Jenny Stegemann, la agente de la Guardia Civil con ELA que protege a las víctimas de violencia machista

Jenny Stegemann, agente de la Guardia Civil diagnosticada de ELA, ha dedicado su vida a proteger a las víctimas de violencia machista

Jenny Stegemann - Defensa
Una fotografía de archivo de Jenny Stegemann.
El Faro de Vigo/Alba Villar

Jenny Stegemann se hizo Guardia Civil con una idea muy clara en la cabeza: ayudar a la gente. No venía de una familia vinculada al cuerpo ni de una tradición militar. Su madre trabajaba en hostelería y su padre, en la construcción. Pero a los 24 años, tras pasar por distintos empleos que no la llenaban, se hizo la pregunta decisiva: qué quería hacer realmente con su vida. La respuesta fue la Benemérita.

Desde entonces, Jenny Stegemann ha desarrollado una trayectoria marcada por la cercanía, el compromiso y una entrega que la llevó a solicitar voluntariamente su incorporación a los equipos de VigoGén, dedicados a la protección de mujeres víctimas de violencia machista y de sus hijos. Primero en Madrid y después en Tui, su trabajo ha dejado huella en cientos de mujeres.

Vocación de servicio y una decisión consciente

Jenny Stegemann preparó las oposiciones durante un año en Vigo y, tras superarlas, ingresó en la Academia de la Guardia Civil de Baeza, donde se formó durante nueve meses en un entorno mayoritariamente masculino. De los cerca de 2.400 alumnos, apenas unas 300 eran mujeres.

Allí tuvo como primera teniente precisamente a una mujer, que les advirtió de que tendrían que demostrar su valía más que sus compañeros. Jenny Stegemann no se intimidó. Se adaptó a la disciplina y se ganó el respeto desde el primer momento por su implicación.

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Una fotografía de archivo de Jenny Stegemann con su marido.
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Las prácticas la llevaron a la Sierra de Madrid, donde no solo aprendió el oficio, sino que también encontró el amor. Ismael, guardia civil ponteareano, se convirtió en su compañero de vida. Ambos estuvieron destinados durante trece años en Madrid, donde nació su hijo Izan, hoy de 11 años. Volver a Galicia era un sueño compartido que lograron cumplir en 2022.

Jenny Stegemann y su trabajo con las víctimas

Tras pasar por Seguridad Ciudadana, Jenny Stegemann solicitó incorporarse al grupo de Violencia de Género. Un ámbito que la interpelaba especialmente. Desde ese momento, su labor se centró en acompañar, proteger y escuchar a mujeres que acudían a pedir ayuda en situaciones extremas. Casos que no entienden de horarios ni de días libres, y en los que el vínculo humano resulta tan importante como el procedimiento.

Jenny Stegemann explica en El Faro de Vigo que, aunque hoy se denuncia más que hace unos años, sigue existiendo una enorme dificultad para visibilizar determinadas formas de violencia. Especialmente, la psicológica. Una violencia que no distingue entre clases sociales y que aún carga a las víctimas con sentimientos de culpa y vergüenza. Su trabajo, insiste, va mucho más allá de lo estrictamente profesional.

En esa labor de protección, Jenny Stegemann subraya la importancia del trabajo en equipo y de la coordinación con servicios sociales y la investigación judicial. El grupo en el que trabaja ha sido pionero en Galicia en el seguimiento de las víctimas desde el primer contacto hasta el final del proceso. Una metodología que les ha valido varios reconocimientos.

Ese enfoque integral exige sensibilidad, conocimiento de los recursos disponibles y una implicación constante. Para Jenny Stegemann, esa es la clave: un equipo muy involucrado, capaz de acompañar de verdad.

El diagnóstico que lo cambió todo

Hace cinco años comenzaron los primeros síntomas de una enfermedad a la que los médicos no lograban poner nombre. Primero fue una sensación de parálisis en las piernas, después un largo peregrinaje por consultas sin respuestas claras. No fue hasta febrero de este año cuando llegó el diagnóstico: ELA, en concreto una variante denominada Esclerosis Lateral Primaria.

En abril, Jenny Stegemann tomó una de las decisiones más difíciles de su vida: cogerse la baja. No quería dejar el trabajo, pero entendía que para hacerlo bien había que estar al cien por cien. La fatiga en la voz y la pérdida de fuerza y agilidad hacían imposible responder como ella consideraba necesario.

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La agente leyendo el manifiesto.
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Hoy, Jenny Stegemann centra sus energías en la rehabilitación y en su familia. Pero sigue sintiéndose Guardia Civil. Colabora siempre que puede, atiende consultas de sus compañeros y participa en actos de sensibilización, como la lectura del manifiesto del 25N en Tui. No se ha quitado del todo el uniforme, aunque no lo vista a diario.

Ojalá en algún momento pudiera reincorporarme porque este trabajo me llena muchísimo”, reconoce en El Faro de Vigo.

Si algo de lo que has leído te ha removido o sospechas que alguien de tu entorno puede estar en una relación de violencia puedes llamar al 016, el teléfono que atiende a las víctimas de todas las violencias machistas. Es gratuito, accesible para personas con discapacidad auditiva o de habla y atiende en 53 idiomas. No deja rastro en la factura, pero debes borrar la llamada del terminal telefónico. También puedes ponerte en contacto a través del correo o por WhatsApp en el número 600 000 016. No estás sola.