En un mundo del fútbol dominado por hombres y marcado por negociaciones millonarias, una abogada brasileña ha conseguido abrirse paso hasta la cima del fútbol internacional. Su nombre es Rafaela Pimenta, una figura discreta pero decisiva que hoy maneja los destinos de algunas de las mayores estrellas del planeta. Desde los despachos de su agencia One Sarl, controla una cartera de jugadores valorada en más de mil millones de euros, un imperio construido con inteligencia, paciencia y la firmeza de quien sabe que el verdadero poder no siempre busca reflectores.
De la cátedra al campo
Originaria de Brasil y experta en Derecho Internacional, Rafaela Pimenta comenzó su carrera como profesora en la Universidad de São Paulo antes de dar un giro sorprendente hacia el fútbol profesional. Políglota y de intelecto agudo —se calcula que domina entre seis y ocho idiomas—, pronto se convirtió en una figura clave en el mundo de la representación deportiva. Como ha señalado en varias ocasiones la propia agente, “la comunicación es clave en su trabajo”, y su condición de políglota se convierte en un valioso aliado en un mercado globalizado como el del fútbol profesional.
Su sólida formación jurídica y su carácter meticuloso le abrieron las puertas de una agencia de élite, donde se ganó rápidamente la confianza de uno de los agentes más influyentes de Europa: Mino Raiola. Frente a un estilo marcado por la confrontación y los contratos millonarios, Pimenta se consolidó como el contrapunto estratégico perfecto: discreta, precisa y siempre fuera del foco mediático, demostrando que el poder en el fútbol también puede ejercerse desde la sombra.
El legado de Raiola
Durante la enfermedad de Mino Raiola, el influyente representante de futbolistas, famoso por negociar contratos millonarios para las mayores estrellas del fútbol mundial, Rafaela Pimenta asumió las riendas de operaciones estratégicas, supervisando negociaciones de alto perfil como las de Paul Pogba y el traspaso de Erling Haaland al Manchester City. Tras el fallecimiento de Raiola, Pimenta se convirtió automáticamente en la heredera de su imperio, siendo la única socia con acciones compartidas en la agencia.
Desde entonces, ha liderado con mano firme pero sin estridencias. A diferencia de otros agentes que buscan protagonismo mediático, evita las cámaras y permanece completamente fuera de las redes sociales. Su poder se sostiene en las relaciones que cultiva y en el respeto que le profesan tanto clubes como jugadores.

Como heredera del imperio de Mino Raiola, Rafaela Pimienta ha señalado en varias ocasiones: “Muchos pensaban que Mino Raiola era duro… hasta que me conocieron a mí”.
Rafaela Pimenta: “Muchos pensaban que Mino Raiola era duro… hasta que me conocieron a mí”
Gestora de superestrellas
Los nombres en su cartera hablan por sí solos: Erling Haaland, Paul Pogba, Matthijs de Ligt, Gianluigi Donnarumma, Marco Verratti, entre otros talentos de primer nivel. Recientemente, Rafaela Pimenta ha ampliado su influencia al fútbol femenino, representando a jugadoras destacadas como Misa Rodríguez y Carla Camacho, consolidando así su presencia y poder en todas las áreas del fútbol profesional. Como ella ha señalado, “El fútbol femenino está creciendo, pero aún hay mucho por hacer”

La “dama de hierro” del fútbol
Medios internacionales la señalan como una de las mujeres más poderosas del fútbol mundial, capaz de negociar de igual a igual con los directivos de los clubes más influyentes de Europa. Su enfoque combina una sólida formación académica con la astucia necesaria en un mercado donde contratos, comisiones y lealtades cambian a la velocidad de un fichaje de verano.
Mientras las cámaras se centran en los goles de Haaland o en los retornos de Pogba, Rafaela Pimienta continúa moviendo los hilos desde la sombra. Con cada negociación, reafirma su lugar en la élite de la representación deportiva, demostrando que el verdadero poder en el fútbol no se ejerce con titulares ni estridencias, sino con estrategia, paciencia y precisión.