“Language is a powerful force — and it defines us”. Con esta frase lapidaria, Barbara Kruger lanza al visitante la llave de su obra en el Guggenheim Bilbao, donde la exposición Another day. Another night (24 de junio–9 de noviembre) erige las palabras como escudo y espada frente a sistemas opresivos. A lo largo de más de cuarenta años, la artista ha convertido las imágenes publicitarias en vehículos de denuncia, construyendo un arte en el que el mensaje, en negro, rojo o verde, nos enfrenta con la realidad del poder y el cuerpo.
En un entorno envolvente —paredes vestidas con vinilos gigantes, paneles LED, recortes sonoros— Kruger no suaviza. Desde el célebre “Your body is a battleground”, símbolo de los derechos de las mujeres, hasta el corrosivo “I shop therefore I am”, sus collages visibilizan lo estructural, lo íntimo y lo visceral. Sus nuevas piezas, creadas ad hoc para Bilbao, traducen su retórica contundente al euskera y al castellano, haciendo de este recorrido un acto político y simbólico que interpelará al público local y global.

El lenguaje como arma política
Barbara Kruger (Nueva Jersey, 1945) lleva décadas usando el lenguaje para intervenir en los flujos de poder. Directriz fundamental de la retrospectiva, su frase “Language is a powerful force — and it defines us” resuena en cada sala, donde el texto no acompaña sino que dirige el mensaje. Las icónicas obras yuxtaponen imágenes en blanco y negro con tipografía Futura Bold en mayúsculas, una estética nacida de su formación como diseñadora gráfica y activista feminista.
“Your body is a battleground”, creada para la manifestación por el aborto de 1989, se vuelve a exhibir hoy para alertar sobre nuevas amenazas a los derechos reproductivos. En otro extremo, “I shop therefore I am” se multiplica en pantallas LED, mutando en mensajes como “yo compro luego acumulo” o “yo muero luego yo fui”, cuestionando el capitalismo del deseo.
Un espacio inmersivo y feminista
Comisariada por Lekha Hileman Waitoller, la muestra despliega su discurso en un entorno multisensorial: sonido encontrado de Internet, vinilos en techos y suelos, proyecciones digitales y paneles LED. En Bilbao, Barbara Kruger ha diseñado Untitled (Camino), una pieza in situ con frases en euskera y castellano para trazar un río de palabras por el atrio central.
Como señala su comisaria, Kruger articula con exactitud sus frases para “interpelar al espectador sobre abuso de poder, consumismo o desigualdad de género”. En la era de los memes, su obra es heredera inicial de esa cultura de viralidad, y el Guggenheim lo refleja al apropiarse de un lenguaje próximo y crítico.

La muestra recorre desde sus paste-ups pioneros —recortes superpuestos de revista con lemas potentes— hasta instalaciones site-specific, vinilos, video y audio. Inspirados por la publicidad en su formación, sus primeros trabajos ya cuestionaban la autoridad patriarcal. Su paso a la era digital le permite hoy interactuar directamente con estructuras arquitectónicas: una evolución habilidosa que no traiciona su discurso crítico.
La vigencia de Barbara Kruger radica en su urgencia: contra el discurso neoliberal, por el derecho al cuerpo, contra la invisibilización del patriarcado. En un mundo donde la verdad se fragmenta, su arte exige detenernos a leer, pensar y cuestionar. En tiempos de guerras, discursos excluyentes y amenazas feminicidas, su voz –“Your body is a battleground”– sigue resonando.
Feminismo sin etiquetas
Aunque participa activamente en el arte feminista, Barbara Kruger se define como “una mujer feminista que hace arte”, evitando caer en cánones o etiquetas que limiten su alcance. Su obra aborda múltiples opresiones: género, consumismo, racismo, medios. La etiqueta más adecuada: “arma visual al servicio del cuestionamiento”.