Fernando Colomo

Fernando Colomo: “La imperfección es parte de la gracia que tiene la obra”

Fernando Colomo regresa con Las delicias del jardín, una comedia intergeneracional que protagoniza junto a su hijo Pablo y que explora, con humor e ironía, la crisis creativa y los vínculos familiares a partir del icónico tríptico de El Bosco.

Fernando Colomo
Fernando Colomo, Carmen Machi y Pablo Colomo en la nueva película El jardín de las delicias. Imagen de la academia de cine.

Fernando Colomo, uno de los imprescindibles de la comedia madrileña, acumula ya más de 50 años en los que ha actuado, escrito y dirigido películas como Tigres de papel, Los años bárbaros, Isla Bonita o Bajarse al moro, entre otras. Ahora estrena y protagoniza una nueva cinta junto a su hijo, Pablo Colomo y con José Luis Alcaine como director de fotografía, titulada Las delicias del jardín, que explica en una entrevista para Artículo14.

El film indaga en la crisis creativa y el contraste entre diferentes generaciones desde la libertad, buscando siempre la verdad y manifestando, con ironía, las contradicciones entre personajes. 

Fermín (Fernando Colomo) es un reconocido pintor abstracto que está en plena crisis personal y económica, además de ocultar un temblor en su mano que le dificulta para seguir pintando. Por esa razón en un primer momento rechaza la propuesta de su galerista y ex mujer Pepa (Carmen Machi) para presentarse a un concurso millonario y versionar el tríptico de El Bosco “El jardín de las delicias”.

Fernando Colomo
Fernando Colomo en la entrevista para Artículo14. Foto de Javier Cuadrado.
Javier Cuadrado

Sin embargo, dos acontecimientos le harán cambiar de opinión. El primero, la notificación de embargo sobre sus cuentas y tarjetas bancarias. El segundo, la aparición de su hijo Pablo, pintor como él, aunque figurativo, que llega de un viaje a la India. Padre e hijo tendrán que olvidar sus diferencias artísticas y personales para realizar juntos una versión moderna de la obra maestra de El Bosco.

¿Cómo surgió la idea de escribir Las delicias del jardín

La idea surge de la vida cotidiana, porque Las delicias del jardín es una película muy personal, basada en hechos reales y en mi propia vida. Por eso lo he interpretado yo con mi hijo y la hemos escrito entre los dos.

También tenemos otros actores como Carmen Machi, que tiene un papel muy importante, Antonio Resines, María Hervas, Brays Efe…pero la película nace de la realidad, de la convivencia entre mi hijo y yo. 

La elección del cuadro está inspirada en un concurso real que se hizo en la colección solo hace 4 años, cuando empezamos a escribir el guión. Fue a partir de una exposición que se hizo en Matadero interesantísima que nos dio un poco la idea. Luego hemos tenido la suerte de poder rodar en la fantástica colección que está en la puerta de Alcalá que tiene una recopilación de arte contemporáneo muy importante y unos espacios visualmente muy ricos.

¿Qué técnica habéis aplicado para grabarla?

Ha sido un rodaje muy especial porque que el director de fotografía es José Luis Alcaine, que es posiblemente -de los vivos-, el más grande director de fotografía español. Yo quería hacer algo especial porque al trabajar en la película hay una mezcla de actores profesionales y otros que se interpretan a sí mismos como Antonio López, porque habla del mundo del arte. 

Hemos rodado con cámaras más pequeñas y manejables que no tuvieran tanta presencia como los rodajes clásicos. Fue entonces cuando José Luis me propuso rodar con seis móviles y la hemos rodado íntegramente así, lo que para mí ha sido una experiencia absolutamente nueva. 

Fernando Colomo
Fernando Colomo en la entrevista para Artículo14. Foto de Javier Cuadrado.
Javier Cuadrado

¿Cómo ha sido escribir el guión y actuar junto a tu hijo? 

Pues la verdad es que ha sido más complicado lo normal, porque normalmente trabajas con un guionista, quedas con él y va avanzando poco a poco y tal. En este caso yo vivo realmente con mi hijo, con lo cual la escritura del guión era algo cotidiano también.

Ha sido un proceso largo, lo cual nos ha permitido hacer unas cuantas reescrituras de guión, dejarlo reposar y volver a cogerlo. Es muy personal porque al final estábamos reflejando nuestra propia convivencia. De hecho, hay secuencias que a pesar de estar escritas, las improvisábamos entre los dos para para que la interpretación también tuviera más verdad. De alguna forma siempre que lo escribíamos pensaba en mí.

El papel del personaje que hacía de mi hijo, realmente mi hijo fue la quinta opción. Es decir, por motivos de fechas que tenían que concordar, sobre todo con las fechas de Carmen Machi, se nos se nos fueron cayendo diversas opciones y de pronto llegó un momento en que ya teníamos las fechas de rodaje encima y todavía no habíamos encontrado al actor adecuado.

Entonces Carmen Conesa, actriz con la que me une una gran amistad desde que hicimos Las chicas de hoy en día me sugirió “¿Y por qué no lo hace tu hijo?” Al final ya por necesidad lo ha hecho mi hijo y creo que ha sido un un acierto muy grande.

¿Por qué hay tantas referencias con saturno devorando a sus hijos? ¿Devoran las madres a los hijos también?

Hay partes de la película que hemos rodado en el Museo del Prado, donde está el Jardín de las delicias, que da nombre a las delicias del jardín. También aprovechamos y rodamos en los cuadros de en las pinturas negras de Goya entre las que está Saturno devorando a su hijo.

Llevado el cuadro a los personajes, es un poco una relación donde el padre está demasiado presente y de alguna forma eh devora devora a sus hijos. Yo creo que Saturno en realidad es es como de alguna forma como un padre que se impone, que tiene una personalidad a lo mejor muy grande y que se impone al resto, así como puede pasar con una madre.

¿Hay feminismo en la película?

Yo creo que si hay discusiones sobre el feminismo. Se ve en la distinta forma de verlo de de las dos generaciones porque Las delicias del jardín es una película intergeneracional y eso tiene mucha importancia, mucho peso en la historia. Hay una forma muy distinta de ver el feminismo, la política, las relaciones con las mujeres y lo relacionado en general con el amor.

Hoy en día, la generación de mi hijo, que tiene ya 30 y algo, ha cogido toda la etapa Tinder, donde las relaciones son como mucho más frecuentes y esporádicas o efímeras.

En mi época eran más permanentes… de hecho casi te casabas como con la primera novia. Luego los segundos matrimonios, que es algo muy normal, es una consecuencia de todo esto, de la rapidez con que se han tomado de decisiones de por vida que son muy importantes. Las miradas de los dos personajes masculinos son distintas respecto a las mujeres con las que van saliendo. Mi personaje es de alguna forma más más naif, eh, creo, que en el caso del joven, que en su caso parece que no supera su relación pasada. 

¿En la última década se notado una diferencia en incorporación de la mujer al cine español?

Actualmente ha habido un vuelco muy importante, sí. Hay muchísimas directoras. A mi personalmente, me interesa el trabajo de Isabel de Ocampo que está haciendo como también una investigación en el terreno documental o Chus Gutiérrez también me parece muy interesante.

Planteáis debates muy grandes a lo largo de los diálogos de la película de una manera muy cotidiana y muy sutil. Uno de ellos es el tema de la legitimidad del artista ¿se puede separar al artista de su obra?

Sí. Yo creo que el artista hay que separarlo de su obra. De hecho, Cervantes es posiblemente de los más grandes artistas y es difícil pensar que cuando estaba escribiendo El Quijote fuera consciente de lo que estaba haciendo. Indudablemente es una obra que le supera. De alguna forma él tiene esa intuición, pero luego la obra vuela por sí sola.

En el caso del de Picasso, yo creo que también pasa algo parecido. Como persona era un tipo bastante difícil, por decirlo de una forma elegante, y como como artista realmente fue un revolucionario total, cambió totalmente las reglas de la pintura.

Por un lado es es algo que está totalmente presente ya en nuestra cultura y creo que es algo que hay que manejarlo con un cierto cuidado, porque se ha se han producido algunos casos que luego ha habido que rectificar. Entonces, digamos, que ahí se puede producir un daño moral muy muy importante. Aun así es un una reacción a muchos años de abusos y en ese sentido creo que es comprensible.

¿Qué hace un artista (en tu caso cineasta) cuando entra en un bloqueo artístico?

Los bloqueos artísticos son algo muy característico de los artistas, yo creo que todo el mundo lo sufre. Ahí lo importante es airearse un poco. Es decir, no puedes estar todo el rato ahí frustrado porque no te sale el guión o el cuadro. Está bien como cambiar de aires, ver otras cosas. Desde luego volver a la naturaleza que siempre va a ser la fuente de inspiración de todo y yo creo que por ahí puede venir el desbloqueo.

En la película el protagonista al que encarnas menciona varias veces que la muerte del artista provoca la revalorización de sus obras. ¿Crees que sucede así?

Efectivamente, sobre todo en el mundo de la pintura, un artista vivo no está igual valorado que cuando está muerto, porque cuando está muerto ya se sabe que no va a haber más obra. Entonces, inmediatamente sube el precio de su obra.

Con los pintores es clarísimo pero con los cineastas no pasa de una forma tan clara, aunque sí que es verdad que siempre de alguna forma el hecho de desaparecer parece que te da algún tipo de revalorización.

Actualmente el mundo del arte contemporáneo tiene mucho material para hablar de él y para criticarlo. Ya no se valora tanto el que el que se sepa pintar, se valora más el discurso, con lo cual hemos entrado como en un tema más literario. Se sobrepone la capacidad del del autor de ser famoso por otras circunstancias. Todo eso lo lo criticamos un poco en la película.

Mirando hacia atrás tus películas, ¿habría cosas que cambiarías de ellas o las dejarías tal y como están?

Bueno, cambiaría todo. Si pudiera volver a rodar, a veces a lo mejor lo cambiaría y me salía peor y diría:”bueno, lo dejo como está”. Pero sin duda yo creo que cualquier artista nunca se queda totalmente contento de lo que ha hecho. Siempre piensas que hay cosas que se podría mejorar. Pero la ventaja que tiene el cine también es que es un arte en el que colabora mucha gente. No no es solamente el director o el guionista o el productor o el actor… sino que es un equipo muy amplio, lo que aprecio en todos los trabajos.

A lo mejor ves la dirección de fotografía y dices, “buah, pues qué bien estuvo, yo no sabría cómo mejorarlo ahora”. Yo creo que siempre hay una insatisfacción, nunca te quedas contento al 100%.

Digamos que hay que reconocer que las obras son imperfectas. Es decir creo que la imperfección es parte de la gracia que tiene la obra. En la pintura desde luego es clarísimo, vemos como cuadros que se hicieron de una forma muy rápida o naif, igual ahora no se pueden conseguir… eso es lo bonito.

El proceso es muy importante porque realmente es lo que vivimos de verdad, lo que vivimos momento a momento. El resultado final ya es algo que queda fijado y y queda ahí y queda para las futuras generaciones acciones que lo quieran ver, pero el proceso es nuestra obra y el resultado final es el legado.

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