El PSOE ha sufrido una de las derrotas electorales más duras de la etapa de Pedro Sánchez como secretario general. Su candidato en las elecciones extremeñas de este domingo, Miguel Ángel Gallardo, que no ha contemplado dimitir en su primera comparecencia tras los resultados, protagoniza el hundimiento de sus siglas en el que fue un histórico feudo socialista.
El PSOE pierde más de 10 escaños con respecto a 2023 (de 28 actas pasa a 18); se deja la friolera de 14 puntos en porcentaje de voto (del 39,9% pasa al 25,7%), y se queda a 106.000 papeletas (136.000) de la que ya era su peor marca.
Un batacazo sin paliativos en una región que sólo ha sido gobernada por el PP durante seis años desde la restauración de la Democracia (2011-2015, 2023-2025). Además de pulverizar el suelo electoral de su partido, Gallardo se ha estrellado en Villanueva de la Serena (19,5 puntos menos), donde ha ejercido como alcalde durante 21 años.
El descalabro le llega al partido en un momento de extrema debilidad, asediado por los escándalos de supuesto acoso sexual por parte de dirigentes socialistas; y marcado por las investigaciones por la presunta corrupción de algunos de sus más ilustres exdirigentes. En estas semanas, en la cita que inaugura un nuevo ciclo electoral, Gallardo se ha visto arropado por el propio Sánchez (dos actos en campaña, dos en precampaña), así como por varios ministros.
La imagen de Gallardo irrumpiendo entre aplausos en la sede de su formación, en Mérida, contrastaba con el ambiente de tristeza de Ferraz, donde horas antes ya admitían que su resultado iba a ser “malo”. Los rostros de los dirigentes que le acompañaron evidenciaban la gravedad del momento político para su partido. Él evitó dimitir y se aferró a una reunión de su Ejecutiva este lunes. Y trató de posponer el debate sobre su futuro hasta los “próximos días”.

En Extremadura reclaman la cabeza de Gallardo; “Hay muchas voces pidiendo su dimisión”
Desde la cúpula federal, por su parte, optan por aguardar a la reunión del candidato con su Ejecutiva, “a primera hora” de este lunes, antes de pronunciarse sobre su futuro. “Dejemos que hable con su gente”, reclamaron. Durante la tarde, en Ferraz ya reconocían que las “circunstancias” de su candidato -procesado por la Justicia-, “no son idóneas”. Y recordaban que ganó dos procesos de primarias en poco más de un año.
No hubo un respaldo explícito al líder socialista en Extremadura, más allá del reconocimiento a su esfuerzo en estas semanas de campaña y precampaña. La llamada de Sánchez a Gallardo este domingo se encuadra en un contexto de “amistad” y de “ánimo”, dicen en sus filas. Está previsto que la Ejecutiva Federal se reúna a las 10.30 horas, y que su portavoz, Montse Mínguez, comparezca en rueda de prensa inmediatamente después. Y será entonces cuando afrontarán las primeras preguntas sobre el destino de Gallardo.
En Extremadura las espadas ya están en alto. Cuando apenas había pasado una hora del inicio del recuento, que arrancó a las 20.00 horas, fuentes de la dirección del PSOE en Extremadura ya anticipaban que Gallardo debería dejar el cargo este mismo domingo, de confirmarse los resultados provisionales del escrutinio. “Evidentemente”, aseguraron. “Hay muchas voces pidiendo su dimisión”.
“No tenía que haber llegado [como candidato]”, enfatizó un dirigente. Reconoció que, antes de este domingo, las perspectivas electorales no eran buenas, si bien no podían anticipar un resultado “tan malo”. “En la calle, que es el mejor sondeo, nos recriminaban al candidato”, apostillaron. En Extremadura tienen bien presente que su predecesor, el fallecido Guillermo Fernández Vara, dimitió en 2023 inmediatamente después de empatar con el PP c 28 escaños, aunque les ganara en votos.

Ferraz intenta resguardar a Sánchez
Como el candidato, que rehuyó la autocrítica y sólo asumió que su resultado es “muy malo”, la número tres del PSOE, Rebeca Torró, disparó contra Guardiola por sus “dos años perdidos, cuestionando a la democracia y aupando a la extrema derecha”. “El PP vuelve a la casilla de salida, pero más rehén de los ultras”, afirmó la secretaria de Organización socialista.
El PSOE ha vivido en pánico en la jornada electoral. Desde la baja participación, que anticipaba un retroceso de la izquierda, a los primeros sondeos que apuntaban a la mayoría absoluta de Guardiola, la preocupación y el desánimo eran evidentes.
Más allá de la situación en Extremadura, los resultados preocupan porque inauguran un nuevo ciclo electoral. En Madrid, enfatizaban que este hundimiento “no interpela” a Sánchez, y pedían huir de hacer “lecturas nacionales”. En Mérida, distintos dirigentes aguardaban la salida inmediata de Gallardo después de que les haya hecho caer hasta la sima electoral más profunda de su historia.



