se estrenó también como directora, en la nueva entrega de este año se atreve a escribir uno de los episodios, y lo hace con una claridad creativa que redefine lo que significa ser una mujer en control.
Desde que The Bear llegó a FX, Sydney Adamu se convirtió rápidamente en un personaje fundamental para el equilibrio emocional de la serie. En un mundo donde todo se rompe para volver a armarse a golpe de ambición, Sydney representa la empatía. Como dijo el protagonista Jeremy Allen White: “Syd y Carmy hacen cosas el uno por el otro. Ella es una fuente de paz y enfoque para él; y él, a veces, de inspiración y estabilidad para ella”. En esta cuarta temporada, Sydney se encuentra en una encrucijada: ¿quedarse en el restaurante de Camy, The Bear, o aceptar una tentadora oferta en otro restaurante? “Es ese dilema eterno de qué nos debemos los unos a los otros, y qué nos debemos a nosotros mismos, admite Edeberi.

Napkins, un capítulo extraordinario
En la tercera temporada, Ayo Edebiri se puso detrás de la cámara por primera vez en The Bear, dirigiendo el extraordinario episodio ‘Napkins’. Una historia que se aleja del habitual ritmo vertiginoso de la serie para enfocarse en Tina (interpretada por Liza Colón-Zayas), quien acaba de perder su empleo tras 15 años en una fábrica. La narrativa es íntima, profunda y brutalmente humana. La dirección de Edebiri resalta la dignidad perdida y el poder de dar voz a una mujer cuando todo parece derrumbarse. “Quería acercarme a los ojos de Liza. Compartir su mirada porque Liza es una fuente inagotable de emoción”, explicó Ayo. Además de dirigir ‘Napkins’, Ayo también coescribe un episodio de la cuarta temporada junto a su compañero Lionel Boyce (Marcus en la serie). Ambos se convierten así en los primeros miembros del elenco en contribuir como guionistas, aunque de este capítulo todavía no se sabe nada.
La historia de Ayo no difiere mucho de la de su personaje Sydney. En ambos casos, hay una búsqueda por demostrar su talento y sacar a la luz el potencial de otros. “Sydney está descubriendo que realmente es buena enseñando, que ve cosas en la gente que ellos no ven en sí mismos. Y eso es algo que quiero hacer más en mi vida”, confesó Ayo.
Como mujer joven, negra, e hija de inmigrantes, Edebiri ha vivido la experiencia en demasiadas ocasiones de ser “la única en la sala”. Y ha transformado esa posición en una plataforma para contar historias auténticas y necesarias para dejar de ser “única”. “Es importante compartir tus logros, abrir puertas para que otras mujeres tengan la misma oportunidad”.

De Chicago a Apple TV+
The Bear ha sido el trampolín que catapultó a Edebiri a la atención masiva, pero su carrera va mucho más allá. Ha sido guionista en series como Big Mouth y What We Do in the Shadows, comediante de stand-up y productora ejecutiva.
Su próximo proyecto será la serie de Apple TV+ Prodigies, una comedia romántica que coprotagoniza con Will Sharpe (The White Lotus). La serie, que contará con siete episodios, está dirigida y escrita por Sharpe, con Edebiri aportando su sensibilidad y carisma tanto en pantalla como detrás de cámaras.
Durante unas vacaciones recientes en Asia —que ella misma describe como “una especie de año sabático espontáneo”—, Edebiri concibió un proyecto aún más inesperado: una película surrealista basada en Barney & Friends. La presentó al actor y director Daniel Kaluuya, y ya fue aprobada por A24 y Mattel Films para su realización. “Solo quiero contar historias que me emocionen”, explica ante este nuevo reto. De su mano, una figura infantil se transforma en una propuesta cultural diferente, lo que demuestra que como artista, Ayo Edebiri es indefinible.
Su capacidad de trabajar con inteligencia emocional y humor la convierte en una de las creadoras más complejas y prometedoras de su generación. La crítica ha celebrado su trabajo, pero lo que deja huella es su forma de estar presente. En una industria que todavía se mueve por inercias, Ayo es un interruptor. Propone otra manera de liderar compartiendo. Sabe que cada oportunidad también puede ser una plataforma para otros. Por eso escribe, dirige, produce. No sólo para sí misma, sino para quienes aún no han tenido su primera oportunidad.