NIYIRETH PINEDA

La trágica historia de Niyireth Pineda, segunda mujer fallecida en una misión internacional

Conoce la lucha continua de Niyireth Pineda, la militar española de origen colombiano que perdió la vida en su segundo servicio en Afganistán

Dos imágenes de Niyireth Pineda
Ministerio de Defensa de España

Quien sirve en las Fuerzas Armadas, sabe que uno de los posibles destinos es caer en combate. Y, lamentablemente, es algo que sucede a muchos militares. Una de ellos y ellas es Niyireth Pineda, quien perdió la vida en Afganistán en 2011.

Fue la segunda mujer del Ejército en perder la vida en una zona de conflicto internacional, después de Idoia Rodríguez. De origen colombiano, hoy recordamos la historia de esta soldado para que su sacrificio no caiga en el olvido.

Los orígenes y la trayectoria de Niyireth Pineda

Un retrato en primer plano de Niyireth Pineda
Ministerio de Defensa de España

Niyireth Pineda Marín nació en Bilbao. No en España, sino en Tolima, Colombia, en 1980.

Tenía siete hermanos, y su infancia fue con su familia campesina. Ya de niña, se levantaba muy temprano para ayudar en las tareas de la granja, iba al colegio y ayudaba con las últimas tareas de los animales que tenían.

Para dar un futuro mejor a sus hijos, la familia se mudó dentro del pueblo, y Niyireth terminó sus estudios de bachillerato pedagógico. Como a muchas mujeres jóvenes, le gustaba bailar, y también enseñar. Ambas cosas le acompañaron hasta el final de sus días.

Tuvo un hijo allí, siguiendo soltera con solo 20 años. Nunca le pidió nada al padre. Algo que en Colombia es muy habitual, con un desentendimiento completo por parte de él.

Con las dificultades, pero con las ganas de dar una vida mejor a su hijo, llegó a España sin él. Concretamente, en el año 2003, acaba con su hermana en las Islas Canarias, y empezó a coger los trabajos que más descartan los españoles: ser empleada del hogar, cuidar de personas mayores, y oficios similares.

El dinero que podía, lo enviaba a Colombia. Pero las cosas se ponen difíciles. Y, de golpe, obtiene la nacionalidad española. Entonces, su hermana le habla del Ejército, al que ella ya pertenecía, como una vía de estabilidad.

Niyireth conocía las armas, debido a la violencia de las FARC de Colombia y a tener siempre cerca la escopeta familiar para proteger su granja y sus animales. Así pues, en 2006, decidió tratar de alistarse en el Ejército de Tierra. Y lo consiguió.

El destino de Niyireth Pineda fue el cuartel de Puerto del Rey, de Fuerteventura, donde compartió la vida castrense con 43 mujeres.

Al fin había conseguido su deseada estabilidad, pudiendo enviar dinero a su madre, ya mayor y con una plantación de café de variedad en su finca de Colombia. Sólo le faltaba su hijo. Hasta que en el año 2009, consigue por fin reunirse con él en nuestro país. Y él también empieza a gozar de una vida tranquila.

El fatídico día, la memoria eterna

La soldado Pineda, en un desfile
CARLOS DE SAÁ / MDE

La joven colombiana-española, que siempre fue muy valiente, recibió la oferta de presentarse como voluntaria a Afganistán. Esta oportunidad venía acompañada de un importante aumento de sueldo, así que se presentaba como una buena opción de conseguir más dinero para su familia.

Acudió en el año 2009, y en 2011, volvió a recibir la llamada. Tenía planeadas unas vacaciones en Colombia para ver a su madre, a las que acudiría tras ser relevada en el país afgano.

No obstante, en su última llamada con su madre, la valentía se convirtió en miedo. Muchos compañeros de misión habían sido atacados, y algunos habían fallecido. Eso lo contó su propia madre a La Razón.  Lamentablemente, el fatídico día llegó poco después de esa llamada.

Pineda formaba parte del Regimiento de Infantería Soria número 9, y llegó en marzo de 2011 a Afganistán como parte del contingente Aspfor XVIII.

Su relevo era en agosto. Pero el 26 de junio de 2011, durante una patrulla cerca de Qala-I-Naw. Estaba junto al sargento Manuel Argudin Perrino, y su transporte pisó una mina. Ambos murieron en el acto.

Los otros tres militares presentes resultaron heridos, pero finalmente fueron estabilizados en la base de Herat.

Los cuerpos de Niyireth y de Manuel recibieron un Funeral de Estado en Las Palmas de Gran Canaria. El acto fue presidido por el entonces Príncipe de Asturias, ahora Rey Felipe VI. Y después, por petición de su familia, Niyireth Pineda fue repatriada a su Colombia natal.

Su hijo había quedado al cuidado de su hermana militar, y ambos acudieron al funeral. Una perdió a su hermana, y otro perdió a su madre. 

Con 31 años, Niyireth terminó regresando a Colombia, pero no del modo en que nadie quiso jamás. Su decisión de volver a Afganistán fue un último acto de valentía de una mujer que siempre luchó por su vida y la de los suyos. Su sacrificio y su memoria aún siguen presentes hoy en día, y no deben caer en el olvido.

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