La muerte de Verónica Echegui a los 42 años ha causado un profundo impacto en el panorama cultural español. La actriz madrileña falleció a consecuencia de un cáncer que mantenía en silencio, dejando inacabada una trayectoria que se encontraba en plena madurez. El público, compañeros de profesión y medios de comunicación han coincidido en señalar la injusticia de su partida prematura y el vacío que deja una intérprete con una personalidad arrolladora y un talento fuera de toda duda.
Una carrera marcada por el riesgo y la autenticidad
Desde su debut cinematográfico con Yo soy la Juani (2006), Verónica Echegui se convirtió en una de las grandes promesas del cine español. Aquel papel, dirigido por Bigas Luna, le valió una primera nominación al Goya. Más tarde repetiría candidatura con títulos como El patio de mi cárcel (2008), Katmandú, un espejo en el cielo (2012) y Explota Explota (2021). Finalmente, en 2022, se alzó con el Goya gracias a su faceta como directora con el cortometraje Tótem Loba.
Lo que siempre distinguió a Verónica Echegui fue la valentía de sus elecciones. Alternaba comedias, dramas y proyectos de autor, demostrando que no había un único registro capaz de contenerla. Esa versatilidad la convirtió en una de las intérpretes más queridas y respetadas por directores y guionistas.
El vínculo constante con la televisión

Aunque su salto a la fama llegó por el cine, Verónica Echegui nunca dejó de trabajar en televisión. Comenzó su recorrido con Una nueva vida (2003) y poco después participó en producciones como Paco y Veva y Cuéntame cómo pasó.
Con el paso del tiempo, su presencia en series se volvió fundamental. El público la recuerda especialmente en Paquita Salas (Netflix, 2018), donde mostró un lado más desenfadado. También encabezó proyectos como 3 Caminos (Amazon Prime, 2021) y fue una de las protagonistas de Intimidad (Netflix, 2022), compartiendo reparto con Emma Suárez, Itziar Ituño y Ana Wagener.
En 2023, Verónica Echegui regresó a la plataforma con Los pacientes del doctor García, adaptación de la novela de Almudena Grandes. Su último estreno en vida fue A muerte (Apple TV+, 2024), en la que interpretaba a una mujer que se reencontraba con un viejo amigo enfermo de cáncer. Un personaje que hoy adquiere un eco especialmente conmovedor.
El estreno póstumo en Netflix
La despedida de Verónica Echegui llega acompañada de un proyecto que se estrenará de manera póstuma: Ciudad de Sombras, serie original de Netflix que la actriz rodó a finales de 2024. La ficción adapta la novela El verdugo de Gaudí, escrita por Aro Sáinz de la Maza, primera entrega de la saga protagonizada por el inspector Milo Malart.

La trama comienza con un hallazgo estremecedor en Barcelona: un cuerpo carbonizado aparece en la fachada de La Pedrera, uno de los edificios más emblemáticos de Antoni Gaudí. A partir de ahí, el inspector Malart —interpretado por Isak Férriz— regresa a la acción tras una suspensión disciplinaria. En la investigación le acompaña la subinspectora Rebeca Garrido, papel que encarna Verónica Echegui, y que se convierte en una pieza clave de la historia.
Ciudad de Sombras está dirigida por Jorge Torregrossa, responsable de títulos como El cuerpo en llamas o Fariña. El guion, firmado por Carlos López y Clara Esparrach, busca trasladar al formato televisivo la atmósfera oscura y el trasfondo social que caracterizan las novelas de Sáinz de la Maza.
Además de Verónica Echegui e Isak Férriz, el reparto cuenta con intérpretes de primera línea como Ana Wagener, Manolo Solo y Jordi Rico. Los seis episodios de la serie fueron rodados en distintas localizaciones de Barcelona durante los últimos meses de 2024 y el inicio de 2025, lo que aporta un aire realista y urbano a la producción.