El histórico juicio en el Tribunal Supremo que afecta a Álvaro García Ortiz se encamina esta semana a su recta final. El fiscal general declarará el día 12, entremedias también lo harán los agentes de la Guardia Civil que han investigado, y el caso quedará visto para sentencia este mismo jueves. Según las fuentes consultadas por Artículo14, habrá sentencia “en dos o tres semanas”.
El tribunal dirimirá si fue García Ortiz el que filtró a la prensa un correo electrónico enviado el 2 de febrero de 2024 por Carlos Neira, el abogado de Alberto González Amador, a Julián Salto, el fiscal de delitos económicos. En el cuerpo del mensaje el letrado reconocía que su cliente había cometido delitos fiscales y ofrecía alcanzar un pacto de conformidad con la Fiscalía para rebajar la pena.
El polémico correo saltó a la prensa el 13 de marzo, después de que El Mundo publicara una noticia diciendo que era la Fiscalía la que estaba ofreciendo un pacto de conformidad a González Amador basándose en un correo anterior que se afanó en difundir Miguel Ángel Rodríguez, el jefe de gabinete de Isabel Díaz Ayuso.
Para combatir ese relato el fiscal general ordenó recabar la cadena de correos electrónicos para elaborar una nota de prensa aclaratoria que se publicó el 14 cuando ya muchos medios habían desentrañado el asunto informando con el correo electrónico del 2 de febrero. Según el juez de instrucción, Ángel Hurtado, y la sala de Apelación del Supremo, existen indicios suficientes para pensar que García Ortiz filtró ese correo con información reservada a la prensa antes de emitir la nota de prensa.

Pero el fiscal general defiende su inocencia. En su declaración en la fase de instrucción contestó a la pregunta de si era el filtrador: “Rotundamente no. No he filtrado nada”. También rechazó que tratara de perjudicar a González Amador con la nota de prensa: “Es un ciudadano con la plenitud de sus derechos legales y constitucionales”. Sí precisó que se implicó en publicar esa circular era para “desmentir un bulo”.
Hasta ahora todo transcurre como en la fase de instrucción. Almudena Lastra, la fiscal Superior de Madrid, es la que apunta con su testifical directamente a García Ortiz como el filtrador. Llegó a decir que lo sospechó desde el principio y que el día que saltó a la prensa el correo le llamó por teléfono y le dijo: “Creo que no le di ni los buenos días. Le dije: ‘¿Has filtrado los correos?‘”, le espetó. A lo que García Ortiz le contestó: “Eso ahora no importa”. Una respuesta que le dijo se le quedó “clavada en el alma”.
Si bien, los testimonios de los periodistas que publicaron el contenido de dicho correo exculpan al fiscal general: “García Ortiz no me ha pasado un papel en los años que llevo de carrera, y aquí tengo un dilema moral bastante gordo que es que yo sí sé quién es la fuente, pero no la voy a decir por secreto profesional. Yo sé que es inocente porque conozco la fuente”, dijo ante el juez el periodista José Precedo.
También cerraron filas en torno al fiscal general la fiscal provincial de Madrid, Pilar Rodríguez, y el teniente fiscal de la secretaría técnica y su número dos, Diego Villafañe, que consideraron ponderada su actuación para recabar información sobre los correos electrónicos e informar de la versión verdadera de los hechos.
Ahora quedan por acudir los agentes de la UCO de la Guardia Civil, que tendrán que explicar cómo procedieron al registro del despacho del fiscal general y cómo descubrieron que borró todo el contenido de sus dispositivos móviles. Un registro que la defensa del fiscal general considera “inconstitucional”. Fuentes del caso interpretan que el testimonio de los agentes será relevante para la decisión final del Supremo.
El proceso de González Amador
En paralelo a todo esto, en las últimas horas ha habido un giro en los acontecimientos que, al menos, cambia la perspectiva mediática del caso. La Audiencia Provincial de Madrid ha confirmado el procesamiento de la pareja de Ayuso por fraude fiscal y falsedad documental. Esto es, por defraudar 350.000 euros al fisco en los ejercicios de 2020 y 2021 a través de ingeniería fiscal, sociedades pantalla y facturas falsas.

La táctica de la pareja de Ayuso en el juicio del fiscal ha sido presentarse como víctima para tener una línea de defensa en sus causas penales abiertas. La idea es alegar que la repercusión mediática alentada por la Fiscalía de su caso ha hecho que se frustre todo tipo de pacto de conformidad dejándole en un estado de indefensión. En su declaración en el Supremo afirmó que el fiscal general le “había destrozado la vida” y que su nota de prensa solo le dejaba dos opciones: “O me voy de España o me suicido”.
Sin embargo, tanto el juzgado de instrucción que lleva su caso como la Audiencia Provincial han desestimado estas quejas y dan valor al informe de la Agencia Tributaria y las declaraciones de los inspectores de Hacienda que certificaron el fraude fiscal de González Amador.


