La noche electoral en Extremadura deja una lección para el PP de cara al ciclo electoral que acaba de abrirse y que continuará en este semestre. “La mayoría absoluta con un Vox tan alto es casi imposible”. Es el primer análisis que empezaba a oírse al momento en algunos de los territorios que en los próximos meses acuden a las urnas. Todo después de que María Guardiola ganara las elecciones este domingo pero solo cosechara un escaño más que hace dos años, mientras que Vox duplicara sus resultados. La alegría en el PP, eso sí, vino por la parte del desplome del PSOE. “Es histórico”, repiten en Génova y en Extremadura.
La preocupación por el crecimiento del partido de Santiago Abascal es ya un problema de primer orden en el PP. “Vox sube demasiado” era la reflexión que hacían en el territorio y que no ocultaban en la dirección nacional. De fondo, diferentes dirigentes populares ya han puesto cifras para medir las mayorías absolutas. Quienes están muy pendientes de los datos en el partido dicen a Artículo14 que “con un Vox por encima del 15% es matemáticamente imposible que haya mayorías absolutas“.
En Génova, la alegría era contenida. Celebración por la “debacle” del PSOE y contención ante el auge de Vox. Es por eso que se buscó poner el foco en la evidencia de que el PP había arrollado al PSOE en Extremadura. “Es el mayor batacazo en la historia de la democracia”, aseguraban fuentes populares. Ante el crecimiento de Vox, en la dirección nacional le restan importancia y destacan que han conseguido “tener más escaños que toda la izquierda junta”. Y es que, es verdad, que el resultado del bloque de la derecha es histórico, sumando el 60% de los votos. Algo que, ni en los mejores resultados históricos del PSOE en su feudo, ha logrado.

La intranquilidad en el partido era general. Y es que, distintos cargos del partido reconocían el error de haber protagonizado una campaña a cara de perro con Vox. La confrontación de la presidenta extremeña con Santiago Abascal ha sido un clamor durante estos quince días. El objetivo era conseguir distanciarse de Vox para captar al voto desencantado del PSOE, pero, con los datos en la mano, fueron los de Abascal los más favorecidos de la debacle de Miguel Ángel Gallardo y el trasvase del PSOE al PP, unido a la alta abstención no colaboró en favor del PP.
De fondo, empieza cundir ayer la decepción con la dirección de la primera campaña electoral. Sobre todo, ante las expectativas generadas durante estos últimos 15 días. En Extremadura, en el equipo de campaña había soñado con llegar a la mayoría absoluta en esta noche electoral. Incluso en los momentos previos al cierre de las urnas electorales, se daba pábulo a esa posibilidad. Así, ayer el PP se revolvía por esas expectativas tan altas iniciales tras ver los resultados. “Se han gestionado mal las expectativas”, lamenta un barón en conversación con este periódico, después de haber vendido en campaña que podían rozar la absoluta. Todo después de una campaña en la que Guardiola ha apostado por limitar su exposición pública.
Y es que, si bien el PP ganó las elecciones autonómicas, lo cierto es que la victoria es agridulce por varios motivos: María Guardiola solo consigue un escaño más que en 2023, se queda a cuatro escaños de la mayoría absoluta, no consigue despegarse de Vox y las elecciones anticipadas refuerzan a Vox, que logra el doble de escaños. Guardiola ha perdido, además, unos 11.000 votos, respecto a 2023.

Guardiola había adelantado las elecciones autonómicas ante el bloqueo legislativo, al no poder llegar a un acuerdo presupuestario con Vox. Y ahora esa será la siguiente pregunta. Si Vox permitirá que el PP gobierne. En el Gobierno de Guardiola ya advierten que Extremadura “será ingobernable”, según las fuentes consultadas por este periódico.
La presidenta extremeña, de momento, evita el órdago de Vox, que encarecerá sus condiciones para dar la abstención al PP para gobernar. En unas primeras declaraciones tras la noche electoral aseguró que no le “preocupa nada” si Vox pide entrar en el Gobierno. Iniciará esta semana una ronda de diálogo con la oposición para dar a Extremadura “un gobierno fuerte”. Obviando la fortaleza que las urnas han dado a Vox, Guardiola dejó en el tejado de Abascal la responsabilidad de no llegar a un acuerdo: “Tendrán que explicarles a sus votantes si quieren seguir bloqueando el Gobierno”.
En Génova, se buscó sacar rentabilidad del batacazo del PSOE. “Es una paliza para la historia del PP al PSOE”, en palabras del secretario general, Miguel Tellado, que auguró el “principio del final del sanchismo”. Aun así, el optimismo de la dirección popular fue modeado. Y es que se habían marcado cuatro objetivos para Extremadura en esta noche electoral y uno de ellos no quedó ratificado. El PP quería superar la barrera del 40%, también se marcó el reto de conseguir más escaños que toda la izquierda junta y “hundir de manera histórica al PSOE”. Los populares querían reducir la dependencia de Vox. Objetivo cumplido a medias porque ahora solo necesitan su abstención para gobernar y no su “sí” como en 2023. Sin embargo, el PP no ha logrado superar la barrera de los 30 escaños, como perseguían.



