El 20 de agosto de 1989, las autoridades recibieron una llamada de emergencia. Del otro lado del auricular Lyle y Erik Menéndez, dos hermanos de 18 y 21 años, describen a las autoridades cómo habían encontrado a sus padres asesinados tras haber salido esa noche. Al llegar a la escena, los agentes descubrieron a José y Kitty Menendez tirados en el suelo con cerca de una docena de heridas de bala. Parecía que se trataba de un robo o de un caso conectado con la mafia, pero poco después la auto confesión de uno de los hermanos a su terapeuta, descubrió que ellos eran los asesinos. La última serie de Netflix de Ryan Murphy, Monsters: The Lyle and Erik Menéndez Story relata estos asesinatos y lo hace no sin controversia porque en algunos pasajes se insinúan detalles salaces de la relación entre los hermanos.
La serie dramatiza la historia real de Lyle y Erik Menéndez, interpretados por Nicholas Alexander y Cooper Koch, respectivamente, hermanos que fueron condenados por los asesinatos en 1989 de sus padres José, a quien da vida el español Javier Bardem, y Mary Louise Kitty Menéndez interpretada por Chloë Sevigny. Durante el juicio, los Menéndez argumentaron el parricidio por temor después de soportar años de abuso físico y sexual por parte de su padre. Lyle también acusó a su madre de abuso sexual.
El mismo día que se estrenó la serie en Netflix, la esposa de Erik, Tammi Menéndez, acudió a X para compartir una declaración de su esposo criticando la “representación deshonesta” de él y su hermano. “Creía que habíamos avanzado más allá de las mentiras y las representaciones ruinosas de Lyle, creando una caricatura de Lyle arraigada en mentiras horribles y descaradas que proliferan en la serie. Sólo creen que lo hicieron a propósito. Con gran pesar digo que creo que Ryan Murphy no puede ser tan ingenuo e inexacto acerca de los hechos de nuestras vidas para hacer esto sin malas intenciones” se lee en el comunicado.
Desde un hotel de Nueva York, Chloë Sevigny señala las dificultades de sumergirse en una historia de estas características: “De Kitty había muy poca información. Solo algunas fotografías, pero nunca se grabó en cámara y no pude escuchar su voz. Por la forma en que los creadores construyeron la historia, el personaje aparece desde la perspectiva de diferentes personas, con puntos de vista diferentes. He intentado mantenerme relajada como actriz. Sabía que tenía que ser ágil para poder interpretarla desde puntos distintos y no quedar atrapada en una sola idea. Los actores siempre queremos encontrar la verdad del personaje y decidí respetar esa verdad artística. Fue un desafío muy emocionante porque he abordado el personaje de una forma que no lo había hecho antes y eso, obviamente, multiplicó mi interés por diez”.
En Netflix también aparece el documental The Menendez Brothers acompañando al éxito y y la polémica de la serie de Ryan Murphy que relata una versión de ficción de uno de los casos de asesinato más infames de los años 80. “Entender el comportamiento de mi personaje era un tema muy delicado”, señala Bardem. “Tuve tiempo de sentarme con Ryan y me ofreció todos los datos de la investigación que hizo durante años. Le respondí con un acto de confianza, lanzándome sobre el material”. José Menéndez era un empresario de éxito, quien, como tantos otros, mantenía una fachada de felicidad frente a la sociedad y otra mucho más oscura de puertas para dentro. “Este material realmente se basa en las raíces de su dolor, en este caso, de su trauma personal. Creo que también tiene que ver con la forma en que lo educaron. En aquella época, un hombre era un hombre y tenía que ser hombre hasta el fin de sus días. Lo que sea que eso signifique y con la suposición errónea de lo que significaba un hombre en aquellos días. Hoy lo llamamos masculinidad tóxica, que es algo que realmente puede causar mucho dolor alrededor de la persona que se comporta de esa manera” reflexiona el actor español.
La realidad suele superar a la ficción y Bardem disfruta con el desafío de explorar el lado más oscuro de la naturaleza humana. “Todo es un desafío. Si haces una comedia, tienes que ser el tipo más divertido de la sala. Eso también es un desafío. Creo que todos estamos aquí porque eso es lo que nos atrae. Es trabajo de los actores tratar de entender dónde nacen la alegría y el dolor. Ambas emociones son parte de la experiencia del ser humano y nosotros tratamos de experimentarlo para la gente, para que el público pueda visualizar de dónde viene. Nosotros somos vehículos de expresión”. José Menéndez no solo fue una víctima de un brutal asesinato, sino también una figura clave en la industria musical que logró construir un imperio desde cero. Su vida fue tan impactante como la forma en que terminó, y su legado sigue siendo motivo de controversia hasta el día de hoy.
“Para mí era muy importante entender el trauma. Como el ser incapaz de lidiar con su propio dolor provocaba más dolor y sufrimiento. Ahora vivimos en una época donde podemos hablar abiertamente de ello. Podemos hablar de abuso, podemos hablar de salud mental, podemos hablar de masculinidad tóxica y machismo. En aquel entonces, hace 30 años, era algo impronunciable y no estaba permitido hablar de eso. Gracias a Dios estamos en un lugar diferente, aunque aún nos falta mucho por hacer”, celebra el actor. En un afán de seguir con el existencialismo que propone este parricidio, surge la duda de por qué el hombre que interpreta se vuelve vil incluso con su propia familia. “Si lo supiera, lo compartiría. Creo que el miedo es un factor muy importante. Cuando sentimos miedo preferimos atacar en lugar de intentar comprender. Es más fácil destruir que construir. Se necesita más tiempo para comprender que para odiar”.
Durante el juicio, se propuso la teoría de que Lyle y Erik habían asesinado a sangre fría a sus padres para tener control de la herencia familiar, que era de alrededor de 14.5 millones de dólares. Los hermanos alegaron que su padre abusó de ellos durante años y que lo mataron por miedo. “El hecho de que haya una casa donde las expresiones y emociones no sean bienvenidas ni permitidas, hace que la familia explote en diferentes direcciones. Especialmente cuando suceden cosas horribles. Y no sé sobre el abuso sexual. No sé. No sé. Sé sobre lo físico y el abuso emocional. Eso por sí solo es horrible. Horrible. Y eso crea personas que van a sufrir y harán sufrir a otras generaciones de personas. El trauma es una realidad terrible”.
Los hermanos fueron arrestados, acusados de asesinato en primer grado y condenados a dos cadenas perpetuas consecutivas sin posibilidad de libertad. Su historia se convirtió en una leyenda macabra y aterradora que se ha adaptado a películas, libros, documentales y ahora vuelve de la mano de Ryan Murphy con polémica por la forma en la que presenta la relación de los hermanos. “He hecho un par de temporadas de American Horror Story con Ryan, y luego hicimos juntos Feud: Capote vs Swans”, recuerda Sevigny. “Cuando me llamó, me dijo: “Estamos haciendo una segunda temporada de Monsters”. Yo había visto Dahmer y quedé muy impresionada con su trabajo. Conocía muy poco de la historia de los Menéndez y , sin embargo, pensé que era una elección creativa interesante. Siempre es una gran oportunidad interpretar a una mujer dañada, una madre imperfecta, una mujer imperfecta, una mujer que recurre al biberón. Hay un trauma en los roles de género que afectó mucho a mujeres de esa generación. La mayoría de mis escenas son con Javier o los chicos y la serie es testimonio del trabajo de Ryan”.
Bardem, por su parte, había trabajado con Murphy en Eat, Pray, Love y estaba encantado de volver a su lado: “Es amable y generoso, además me encantan sus series. Trabaja muy duro. No se detiene ni un segundo. Hace todo lo posible para que todo el equipo se sienta cómodo y protegido. En el rodaje vivimos en los años 80, en los años 90, fue increíble su capacidad para conseguir el mejor equipo de producción posible”.
Los hermanos Menéndez también aparecen en un documental de Netflix donde tienen la oportunidad de recuperar la narrativa de su historia. “Todos preguntan por qué matamos a nuestros padres. Tal vez ahora las personas puedan entender la verdad”, dice la voz de uno de los hermanos en el documental de Netflix. The Menendez Brothers está dirigido por el argentino Alejandro Hartmann, con Erik y Lyle hablando en primera persona por primera vez en 30 años.