El cometa 3I/ATLAS podría abrir una ventana hacia otro sistema estelar

El cometa 3I/ATLAS alcanza mañana su perihelio y podría revelar datos únicos sobre la formación de otros sistemas estelares

Cometas en la Tierra - Sociedad
Una imagen simbólica de un cometa aproximándose a nuestro planeta.
Artículo 14/ Krea

El cometa 3I/ATLAS está a punto de escribir uno de los capítulos más fascinantes de la astronomía moderna. Este visitante interestelar, procedente de las profundidades del espacio y ajeno a nuestro Sistema Solar, alcanzará mañana 29 de octubre su perihelio, el punto más cercano al Sol. Lo que suceda en las próximas horas podría ofrecer información crucial sobre la formación de otros sistemas estelares, e incluso sobre el origen de los componentes primordiales del universo.

Un visitante de otro mundo

Detectado por primera vez en julio de 2025, el cometa 3I/ATLAS (oficialmente designado C/2025 N1) es el tercer objeto interestelar jamás identificado atravesando nuestro vecindario cósmico, tras Oumuamua y 2I/Borisov. Su órbita hiperbólica confirma que no pertenece a nuestro sistema solar. Eso lo convierte en un mensajero de regiones remotas, quizá formadas en torno a otra estrella hace miles de millones de años.

A diferencia de los cometas tradicionales, que orbitan periódicamente el Sol, el cometa 3I/ATLAS pasa una sola vez: entrará, dejará su estela y desaparecerá para siempre. Los astrónomos saben que este tipo de encuentros son oportunidades únicas para analizar materiales que se formaron fuera del entorno solar. Y entender si las condiciones que dieron origen a la vida en la Tierra podrían repetirse en otros lugares del cosmos.

La importancia del 29 de octubre para el cometa 3I/ATLAS

El 29 de octubre es una fecha marcada en rojo en los observatorios de todo el mundo. Ese día, el cometa 3I/ATLAS alcanzará su punto más cercano al Sol, situado a unos 200 millones de kilómetros. Será el momento más crítico de su trayectoria. La intensa radiación solar podría alterar su núcleo, desencadenar una gran actividad y liberar gases y partículas que revelen su composición exacta.

El cometa 3I/ATLAS podría abrir una ventana hacia otro sistema estelar
Una imagen de la captura del cometa 3I/ATLAS.
NASA Ciencia

Durante los últimos días, los telescopios terrestres y las sondas espaciales han detectado cambios inusuales en su cola y su brillo. Algunos observatorios, como el Nordic Optical Telescope de Canarias, han registrado una modificación en la dirección de su anticolumna o antitail. Una estructura de polvo que, en lugar de alejarse del Sol, parecía orientarse hacia él. Este fenómeno sugiere que el cometa está experimentando fuerzas internas desconocidas o reacciones provocadas por su acercamiento al astro.

Las agencias espaciales, entre ellas la ESA y la NASA, siguen de cerca estos comportamientos. En las últimas horas se ha confirmado que el cometa 3I/ATLAS contiene cantidades inusuales de vapor de níquel y dióxido de carbono. Un hallazgo que ha desconcertado a los científicos. Estas sustancias, poco comunes en los cometas del Sistema Solar, podrían indicar que el objeto procede de un entorno más frío o químicamente distinto, quizá de una estrella joven con condiciones muy diferentes a las de nuestro Sol.

Un laboratorio natural del cosmos

El cometa 3I/ATLAS se ha convertido en un auténtico laboratorio interestelar. A través de sus emisiones y su comportamiento, los investigadores esperan obtener datos que permitan comparar la química de distintos sistemas estelares. Si su composición confirma que los bloques de la vida —como el carbono, el nitrógeno o el agua— se repiten más allá del Sol, estaríamos ante una prueba de que la vida podría surgir en otros rincones del universo bajo condiciones similares a las nuestras.

El cometa 3I/ATLAS podría abrir una ventana hacia otro sistema estelar
Una imagen simbólica de la caída del cometa sobre la Tierra.
Artículo 14/ Krea

Además, los modelos de trayectoria han revelado que el cometa 3I/ATLAS se mueve a velocidades superiores a los 60 km por segundo, lo que confirma su origen exterior. Este tipo de velocidad no puede mantenerse en una órbita solar estable. Eso implica que, una vez complete su perihelio, se perderá en el espacio profundo. En cierto modo, lo que observemos en los próximos días será la única oportunidad de estudiar su naturaleza antes de que desaparezca para siempre.

Rumores, fascinación y certezas científicas

En las redes sociales, la expectación ha derivado en una ola de teorías que van desde lo poético hasta lo conspirativo. Algunos usuarios especulan con la posibilidad de que el cometa 3I/ATLAS sea un objeto artificial o que transporte materiales desconocidos. Los astrónomos, sin embargo, insisten en la prudencia. No hay evidencia de que se trate de algo distinto a un cuerpo natural, aunque sí de uno excepcional.

El cometa 3I/ATLAS podría abrir una ventana hacia otro sistema estelar
Una fotografía reciente del cometa 3I/ATLAS.
Archivo

El astrofísico Avi Loeb, uno de los principales estudiosos de los objetos interestelares, ha subrayado que este tipo de visitantes “nos permiten asomarnos al nacimiento de otros sistemas solares” y entender mejor los mecanismos de formación planetaria. Cada nueva observación del cometa 3I/ATLAS refuerza la idea de que el cosmos está repleto de fragmentos errantes que vagan de estrella en estrella, llevando consigo las huellas químicas de sus lugares de origen.

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