LOTERIA DE NAVIDAD
EL GORDO
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2º Premio
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3º Premio
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4º Premio
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5º Premio
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Qué aburrida sería la vida si no tentásemos de vez en cuando a la suerte. La Lotería de Navidad es un juego de azar, lo que significa que la probabilidad de que nos toque el gordo es mínima, pero no nula. Y si no fuese por azar, ni siquiera tendríamos nuestro fascinante planeta, creado hace miles de millones de años a partir de un complejo cúmulo de perturbaciones y colapsos. Ahora bien, ¿podemos poner un poco de lógica para conseguir un boleto que resulte premiado? Hemos preguntado a quienes más pueden saber de esto: un matemático, una psicóloga, un lotero, una numeróloga y una vidente. Veamos qué nos dicen.
Cuánto deberíamos gastar
Entre la fe y la razón, y sin que ninguna aplaste a la otra, vamos en primer lugar por el raciocinio. Los creadores de Matemáticas para la vida, el matemático Francisco Javier Alguacil y la psicóloga Mónica Bidet, nos avanzan la probabilidad de que nos toque el premio gordo si jugamos un décimo: una entre 100.000. Por si no lo hemos entendido bien, nos lo dicen con otras dos expresiones matemáticas: 0,00001 o un 0,001%. Para llegar al 1%, habría que gastar 20.000 euros en décimos.
No existe, en su opinión ninguna razón que nos haga pensar que unos números podrían resultar más afortunados que otros. “Se extraen de una urna en la que se supone que existe la misma probabilidad de que salga cualquier número”. Eso significa que ese billete raro con la combinación 11111, por ejemplo, se ajusta igualmente a ese porcentaje del 0,001% que calculan los expertos. “Es un error común despreciarlo. Aunque las extracciones fuesen dígito a dígito no sería más improbable. Todos los números son equiprobables”.

Recuerdan que antes, cuando una administración se hacía famosa por dar el gordo, se incrementaba el número de décimos para el año siguiente, con el consiguiente aumento de probabilidad de que tocase. “Hoy en día -añaden Alguacil y Bidet-, prácticamente toda administración vende muchos números distintos, para aumentar la probabilidad de dar premio y hacerse famosa”.
Lejos de llevarnos al pesimismo, matemático y psicóloga consideran que en juegos de azar, la lotería de Navidad es una de las mejores opciones. “Además del gordo, hay muchos premios. Aproximadamente el 15% de los décimos tienen premio”. Siguiendo con sus razonamientos, nos ponen un ejemplo comparativo: “Tienes un 0.001% de que te toque el gordo de Navidad, pero solo un 0.00000071511 % (1 entre 139.838.160 millones de combinaciones). Si hay que jugar a algo, mejor que sea a la lotería”.
Los impares son los favoritos
Es algo que conoce bien Pedro Joaquín Cámara Martínez, titular de la administración La Gran Ilusión, en Valencia. Él insiste en que “todos los números tienen las mismas posibilidades de tocar o no tocar, tanto los bonitos como los feos. En el sorteo de Navidad, el número va en una bola con los cinco dígitos y no se extrae cifra a cifra como en el sorteo del Niño”. Esta conclusión no convence, sin embargo, a todos los jugadores que se acercan a comprar lotería, lo que hace que existan números más demandados que otros. “Sin lugar a dudas, los impares, y principalmente los números acabados en 5 y en 7. Y por supuesto el número que siempre se agota apenas ponemos a la venta la Lotería de Navidad en La Gran Ilusión es el número 13”.

De todas las anécdotas que nos puede contar este lotero valenciano, se queda con una del 29 de octubre de 2024: “En plena campaña de Navidad, tuvimos que cerrar por la Dana. Incluso con toda la lotería mojada y la Administración destrozada, pudimos finalizar la campaña de Navidad vendiendo la lotería a través de nuestra página web y personándose muchas personas en mi casa para venderle los décimos. A pesar de lo aciago de la situación, conseguimos dar premio en Navidad y Niño, cuarto y tercer premio respectivamente. Lo más frustrante, dentro de la inmensa alegría que teníamos todo el equipo, fue no poder celebrarlo con todos nuestros clientes”.
La buena vibra del 9
El verdadero secreto de la Lotería de Navidad no va tanto de ganar como de participar en un relato colectivo, en una ilusión compartida. En ese “¿y si…?”, aunque sea lejano, Alicia Fercan, numeróloga, nos echa una mano compartiendo sus preferidos en este 2025. “Como la vibración del año es 9, elegiría números (yo ya lo he hecho) que contengan el 9 o acaben o empiecen en 9. Va muy alineada con toda la energía de terminar con ciclos que no nos acompañarán el próximo año. Es una buena vibración para terminar con una época de escasez y de pocos recursos. Incluso el ángel Abundia, el de la prosperidad y la buena fortuna, tiene un código sagrado que acaba en 9”.
Pero la expresión máxima de la abundancia es, según nos explica, es el 4. “Cualquier décimo que acabe en cuatro o contenga combinación de 4 es una llamada potente a la abundancia.” Entre sus favoritas está también el 0. “Es el mundo de las infinitas posibilidades. Ahí todo cabe en ese círculo. Acompañado del 1, marca el inicio”.

La numeróloga apuesta también por el 8. “Sería un 4 por 2. La vibración del 8 es la de éxito, el comercio, los negocios… Todo lo que firmemos, compremos o hagamos el día 8 nunca tendremos problema para pagarlo. O días que sumen 8 son también favorables para comprar un décimo. Por otra parte, el 22 es una vibración muy buena para construir una nueva vida”. Por encima de todo, su primer consejo, siempre que vayamos a decidir algo importante, es seguir nuestra intuición. “Nunca se equivoca. O elegir con intuición o uno de estos números. La numerología sirve 100% para tomar mejores decisiones para nosotros y nuestras vidas”.
Un buda blanco y una velita roja
Buscando aún más claridad, hemos recurrido a la vidente Karolina (María Ángeles Aranega) con una preguntar muy simple: aparte de buscar esos números que nos aconseja la numeróloga, ¿qué más podemos hacer para que nos toque si quiera un pellizco de la lotería navideña? “Hay que poner un buda blanco -da igual el tamaño– y ponerle una velita plana de color rojo. Se puede colocar en un platito un poco de miel, sal azúcar y agua”.
La vidente nos confiesa que no cree en la lotería. “La suerte -advierte- ya está echada desde que nacemos”. Pero entonces recordamos al gran Stephen Hawking, que observaba cómo incluso aquellos que piensan que tenemos predicho hasta el último detalle miran a ambos lados antes de cruzar la calle.


