El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, tras el Comité de Dirección celebrado en Melilla, acusó al jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, de romper la independencia judicial tras sus declaraciones en las que exculpó al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, pese a que su caso sigue en manos del Tribunal Supremo. “Que el presidente del Gobierno interfiera en una causa judicial abierta es un síntoma inequívoco de su falta de calidad democrática, de ética y de responsabilidad”, afirmó el líder de la oposición en Melilla, tras la reunión del Comité de Dirección del PP celebrada en la ciudad autónoma.
Feijóo sostuvo que el Gobierno “está acorralado por la justicia y noqueado en el Parlamento”, y denunció que “los jueces le paran los pies y sus socios le atan las manos”. Según señaló, no se trata de un caso aislado de corrupción, sino de “una presunta organización criminal hecha partido y luego hecha Gobierno, que empezó a operar en el coche de las primarias y no se ha bajado del coche oficial desde entonces”. Para el líder popular, la actual legislatura “está agotada”, marcada por la “corrupción del PSOE, la falta de ética y la debilidad parlamentaria” de un Ejecutivo “sin mayoría, sin socios y sin capacidad para aprobar leyes”.
No puede ayudar a las comunidades un Gobierno que no tiene un Consejo de Ministros sino un Comité de Oposición al PP. pic.twitter.com/ZXNYlP3DfO
— Alberto Núñez Feijóo (@NunezFeijoo) November 10, 2025
El líder popular criticó duramente la inacción del Gobierno ante el aumento de la pobreza en España, recordando que “casi diez millones de personas viven hoy en riesgo de exclusión social” y que “no tiene nada de progresista empobrecer a las clases medias”. A su juicio, el Ejecutivo “ha lastrado el crecimiento del país” y convertido el Consejo de Ministros en un “Comité de oposición al PP”, con “cinco ministros usando el BOE para promocionarse en las autonomías donde serán candidatos”.
Medidas para Melilla
Desde allí, Feijóo presentó además su “carpeta de Melilla y de Ceuta”, una propuesta estratégica que combina medidas de seguridad, desarrollo económico y cohesión social. “Melilla es y será España. Es una frontera española y europea. Su protección no es opcional ni negociable”, afirmó. Entre sus compromisos, anunció un refuerzo de la presencia de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, la colaboración con Frontex y un plan para dar un vuelco a las políticas económicas y sociales que conviertan a las dos ciudades autónomas en lugares “más prósperos y atractivos”.
En el plano económico, prometió implantar un régimen fiscal especial que facilite la llegada de nuevas empresas, junto con la recuperación de la bonificación del 50% en las cotizaciones sociales bloqueada por el actual Gobierno en el Congreso. Asimismo, abogó por mejorar la conectividad con la Península, factor que considera clave para dinamizar la economía local y crear empleo estable.
El presidente del PP también hizo referencia al deterioro de los servicios públicos en la ciudad autónoma y recordó que el Gobierno central es “el único responsable” de la educación y la sanidad en Melilla. Prometió impulsar nuevas inversiones para convertirla en una “ciudad universitaria”, aumentar la plantilla de profesionales sanitarios y mejorar sus condiciones laborales. “La única sanidad española que depende del Gobierno es la que peores ratios tiene”, reprochó, denunciando además que el Ejecutivo ha “marginado” a Ceuta y Melilla, “retirándoles bonificaciones, abandonando las fronteras e inaugurando hospitales sin camas ni quirófanos operativos”.
Por último, defendió que Melilla y Ceuta deben contar con un estatuto europeo equiparable al de las regiones ultraperiféricas, con acceso prioritario a los fondos de cohesión. “España no puede ser ingobernable solo porque la corrupción del Partido Socialista sea inagotable”, advirtió, para después rematar: “Este Gobierno no tiene ética ni rumbo. Es el peor que ha tenido nuestra democracia y debe asumir que ya no puede gobernar, solo bloquear el cambio que el país necesita”.

