La alarma ha vuelto a encenderse en Galicia. En menos de dos semanas, tres hombres han muerto tras sufrir picaduras de velutinas, la avispa asiática invasora que se ha convertido en una grave amenaza para la salud pública y el equilibrio ambiental. Aunque el periodo crítico de su actividad suele concentrarse entre junio y septiembre, los expertos alertan de un “aumento extraordinario” de su presencia este otoño, lo que agrava el riesgo de nuevos ataques.
Las autoridades autonómicas piden máxima precaución. Especialmente, a las personas alérgicas. Los especialistas denuncian la falta de medios y la ineficacia de las estrategias para contener la expansión de esta especie.
Galicia, epicentro de los ataques de velutinas
El último ataque mortal de velutinas se produjo este domingo en Cospeito (Lugo), donde un hombre de 55 años falleció tras ser picado mientras cazaba. Días antes, otras dos víctimas perdieron la vida en circunstancias similares: un vecino de Dozón (Pontevedra) y un concejal del PP en Irixoa (A Coruña), ambos atacados cuando realizaban tareas de desbroce.
La Xunta ha reconocido un incremento inusual de la actividad de velutinas, incluso en pleno otoño. Según fuentes oficiales consultadas por El País, este repunte se debe a su “enorme adaptabilidad al clima y al territorio”. “Hay miles de nidos, cada vez más, y no los retiran”, lamenta el veterinario e investigador Xesús Feás, especializado en el impacto sanitario de la especie.
Feás asegura sentirse “consternado y frustrado” ante una situación que considera fuera de control. “Lo más preocupante es que muchas personas alérgicas no saben que lo son. Las picaduras de las velutinas pueden provocar reacciones letales en cuestión de minutos”, indica.
Una especie invasora que no deja de expandirse

Las velutinas llegaron a España hace quince años y desde entonces su expansión ha sido imparable. Procedentes del sudeste asiático, se instalaron primero en Galicia y el norte de Portugal, pero hoy ya se encuentran en buena parte del territorio nacional. Su voracidad y su capacidad para adaptarse a distintos ecosistemas las han convertido en un problema de primer orden tanto ambiental como sanitario.
Pese a las dificultades, la Xunta defiende que su “plan de choque” está funcionando. Según la Consellería de Presidencia, en 2025 se han capturado más de 230.000 reinas de velutinas, el doble que el año anterior, gracias a la colocación de 18.500 trampas en los ayuntamientos gallegos. Además, las llamadas de emergencia alertando de nidos se han reducido un 30%.
Sin embargo, los expertos advierten de que estos datos no son suficientes. “Se eliminan miles de nidos, pero cada año aparecen otros tantos. Es una lucha sin fin”, asegura Feás. En lo que va de 2025, Galicia ha retirado 16.400 nidos de velutinas. Aunque los equipos que realizan esta labor están desbordados y no pueden atender todas las alertas.
Nidos bajo tierra: la nueva amenaza invisible
Una de las principales preocupaciones es el aumento de nidos subterráneos de velutinas, prácticamente invisibles a simple vista. “Son los más peligrosos porque no se ven y se activan con la vibración del suelo”, explica Feás.
Los tres fallecidos este mes fueron atacados por enjambres enterrados bajo tierra, una modalidad especialmente difícil de detectar. “Estamos encontrando nidos en los árboles, en la maleza, en edificios e incluso dentro de muebles abandonados. Pero los subterráneos son un nuevo problema: cualquiera que limpie una finca o camine por el monte puede pisar uno sin saberlo”, advierte el veterinario.
Desde la Xunta recuerdan que en caso de detectar un nido de velutinas, debe avisarse de inmediato al 112 y nunca intentar retirarlo sin ayuda profesional. En casos donde haya riesgo para personas alérgicas, el protocolo exige una intervención urgente.
