Las 5 claves que explican por qué ‘Una batalla tras otra’ puede arrasar en los Óscar 2026

Un recordatorio de que el cine, cuando se atreve a mirar a la condición humana, puede convertirse en el arte más poderoso de nuestro tiempo

Una batalla tras otra - Cultura
Fotograma de Leonardo DiCaprio en 'Una batalla tras otra'.
Warner Bros.

En 2025 el cine ha dado un golpe sobre la mesa. La llegada de Una batalla tras otra, la nueva película de Paul Thomas Anderson, no solo ha revolucionado a la crítica internacional, sino que también ha abierto la puerta a un fenómeno cultural que muchos ya señalan como la gran apuesta de la próxima temporada de premios.

Con su estreno previsto en la última semana de septiembre, en plena recta final del año cinematográfico, esta obra monumental protagonizada por Leonardo DiCaprio ha alcanzado unas cotas de expectación que pocas veces se ven. El rumor que sobrevuela Hollywood es claro: Una batalla tras otra podría ser la gran favorita en los Óscar 2026.

La película, basada en la novela Vineland de Thomas Pynchon, aborda temas de memoria, revolución y paternidad con una fuerza pocas veces vista en el cine reciente. Y lo hace con la audacia de un autor que siempre ha explorado los límites del lenguaje cinematográfico. Pero, ¿qué la convierte en un fenómeno tan especial? Aquí están las cinco claves que explican por qué Una batalla tras otra puede arrasar en los Óscar.

Paul Thomas Anderson, en estado de gracia

Cada vez que Paul Thomas Anderson estrena una película, el mundo cinéfilo contiene la respiración. Director de títulos como Magnolia, Pozos de ambición o Licorice Pizza, ha construido una filmografía que oscila entre lo íntimo y lo grandioso. Con Una batalla tras otra, sin embargo, da un paso más allá: combina el espectáculo de una cinta de acción con la profundidad de un ensayo político disfrazado de relato épico.

Los críticos coinciden en que estamos ante su obra más ambiciosa hasta la fecha. Con una duración que roza las tres horas, Anderson no teme moverse entre géneros ni alterar los ritmos narrativos. La película es un torbellino que mezcla violencia, sátira, ternura y reflexión política. Y esa valentía estética la convierte en un título irresistible para los académicos, que suelen premiar el cine que trasciende las etiquetas. Una batalla tras otra es, en este sentido, una declaración de intenciones: un autor maduro mostrando que todavía puede reinventarse.

Leonardo DiCaprio, el gran imán de Hollywood

Si hay un actor capaz de transformar cualquier proyecto en un acontecimiento mundial, ese es Leonardo DiCaprio. Su interpretación en Una batalla tras otra ha sido descrita como una de las más intensas de toda su carrera. Y eso no es decir poco. DiCaprio encarna a Bob Ferguson, un antiguo revolucionario que vive retirado hasta que su pasado irrumpe con violencia en su presente. Su hija se convierte en el centro de un conflicto que desentierra viejas heridas y lo obliga a enfrentarse a enemigos que creía olvidados.

Una batalla tras otra - Cultura
Fotograma de Leonardo DiCaprio en ‘Una batalla tras otra’.
Warner Bros.

El papel exige una complejidad emocional extraordinaria. Bob no es un héroe clásico, sino un hombre atrapado entre su historia y su responsabilidad como padre. DiCaprio entrega una actuación llena de matices, en la que conviven la rabia, la vulnerabilidad y una fuerza casi mítica. La Academia adora estas transformaciones. Y no sería extraño que su nombre vuelva a sonar con fuerza en la categoría de Mejor Actor. Si en 2016 obtuvo el Óscar por El renacido, ahora podría sumar otra estatuilla gracias a Una batalla tras otra. A pesar de que la Academia nunca ha valorado a este actor como se merece. ¡No son pocos los Óscar que le han robado!

La resonancia política y social de su historia

El cine que conecta con el presente tiene más posibilidades de permanecer en la memoria. Y en Una batalla tras otra todo está atravesado por un aire de contemporaneidad. Aunque se basa en un texto de los años noventa, la adaptación de Anderson no ha perdido de vista los debates actuales: la polarización ideológica, la violencia estatal, la represión de los movimientos sociales y la tensión entre memoria y olvido.

La película se adentra en la intimidad de un país fracturado. Pero lo hace desde una perspectiva universal. Las preguntas que plantea —¿cómo se vive después de la revolución?, ¿qué significa luchar por un ideal cuando todo parece perdido?— resuenan en cualquier espectador que observe el mundo actual. Ese carácter político, directo pero no panfletario, dota a Una batalla tras otra de una fuerza especial en la temporada de premios. La Academia suele sentirse atraída por aquellas películas que no solo cuentan una buena historia, sino que también reflejan las inquietudes del tiempo que vivimos.

Un reparto coral que deslumbra

Aunque Leonardo DiCaprio es el centro de Una batalla tras otra, el resto del elenco no se queda atrás. Sean Penn, Benicio del Toro, Regina Hall y Teyana Taylor, entre otros, aportan interpretaciones memorables que enriquecen la trama. Cada uno encarna personajes que funcionan como espejos deformados de Ferguson, antiguos aliados y enemigos que regresan para ajustar cuentas con él.

Póster de Una batalla tras otra - Cultura
Imagen promocional con el póster de ‘Una batalla tras otra’.
Warner Bros.

Este reparto coral es otra de las grandes bazas de la película. En los Óscar, las categorías de reparto suelen reconocer precisamente este tipo de trabajos: papeles secundarios que brillan con fuerza y complementan al protagonista. No sería extraño que actores como Penn o del Toro entren en las quinielas de Mejor Actor de Reparto. La Academia, además, suele premiar a los grandes elencos que construyen universos narrativos complejos. Y Una batalla tras otra encaja a la perfección en ese patrón.

El peso de la crítica y la estrategia de los premios

La última clave que explica el fenómeno de Una batalla tras otra es la recepción crítica. Desde su estreno, las valoraciones han sido abrumadoramente positivas: en Metacritic roza el 96 sobre 100, y en Rotten Tomatoes mantiene un porcentaje superior al 95 %. Estamos hablando de cifras que solo alcanzan las películas llamadas a convertirse en clásicos inmediatos.

Pero además del aplauso de la crítica, está la maquinaria de los premios. Warner Bros. Pictures ha situado la película en el calendario perfecto: estrenarla a finales de septiembre la coloca en un lugar estratégico. Ni demasiado pronto para que se olvide, ni demasiado tarde para que no llegue a todos los votantes. La campaña de premios ya ha comenzado. Y todo apunta a que Una batalla tras otra estará en el centro de la conversación hasta el próximo marzo. Esa combinación de entusiasmo crítico y planificación industrial suele ser imbatible.

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