A menos de cien días para que den comienzo los JJOO de invierno, una figura emerge por encima de ninguna otra. Lindsey Vonn acaparará todos los focos después de anunciar su regreso al deporte de élite tras haber hecho historia en el esquí alpino.
Es la única mujer americana en obtener un oro olímpico en su deporte y la olímpica más veterana en colgarse una presea en los Juegos cuando lo logró con 33 años. Tirando de veteranía acudirá a Milano Cortina, los que serán sus quintos juegos con 41 años. “Sé que muchos son escépticos con mi regreso, pero esto lo hago por mi. Siento que estoy viviendo una segunda oportunidad”, asegura.
La triple medallista olímpica protagoniza la portada de la prestigiosa Revista Time, en un extenso reportaje en el que reflexiona sobre lo que supone este retorno. “No tengo nada que demostrar“, asegura para quienes le preguntan sobre si siente demasiada presión.
Cortina, idilio especial
“La verdadera razón por la que vuelvo es porque se celebran en Cortina. No creo que hubiera vuelto si los Juegos Olímpicos no se celebraran allí“, así se sinceraba la esquiadora. Cuando supo que una de sus ciudades talismán albergaría los Juegos del 2026, no se lo pensó. Porque más allá de grandes recuerdos, Cortina es un lugar con una tremenda carga simbólica en su carrera deportiva.
En 2004, con veinte años se subió a su primer podio allí. “Cortina fue donde encajó todo. Antes de aquello mi esquí era mediocre”, reconocía llegándose incluso a llamar a sí misma “tortuga”. Pero aquello fue lo que le impulsó a aprender a “preparar una carrera” y a competir, hasta que todo cobró una nueva dimensión.
Once años después, en 2009 batió el récord de victorias femeninas en la Copa del Mundo en esa misma pista, la Olympia delle Tofane. 12 victorias (más que cualquier esquiador hombre o mujer) avalan su idilio con Cortina.
No es fácil resumir una carrera tan laureada como la de Vonn. A sus tres metales olímpicos hay que sumarles ocho en Copas del Mundo con 82 victorias, el que hasta 2023 era el récord de cualquier esquiadora.
Los galardones y premios, tampoco se hicieron esperar. Fue nombrada deportista femenina del año por el Comité Olímpico Estadounidense. Obtuvo el Premio Laureus en 2011 y 2019, y desde el 2021 es miembro permanente. También obtuvo el Princesa de Asturias en el año 2019, convirtiéndose en la sexta mujer en alzarlo.
Volviendo a Cortina, esta pista vivió su última victoria en 2018, también su último sinsabor en enero de este 2025 cuando regresó a la competición y dio el susto con una caída que afortunadamente no tuvo consecuencias. “Mi rodilla de titanio está aguantando mejor de lo que cualquiera habría esperado“, comentó con humor. Porque el verdadero calvario había empezado años antes. “Tengo nueve cirugías” recordaba esta semana la esquiadora en el show de Jimmy Fallon.
Una trayectoria marcada por el dolor
En los Juegos de Turín de 2006 sufrió su primera gran caída, lo que ella considera una gran lección aprendida. Pero sin duda, la que marcó su trayectoria fue la doble rotura del ligamento cruzado tras una aparatosa caída durante el supergigante de los Campeonatos del Mundo en Schladming que se celebraban en Austria. Sufrió rotura de ligamentos y fractura del platillo tibial derecho donde tuvo que ser evacuada en helicóptero. Era el año 2013 y a partir de ahí llegaron los más duros de su carrera con un sinfín de recaídas entre cirugías.

A pesar de todo, en los Juegos de PyeongChang de 2018 volvió a subirse a un podio olímpico demostrando que nunca se puede descartar a Lindsey Vonn.
Ella es muy consciente de que las historias de deportistas tremendamente exitosos y longevos suelen contarse en masculino. Tiger Woods, Lebron James o Tom Brady, pero si tratamos de buscar a su homóloga en otros deportes, resulta mucho más complicado. Por ello, puso en marcha una Fundación en la que se trataba de impulsar el talento de las niñas en el deporte.


