El Atlético de Madrid volvió a imponer su ley en casa y firmó una victoria de prestigio en el derbi femenino frente al Real Madrid (2-1), en un partido vibrante que tuvo de todo: presión asfixiante, un golazo de falta, una expulsión clave y una aparición estelar: Luany, que marcó el tanto definitivo y puso al estadio en pie.
Primer tiempo de dominio rojiblanco
Desde el primer minuto, el Atlético mostró sus intenciones. Presión alta, ritmo asfixiante y una línea ofensiva que no dio respiro a la zaga blanca. El once inicial de Víctor Martín, con Lola Gallardo; Lloris, Lauren, Medina, Alexia; Gaby, Boe Risa, Portales, Fiamma, Gio y Luany, se adueñó del campo ante un Real Madrid que no lograba hacer pie.
Apenas a los 17 minutos, llegó la recompensa. Un saque de esquina botado con maestría por Boe Risa acabó con varios rechaces en el área y una volea de Lauren Leal que rompió el empate e hizo justicia en el marcador. El 1-0 fue solo una muestra del claro dominio rojiblanco.

Hasta el descanso, las rojiblancas generaron múltiples ocasiones: Gio rozó el gol en el minuto 22 tras una jugada personal brillante, pero se topó con Frohms, la única jugadora blanca que sostuvo al equipo. La guardameta alemana acumuló intervenciones clave y fue, sin duda, la figura de su equipo en los primeros 45 minutos.
En el lado blanco, el once inicial de Pau Quesada, formado por Frohms; Silvia Cristóbal, Lakrar, Méndez, Holmgaard; Toletti, Angeldahl, Weir; Athenea, Linda Caicedo y Bruun, apenas logró inquietar a Lola Gallardo. A excepción de un disparo flojo antes del descanso, el Real Madrid se vio superado en todas las líneas.
Segunda parte con tensión
La segunda mitad del derbi madrileño trajo consigo un giro de guion cargado de emoción. El equipo blanco, que ya sufría ante el dominio del Atlético, vio cómo su situación se complicaba aún más en el minuto 60, cuando Bruun fue expulsada por doble amonestación tras una entrada a destiempo. Con una jugadora menos, el equipo de Pau Quesada quedaba en desventaja numérica y anímica.
Sin embargo, contra todo pronóstico, el Real Madrid encontró oxígeno en una acción aislada. En el minuto 72, Sara Däbritz ejecutó con maestría un lanzamiento de falta directa que se coló por la escuadra. Un golazo que sirvió para igualar el marcador y devolverle la fe a las blancas, que durante varios minutos se mostraron más intensas, incluso generando una clara ocasión que Lola Gallardo neutralizó con un mano a mano decisivo frente a Redondo.
Aunque el Atleti reaccionó con determinación ante el empate. El técnico Víctor Martín movió el banquillo y dio entrada a Ana Vitória y Bartel para reforzar la ofensiva. La insistencia rojiblanca encontró recompensa en el minuto 84. Tras un mal despeje de María Méndez y la falta de contundencia defensiva del Madrid, Luany aprovechó el balón suelto dentro del área y definió con precisión al segundo palo, firmando el 2-1 que terminaría siendo definitivo.

En los minutos finales, el Atlético supo manejar el contexto con inteligencia. Con la grada empujando, el equipo se defendió con balón, ralentizó el juego y minimizó los intentos del Real Madrid, que, agotado y sin ideas, apenas pudo inquietar en los compases decisivos. Un último disparo de Däbritz fue controlado sin apuros por Lola Gallardo, que cerró una actuación notable bajo palos.
El pitido final confirmó una victoria de peso para el Atlético de Madrid, que no solo se impuso en el marcador, sino también en actitud, propuesta y contundencia. En un derbi de alta tensión, las rojiblancas fueron más eficaces y supieron aprovechar sus momentos para dejar los tres puntos en casa.