La historia de la Guardia Civil, una institución marcada por la tradición y el peso de la jerarquía, cambió para siempre con un nombre: Cristina Moreno. Su carrera no solo ha sido una sucesión de ascensos y destinos, sino el relato de una mujer que derribó barreras en un cuerpo donde la presencia femenina era prácticamente testimonial.
Convertirse en la primera mujer en alcanzar el rango de teniente coronel de la Guardia Civil no fue un logro aislado, sino el resultado de años de esfuerzo, talento y resistencia silenciosa frente a estructuras que durante décadas parecían inamovibles.
De una vocación familiar al primer gran paso
Cristina Moreno nació en Madrid el 31 de mayo de 1974, en el seno de una familia ligada al Instituto Armado: hija y sobrina de guardias civiles. Su vocación, por tanto, no surgió del azar, sino del ejemplo diario. En 1993 ingresó en la Academia General Militar de Zaragoza, siendo la única mujer de su promoción. Aquella joven de apenas veinte años, que vestía por primera vez el uniforme verde, representaba entonces una anomalía en un mundo donde las mujeres apenas empezaban a ser admitidas en igualdad de condiciones.
Tras su paso por Zaragoza, completó el curso en la Academia de Oficiales de la Guardia Civil en Aranjuez. Cinco años más tarde, en 1998, Cristina Moreno se convertía en la primera mujer que ingresaba en la escala de oficiales con el grado de teniente. En ese momento no existían referentes femeninos en los que mirarse; cada decisión que tomaba, cada orden que daba, servía también para poner a prueba hasta dónde llegaba la aceptación real de una mujer en un cuerpo de naturaleza militar.
La consolidación de una carrera ejemplar
Durante los años siguientes, Cristina Moreno fue acumulando destinos, responsabilidades y respeto dentro de la institución. Su trayectoria no se construyó sobre el simbolismo de ser “la primera”, sino sobre la eficacia, la profesionalidad y el liderazgo que demostró en cada misión. Su carrera creció sin ruido, pero con constancia.
El 23 de diciembre de 2016 se convirtió en la primera mujer en alcanzar el rango de teniente coronel en la Guardia Civil. Un ascenso histórico que no solo reconocía sus méritos personales, sino que abría un nuevo horizonte dentro del cuerpo. Por primera vez, una mujer ocupaba un rango de mando intermedio en la estructura de una de las instituciones más antiguas y simbólicas de España.

Aquel nombramiento fue más que una promoción. Representó un gesto de justicia hacia una generación de mujeres que, a pesar de ingresar en la Guardia Civil desde los años noventa, todavía encontraban techos invisibles en su progresión profesional. Cristina Moreno había demostrado que el mérito y la disciplina podían tener rostro femenino. Y que el uniforme no distinguía entre géneros, sino entre vocaciones.
Guadalajara: un mando histórico
En mayo de 2021, Cristina Moreno volvió a hacer historia al ser nombrada jefa de la Comandancia de la Guardia Civil de Guadalajara, asumiendo el mando sobre más de quinientos agentes y treinta y tres cuarteles. Era la primera mujer en ocupar ese cargo en la provincia y la segunda en toda España en dirigir una comandancia.
Ha recibido condecoraciones como la Cruz del Mérito Militar (distintivo blanco), la Cruz al Mérito Policial (distintivo blanco) y la Cruz de Plata de la Orden del Mérito de la Guardia Civil. Fue elegida pregonera de las Ferias y Fiestas de Guadalajara 2024. Y ha protagonizado campañas de visibilización sobre la igualdad de género dentro de la institución.


