ENTREVISTA EXCLUSIVA

Natasha Lyonne: “Charlie es una mujer que no busca gustar, sino entender el mundo”

Artículo14 entrevista a la actriz, que se pone de nuevo en la piel de Charlie Cale en 'Poker Face'

Natasha Lyonne protagoniza 'Poker Face 2'
Natasha Lyonne protagoniza 'Poker Face 2'

Con su cabello rojo revuelto, su voz rasposa y una actitud que mezcla sarcasmo con una sensibilidad brutal, Natasha Lyonne vuelve a ponerse en la piel de Charlie Cale en la segunda temporada de Poker Face. No solo actúa: también escribe, dirige y produce. La serie, creada junto a Rian Johnson (Knives Out), sigue a Charlie, una mujer con un don muy especial -puede detectar una mentira al instante- mientras recorre Estados Unidos resolviendo crímenes.

En esta nueva entrega, el tono se vuelve más existencial, más íntimo, y Lyonne nos abre las puertas a su proceso creativo en esta entrevista exclusiva. Poker Face sigue consolidando su identidad como una serie de crímenes que se desmarca del molde. En esta entrevista exclusiva, Lyonne comparte detalles del proceso creativo detrás de la serie, su relación con el personaje y cómo la ficción refleja realidades que muchas veces se viven al límite.

¿Cómo lograste que la evolución emocional de Charlie se sintiera fresca sin perder el ritmo del misterio?

Creo que fue clave no mostrar todo directamente. Hay un dolor, una soledad entre la temporada uno y la dos, que no explicamos con palabras. Está ahí, en el fondo. Como actriz, tenía que sentir que Charlie ha estado vagando sola por mucho tiempo, sin ver a su familia, sin tener un hogar. Eso la transforma, la hace más introspectiva. Pero lo bonito es que eso no le quita lo divertido a la serie, solo la hace más humana.

En esta segunda temporada, Charlie entra en un terreno más existencial. ¿Cómo lograron mantener fresca su evolución emocional sin perder los giros narrativos clásicos del género?

Fue una conversación constante entre Rian [Johnson] y yo. Tuvimos que hacerle justicia a esa soledad prolongada desde el final de la primera temporada. Es como el corredor de larga distancia, ¿no? Estar fuera de contacto con familia o amigos durante tanto tiempo deja huella. Entonces, lo que vemos al inicio es una Charlie un poco más hueca, como si la vida la hubiera desgastado por dentro. Pero no queríamos poner eso al frente de la historia; lo llevamos como bagaje emocional que va filtrándose entre caso y caso.

La mayoría de los episodios giran en torno al mundo del entretenimiento: cine, música, deportes, TV. ¿Por qué ese enfoque?

La verdad es que cuando uno observa con atención, la vida misma es entretenimiento. Hay un componente de ego, de querer “lograr cosas”, que se presta muy bien para historias de crimen. Porque cuando ese deseo se lleva al límite, los cuerpos empiezan a aparecer. El dinner theatre, el show de premios en un centro comunitario, o el béisbol de tercera división, todos comparten esa fantasía de éxito que al final nunca llega.

¿Cómo desarrolló a Charlie para esta segunda temporada, considerando que su arco es continuo pero los casos terminan en cada episodio?

Es complicado porque estás interpretando a alguien que constantemente está mintiendo, pero tú como actriz no puedes actuar desde la mentira. Por eso nos inventamos una historia de fondo que ni siquiera llega a mostrarse. Cosas como por qué está peleada con su hermana o cuánto tiempo ha estado huyendo. Esa capa invisible ayuda a que Charlie no se sienta como una caricatura, sino como alguien con peso emocional real.

¿Qué personajes ficticios influyeron en la creación de Charlie?

¡Elliott Gould en The Long Goodbye! Aunque también pensé en Big Daddy de La Gata sobre el tejado de zinc, pero eso no tiene tanto sentido. De alguna manera, Charlie es un eco moderno de esos personajes tipo Philip Marlowe, pero con un toque del “Dude” de The Big Lebowski. Es alguien que pierde interés en sí misma y empieza a interesarse genuinamente por los demás. Eso me parece hermoso.

¿Cuáles son los temas que exploran en esta temporada?

No queríamos repetirnos. Seguimos haciendo estos mini-filmes episódicos, pero con pequeñas sorpresas. No es solo que Charlie huya del mismo enemigo de antes. Queríamos darle un giro al arco, explorar dónde encaja ella en el mundo. Hay algo sobre el aislamiento, el deseo de conexión, y también sobre lo absurdo de perseguir algo inalcanzable.

¿Cómo te relacionas personalmente con el tema de “la vida como un viaje”? ¿Eres planificadora o improvisadora?

Soy una obsesiva de la logística. Como directora necesito tener todo claro, desde el storyboard hasta el último detalle. Pero esa preparación es lo que permite que luego puedas improvisar. Así que diría que soy una planificadora que sueña con improvisar.

El tono visual de la serie es muy vintage y muchos episodios se ambientan en lugares no urbanos. ¿Por qué?

Queríamos que se sintiera como una especie de slow zoom a lo Spielberg, pero con esa estética que creó Steve Yedlin en la primera temporada. El hecho de que ocurra en sitios olvidados, pequeños, hace que la serie tenga un alma diferente. Nos permite alejarnos de lo cool y explorar un tipo de belleza más accidentada, más real.

Charlie es una protagonista femenina poco convencional: no está definida por el amor o la maternidad. ¿Fue intencional?

Completamente. Desde pequeña me fascinaban Pacino, De Niro, Rocky… Y luego descubrí a Bette Davis, Jessica Lange, Cassavetes. Me di cuenta de que había un hueco: una mujer tipo Harry Dean Stanton o Peter Falk. No soy rubia, y eso me hizo buscar una ruta diferente. Entonces creé mi propio espacio. Charlie no necesita tener hijos o estar enamorada para ser válida. Y eso, para muchas mujeres, es liberador.

Como creadora, ¿te atrae más el misterio clásico tipo “whodunit” o el estilo tipo Columbo, donde el asesino se revela desde el principio?

Soy 100% del team Colombo. Lo de mostrar el crimen al principio y ver cómo lo resuelven es brillante. Parece que no funciona, pero es más poderoso que el clásico “¿quién lo hizo?”. Porque el suspense viene de ¿lo atrapará o no lo atrapará?, no del shock del giro final.

El vestuario de Charlie es distintivo. ¿Participas en ese proceso?

¡Claro! Desde la primera temporada, con Trayce Gigi Field, y ahora con Leah Katznelson, construimos ese look medio de segunda mano, medio cool setentero. No es Sex and the City. Charlie necesita caminar, resolver crímenes y sobrevivir. A veces probamos algo más “fashion”, pero no dura. ¡Un tacón en una escena de persecución fue un desastre total! La idea es que su ropa parezca recogida de gasolineras y tiendas de segunda mano. Poker Face no solo es un homenaje a los grandes misterios, sino también a las mujeres que se atreven a vivir sin pedir permiso. Y Charlie, con su sabiduría callejera, su sarcasmo, y su humanidad, es una guía perfecta en ese viaje.

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