DEPORTE FEMENINO

De nicho a mercado global. El auge del patrocinio en el deporte femenino

El patrocinio al deporte femenino es ahora una inversión rentable, con un fuerte vínculo con la igualdad y la responsabilidad social.

Olympique de Lyon celebrando su último título previo a la final de la Champions League
@olfeminin

Durante décadas, el deporte femenino fue una joya oculta en el vasto universo deportivo global. A pesar de las grandes hazañas y de figuras que dejaron huella, las competiciones femeninas pasaban desapercibidas, eclipsadas por el brillo de sus contrapartes masculinas. Las marcas, conservadoras y cautelosas, dudaban de la rentabilidad de invertir en deportistas y torneos femeninos. Pero esa realidad ha cambiado de manera espectacular, lo que marca el inicio de una nueva era. Una verdadera revolución en el patrocinio deportivo, donde las mujeres ocupan un lugar central, y las marcas encuentran un espacio inexplorado de visibilidad, oportunidad y crecimiento comercial. El deporte femenino, antes un nicho, hoy se presenta como el epicentro de una transformación que está cambiando las reglas del juego.

La era del deporte femenino

Hasta hace muy pocos años, las grandes marcas eran reticentes a invertir en el deporte femenino, creyendo que el público no se sentiría atraído por estas competiciones y que los retornos comerciales serían limitados. Sin embargo, los resultados recientes han demostrado lo contrario. Disciplinas como el fútbol, baloncesto, tenis, atletismo y ciclismo han experimentado un auge en audiencia y relevancia. Las competiciones femeninas están recibiendo más atención mediática, y las marcas han comenzado a revaluar sus estrategias.

Un ejemplo claro de este cambio es la Eurocopa Femenina, cuyos ingresos se espera que se dupliquen en 2025, alcanzando los 128 millones de euros. La UEFA, consciente del potencial comercial, ha apostado fuertemente por el fútbol femenino. Marcas como PepsiCo, por ejemplo, han renovado su patrocinio con la UEFA hasta 2030, no solo para reforzar el evento, sino también para asociarse con la lucha por la igualdad de género. Algo similar ocurre con la WNBA en Estados Unidos, cuya relación con Nike ha sido extendida por doce años. Este aumento de inversión refleja el creciente reconocimiento de un público dispuesto a consumir productos relacionados con el deporte femenino

Fanzone del parque de Berlín, en Madrid, durante la retransmisión de la final de la Eurocopa femenina. Cada vez son más los seguidores del deporte femenino.
Javier Cuadrado

Visibilidad y crecimiento

El aumento de la visibilidad de las competiciones femeninas ha sido fundamental para este cambio. Según un informe de S&P Global Market Intelligence, el consumo de eventos deportivos femeninos en plataformas digitales ha experimentado un crecimiento notable. Las historias de superación y el surgimiento de figuras como Alexia Putellas, Paula Badosa o Mireia Belmonte han conquistado al público, convirtiéndose en referentes que atraen a más espectadores. Estos logros han conseguido desmitificar el deporte femenino, posicionándolo como una alternativa legítima y emocionante que genera tanto emoción como expectativas.

Alexia Putellas es una de las deportistas referentes del deporte femenino
RFEF

Las nuevas generaciones están más comprometidas que nunca con las causas sociales, destacando la igualdad de género como uno de sus pilares. Para ellos, apoyar el deporte femenino no es solo una cuestión de entretenimiento, sino un acto de justicia social. Conscientes de esta transformación, las marcas están adaptando sus estrategias para conectar con este público diverso y concienciado, alineando sus valores con los de un compromiso real por la igualdad. En este escenario, el deporte femenino se convierte en mucho más que una oportunidad comercial: es un vehículo para construir una sociedad más equitativa.

Además, el crecimiento de las audiencias ha sido un factor esencial en la expansión y consolidación del deporte femenino. Según la Encuesta de Hábitos Deportivos en España, un notable 26,7% de los espectadores se han inclinado por seguir competiciones femeninas, destacando el fútbol femenino como el deporte más seguido, con un 14,4% de la audiencia total. Este fenómeno no es solo un reflejo de un cambio cultural, sino también de la creciente profesionalización de los eventos deportivos femeninos, que han elevado considerablemente su nivel de calidad y competitividad.

Una gran rentabilidad

Las marcas han comenzado a ver el patrocinio del deporte femenino no solo como un apoyo a la igualdad, sino también como una inversión económica. Según el informe de SponsorUnited, los equipos de la WNBA generaron 76 millones de dólares en ingresos por patrocinio, un aumento del 52 % desde 2022. Esta tendencia no se limita a Estados Unidos, sino que también se extiende a Europa. Empresas como Iberdrola, Endesa y Puma están invirtiendo en el fútbol femenino, la gimnasia y el baloncesto, reconociendo el gran potencial de crecimiento de este sector.

Aunque más allá de su rentabilidad económica, el patrocinio del deporte femenino permite a las marcas fortalecer sus políticas de Responsabilidad Social Corporativa (RSC). Al respaldar a las mujeres en el deporte, las empresas no solo impulsan la igualdad de género, sino que también mejoran su imagen ante los consumidores, posicionándose como líderes en causas sociales. En un contexto donde la responsabilidad social adquiere cada vez más valor, las marcas que apuestan por el deporte femenino están dejando una huella significativa, tanto dentro como fuera de la cancha.

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