NATIONS LEAGUE

Alexia Putellas lleva a España a la final de la Nations League con un golazo en Gotemburgo

La campeona del mundo impuso su jerarquía en el Gamla Ullevi y se queda a una victoria del trofeo europeo gracias al talento y la calma.

La selección española volvió a confirmar su dominio en el fútbol mundial con una victoria en Gotemburgo. En un Gamla Ullevi encendido, España derrotó 0-1 a una combativa Suecia y selló su pase a la final de la Nations League. No fue su actuación más brillante, pero sí una lección de madurez: cuando el partido se enredó, apareció Alexia Putellas para decidir con un gol que reafirma el liderazgo de un equipo acostumbrado a ganar.

La Selección Española enfrentando al conjunto sueco por la vuelta de las semis por la Liga de Naciones
RFEF

Primer tiempo de resistencia

Suecia arrancó el partido imponiendo su ritmo. Con Holmberg y Kaneryd muy activas por las bandas, las locales cargaron el juego hacia los costados y buscaron constantemente la espalda de la defensa española. Cata Coll respondió con seguridad ante los primeros avisos de Schröder y Jusu Bah, mientras la zaga formada por Mapi León e Irene Paredes se multiplicaba para contener las transiciones.

A España le costó encontrar su sitio. Durante varios minutos, las pérdidas en la salida de balón alimentaron las contras suecas, pero poco a poco el equipo de Sonia Bermúdez logró serenarse y comenzar a tejer su fútbol. Una acción ensayada entre Claudia Pina y Mapi terminó con un cabezazo de Mariona Caldentey que rozó el larguero, y poco después Irene Paredes estuvo a punto de abrir el marcador con otro remate de cabeza que se escapó por centímetros.

La selección española no consiguió marcar gol durante la primera parte del encuentro en Gotemburgo, a pesar de los intentos.

El duelo se equilibró en la recta final del primer tiempo. Ona Batlle contuvo con solvencia las internadas por el flanco derecho y Cata Coll vivió los minutos más tranquilos de la primera mitad. Sin goles al descanso, España respiró aliviada: el 0-0 mantenía intacta la ventaja de la ida y el camino hacia la final seguía despejado.

Alexia brilla en la segunda parte

La reanudación trajo el cambio que España necesitaba. Sonia Bermúdez agitó el banquillo al descanso con las entradas de Jana Fernández y Martín-Prieto, y el equipo lo agradeció de inmediato. Las españolas salieron con una marcha más, más verticales, más incisivas. En apenas cinco minutos, Martín-Prieto rozó el gol tras un pase milimétrico de Alexia Putellas, pero su disparo se perdió por centímetros.

El aviso sirvió de respuesta al empuje sueco. El seleccionador local movió también sus piezas: Rolfö, Kafaji y Blackstenius saltaron al campo para darle aire nuevo al ataque. Pero allí emergió la figura de Cata Coll, firme y concentrada, que desactivó cada intento con reflejos impecables. Su intervención ante un potente disparo de Angeldal fue clave para sostener al equipo en su momento más delicado.

Aitana Bonmatí durante el encuentro contra le selección de Suecia

Y cuando el duelo pedía un golpe de genio, llegó el de siempre. En el minuto 76, Claudia Pina encaró por la derecha, recortó hacia el centro y encontró la llegada de Alexia Putellas desde la frontal. La capitana controló y, con una calma que solo tienen las grandes, soltó un derechazo imparable que se coló por la escuadra. Un golazo que silenció Gotemburgo y encendió el orgullo español.

A partir de ahí, el plan fue resistir. Bermúdez reforzó el equipo con Lucía Corrales y María Méndez, y concedió el debut a Clara Serrajordi, una promesa de apenas 17 años. Las suecas apretaron en los minutos finales, pero se toparon una y otra vez con una Cata Coll imperial, que repelió los últimos intentos de Kafaji e Ijeh.

Claudia Pina, jugadora del FC Barcelona y de la selección española, tuvo una actuación brillante durante todo el encuentro

El pitido final selló la clasificación. España no necesitó un festival de fútbol, sino carácter, disciplina y liderazgo. Con Alexia como estandarte y Cata Coll como muralla, el equipo de Sonia Bermúdez demostró que también sabe ganar sufriendo. En Gotemburgo no hubo brillo, pero sí historia: otra final más para un grupo que sigue haciendo del éxito una costumbre.