Choque frontal entre la fiscal superior de la Comunidad de Madrid, Almudena Lastra, y la fiscal jefe provincial, Pilar Rodríguez, en la primera jornada del juicio histórico contra Álvaro García Ortiz, acusado de un delito de revelación de secretos por, presuntamente, filtrar a la prensa un correo intercambiado entre Carlos Neira, abogado de Alberto González Amador, y Julián Salto, fiscal de delitos económicos.
Con las primeras testificales quedan varias cartas al descubierto. Una de las claves es que Salto reconoció que, la mañana del 12 de marzo de 2024, comentó con Rodríguez y Lastra la noticia publicada a primera hora por eldiario.es sobre la denuncia del Ministerio Público contra la pareja de Isabel Díaz Ayuso por fraude fiscal. En una conversación, les reveló que el caso “se quedaría en una conformidad”.

Hasta el día 13 a la noche, el fiscal general no recibe el correo objeto de la filtración, por lo que este dato es importante para entender que en la Fiscalía había más personas que conocían los trámites.
Según la declaración de Rodríguez y del teniente fiscal de la secretaría técnica (el número 2 de García Ortiz), Diego Villafañe, Lastra estaba muy enfadada por la filtración. Rodríguez llegó a decir que Lastra le lanzó un “exabrupto” al afirmar “esos lo han filtrado”, refiriéndose a la fiscalía general.
Por su parte, a Villafañe le extrañó su enfado porque ya habían sufrido filtraciones de ese tipo y nunca le había visto así: “La animadversión de Lastra hacia el fiscal general es evidente”, sentenció.
Lastra no escondió ese enfrentamiento y dijo en sede judicial que ella se opuso a que fuera la fiscalía general quien se encargara de la elaboración de la nota de prensa, que pensaba desmentir un bulo auspiciado por el gabinete de Ayuso. “En principio, iba a ser yo quien realizara esa nota de prensa”, explicó.

Por eso le enfadó que Rodríguez apresurara a Salto a salir de un partido de futbol para que le pasara todos los correos electrónicos en la noche del 13 de marzo. “Me quedé pasmada al saber que Pilar había pasado al fiscal general esos e-mails y le dije que los iban a filtrar”, manteniendo sus sospechas continuas contra el fiscal.
De hecho, la mañana del 13 de marzo, cuando se publicaron los correos electrónicos íntegros, le preguntó directamente al fiscal general si había sido el artífice de la nota: “Creo que no le di ni los buenos días, le dije ¿Has filtrado los correos?”, le espetó . A lo que García Ortiz le contestó: “Eso ahora no importa”. Una respuesta que le dijo se le quedó “clavada en el alma”.
Finalmente, la nota de prensa se publicó con el encabezamiento de la fiscalía provincial de Madrid porque había sido Rodríguez junto al Fiscal general quienes la habían pergeñado. “La nota era disparatada, bastaba con indicar que la información era falsa, que el procedimiento de conformidad se ajustaba a lo habitual y que no hubo ninguna instrucción para retirar el pacto desde instancias superiores, pero no desvelar una estrategia de defensa”, sentenció Lastra.
A juicio de la fiscal Superior de la Comunidad de Madrid, “la nota afectaba a la pareja de la presidenta de la comunidad de Madrid. Era una persona privada sobre la que no había que dar información”. Algo que contrasta con la versión que dio Salto, que reconoció que no sabía quién era González Amador. “Desde luego que sí hemos dado cuenta de futbolistas, actores, personas de programas de corazón… Si sabemos de algún dato de trascendencia mediática, damos cuenta”, aclaró.

De esta forma, quedan claras las filias y las fobias en el seno de la Fiscalía. Lastra apunta al fiscal general y cree que es el filtrador de una información privada mientras que Rodríguez y Villafañe cierran filas en torno a García Ortiz asegurando que su gestión fue la adecuada.


