Entrevista

Rosa Pino: “Ver a la princesa Leonor con una de nuestras chaquetas ha sido un orgullo inmenso”

La empresaria ha convertido la tradición familiar en una marca de marroquinería moderna que ha conquistado incluso a la princesa de Asturias

Rosa Pino

Detrás del éxito de Monpiel, una firma cordobesa que reivindica la artesanía y el lujo asequible, está Rosa Pino: abogada de formación, creativa por vocación y empresaria por herencia.

Su historia es la de una mujer que decidió volver a sus raíces para dar una nueva vida a la empresa familiar, transformándola en una marca con identidad propia y proyección internacional.

Hoy, sus bolsos, zapatos y prendas de piel hechos en España se han convertido en sinónimo de calidad y estilo, y su nombre ha saltado a los titulares después de que la princesa Leonor luciera una de sus cazadoras durante el fin de semana de los Premios Princesa de Asturias 2025.

Rosa, ¿cómo nació Monpiel y qué te llevó a apostar por una marca de marroquinería propia en un sector tan competitivo?
Monpiel nace de una historia familiar. Hace treinta años mi padre fundó una fábrica de bolsos y artículos de piel. Con el tiempo, cuando gran parte de la producción empezó a trasladarse a Asia, la empresa tuvo que reinventarse y apostar por talleres más pequeños y un modelo artesanal. Yo me incorporé hace ocho años. En realidad soy abogada y trabajaba en el sector del derecho marítimo en Madrid, pero decidí volver a Córdoba. Monpiel para mí es algo muy personal; une el legado familiar con mi pasión por la moda. Mi objetivo era darle una visión más actual, más de moda, sin perder la esencia artesanal.

¿Recuerdas el primer producto que diseñaste o vendiste?
Sí, claro. Comencé con carteras de caballero, pero pronto quise ampliar la colección. El primer bolso que diseñé fue un saco de piel tipo bucket bag, muy clásico, pero con combinaciones de color más arriesgadas. Con el tiempo fuimos evolucionando hacia diseños más atemporales y seguros, sin perder ese toque moderno.

¿Qué valores definen a Monpiel?
Sobre todo la calidad y el saber hacer. Trabajamos con pieles de primera y cuidamos mucho el proceso artesanal. Apostamos por el lujo asequible: piezas bien hechas, duraderas, pero con precios razonables. No vendemos bolsos de 500 euros. Queremos que nuestras clientas puedan darse un capricho sin sentirse culpables.

¿En qué te inspiras a la hora de crear?
Me inspiro en modelos clásicos, de esos que encontraba en el armario de mi madre o de mi abuela, y los actualizo con detalles contemporáneos. En cuanto a colores, sigo las tendencias, pero solo con pinceladas: no hacemos moda efímera. Prefiero crear piezas que duren años.

¿Qué consejo te hubiera gustado recibir antes de emprender?
Que me contaran lo que implica ser empresaria y madre. Tengo dos hijos pequeños y, sinceramente, vivimos un momento de muchísima autoexigencia. Queremos llegar a todo: ser buenas madres, buenas empresarias… y es complicado. También me hubiera gustado saber que la empresa es un camino de sacrificio constante que solo entiendes cuando estás dentro.

¿Cómo desconectas del trabajo?
Intento pasar tiempo de calidad con mis hijos, aunque no siempre es fácil. También me gusta pasear escuchando música. Es mi forma de despejarme.

La chaqueta que llevó la princesa Leonor generó mucha expectación. ¿Cómo viviste ese momento?
Sabíamos que la Casa Real tenía algunos productos de Monpiel, pero no sabíamos cuándo o si llegarían a usarlos. Cuando vi las fotos de Leonor con nuestra chaqueta, no me lo podía creer. Fue muy emocionante, sobre todo porque lo hizo justo al día siguiente de que el rey Felipe mencionara que empezaba a cederle el paso. Era su momento, su semana, y llevar un diseño nuestro en una ocasión así ha sido un orgullo enorme. Las prendas de piel son una línea relativamente nueva para nosotros y todavía estamos consolidándola. Ver a la princesa de Asturias con una de nuestras cazadoras ha dado mucha visibilidad y, sobre todo, confianza a las clientas. Ya no solo piensan en Monpiel como bolsos o zapatos, sino también en moda.

¿Tenéis nuevos proyectos en marcha?
Nos gustaría ampliar la colección con prendas más especiales, como cazadoras de fiesta o de boda, pero queremos hacerlo cuando la línea actual esté completamente consolidada. De momento, seguimos apostando por el calzado -nuestros náuticos están funcionando fenomenal- y por seguir perfeccionando los básicos.

¿Qué parte del proceso creativo disfrutas más?
Montar las colecciones. Ese momento en el que ves todo junto y piensas: “esto funciona, esto hay que cambiarlo”. Soy muy perfeccionista, quizá demasiado. En fábrica a veces se ríen porque me fijo en los detalles más mínimos… pero es que sé que mis clientas también lo hacen.

¿Cómo es un día normal en tu trabajo?
No hay dos iguales. Siempre hay imprevistos, reuniones, decisiones que tomar. Intento tener una planificación, pero la realidad del día a día te la cambia. Eso sí, nunca me aburro.

Tu estilo personal encaja mucho con el de la marca. ¿Cómo lo definirías?
Me gusta arriesgar un poco más. Por eso siempre intento incluir alguna pieza más cañera o diferente en las colecciones. A veces pienso que me gustaría hacer una línea cápsula más atrevida, pero todo a su tiempo. Primero hay que consolidar la base.

¿Si no te hubieras dedicado a Monpiel, seguirías siendo abogada?
Probablemente sí, aunque creo que me habría acabado aburriendo. Necesito movimiento. Este cambio me ha aportado una dosis de creatividad y energía que no tenía antes. Lo más difícil fue dejar Madrid y adaptarme a Córdoba, pero ahora, con mi familia y mis hijos, estoy feliz.

¿Qué te gustaría que sintiera una mujer al llevar un producto de Monpiel?
Que lleva algo hecho con mimo, con calidad, con historia. Que sienta que está apostando por la artesanía española y por un producto que realmente merece la pena.

Un imprescindible en el armario.
Un buen bolso, sin duda. Puede elevar cualquier look, por sencillo que sea.

¿Qué mujeres te inspiran?
Mi madre, por supuesto. Pero también me fijo mucho en mujeres empresarias más mayores que yo, que han sabido construir su vida profesional y personal con equilibrio. Me inspiran por su experiencia y su serenidad.

¿Y cuál es tu gran meta para la próxima década?
Abrir una tienda física en Madrid. Nuestras clientas nos lo piden constantemente. Y también seguir creciendo a nivel internacional: ya vendemos online en Italia, Francia y Alemania, pero todavía nos queda mucho por recorrer.

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