El secretario de Estado americano, Marco Rubio, elaboró un documento a principios de diciembre titulado “El nuevo G20”. Este documento se hizo con motivo de la presidencia del país norteamericano de la edición del grupo de los 20 para el próximo año.
En su documento, Rubio plantea las líneas maestras de la presidencia norteamericana, en un año de especial relevancia, ya que en 2026 tendrá lugar el 250 aniversario de Estados Unidos. Esta efeméride podría suavizar las relaciones bilaterales con España, marcadamente frontales a lo largo de todo 2025. Si bien nuestro país ha sido excluido de las primeras reuniones de trabajo del G-20, Trump afirmó recientemente que España será “observador invitado” a la Cumbre.
España buscará suavizar las relaciones bilaterales con EE UU
Pese a las conflictivas relaciones diplomáticas entre ambos países por la política de España respecto a la inversión del gasto en Defensa exigido por Trump, se buscará que el tono se suavice de cara a 2026. A principios del mes de diciembre, la embajada de España en Estados Unidos anunció un acuerdo de cooperación con America250, la comisión nacional creada por el Congreso para el 250º aniversario de la independencia del país, con el objetivo de colaborar en actos conmemorativos e iniciativas con motivo de la fecha. Dicho acuerdo busca fortalecer los lazos históricos entre España y EE.UU, que colaborarán en la preparación diferentes eventos y programas culturales sobre la efeméride. Por ejemplo, está previsto que la Armada envíe su mejor flota para celebrar la efeméride. La influencia de nuestro país en la independencia americana es histórica, el anterior presidente Joe Biden dijo públicamente que no habría sido posible sin la ayuda de España.

El giro de Estados Unidos al G-20
Las temáticas, o los conocidos como tracks de trabajo, han tenido una temática muy amplia hasta la fecha. Por ejemplo, en la edición de Sudáfrica, y en las últimas presidencias del sur global, los asuntos a tratar han sido muy amplios, así como los grupos de trabajo. Es esto precisamente lo que Estados Unidos va a reducir, volviendo al origen del grupo, mucho más financiero. A diferencia de en las ediciones pasadas, en que, además del track financiero, se incluyeron los grupos de trabajo centrados básicamente en cadenas de suministro, energéticas y nuevas tecnologías.
Y, dentro de esta tendencia limitativa se incluyen las invitaciones. La próxima cumbre del G-20 se celebrará en diciembre de 2026, en el resort del presidente estadounidense en Florida, Mar-a-Lago. Y promete novedades. El Gobierno de Trump ya ha confirmado que estarán invitadas las 20 economías del mundo, entre las que se encuentra España. Sin embargo, Trump ha decidido invitar a los países asiáticos de Kazajistán y Uzbekistán. Estos países tienen una nutrida reserva de minerales y produce la mitad de uranio del mundo. Además, el presidente estadounidense está interesado en hallar materiales raros para dispositivos de alta tecnología. Unas alianzas que además favorecen la red que Trump quiere tajar en Asia alrededor de Israel, ya que el presidente de Kazajistán, Kassym-Jomart Tokayev, estaría dispuesto a unirse a los acuerdos de Abraham.

El papel que jugará España
Por su parte, el papel que jugará España será diferente al de otros años. La presidencia del G-20 de este año la ha tenido Sudáfrica, país con el que mantenemos una buena relación bilateral bajo gobierno de Sánchez. España, que tiene el estatus de invitado permanente desde 2008, está previsto que asista a la cumbre. No obstante, esa condición es informal, informan fuentes diplomáticas, en el sentido de que cada país anfitrión se reserva el derecho a invitar a quien considere. El caso más flagrante bajo presidencia de Trump ha sido el caso de Sudáfrica, país a quien no se ha invitado, pese a ser miembro permanente del G-20.
Las relaciones bilaterales entre el país presidido por Cyril Ramaphosa y Estados Unidos atraviesa unos momentos complicados, dadas las políticas aplicadas a los blancos, que Trump critica, y el hecho de que no se invitara a un alto diplomático estadounidense a la cumbre de Johanesburgo. Por el contrario, Polonia sí será invitado a la cumbre pese a no ser miembro permanente, dado que es considerado socio estratégico. Estados Unidos se reservará el derecho a invitar a los países likeminded de la administración Trump.
En estos momentos, nuestro país estará dentro de esa cumbre, sin embargo, Estados Unidos ha excluido a España de las primeras reuniones de trabajo. En estos grupos de trabajo intervienen los SHERPAS -representantes de los países participantes, que suelen tener rango de secretarios de Estado-, y después se producen las reuniones técnicas de los diferentes grupos de trabajo. Después, estas reuniones pasan a nivel ministerial y concluyen en la cumbre. Nuestro país no ha sido invitado a esas primeras reuniones de trabajo.

“Nosotros veníamos trabajando en todas las presidencias, en todos los grupos de trabajo y a todos los niveles”, explican. “A las primeras reuniones de SHERPAS en Washington en el nivel más técnico no hemos sido invitados. Eso es un elemento ya significativo”.
No obstante, puntualizan, no es algo que se pueda “singularizar con España”, ya que argumentan que, pese a ser la primera vez que nos sucede, “se encuentran otros muchos en esta situación, aunque es cierto que no tienen estatus de invitado permanente, como España”.



