El Barça mantiene la puerta abierta en este mercado de verano. Mientras el primer equipo se entrena en la Ciudad Deportiva Joan Gamper bajo la dirección de Pere Romeu, en los despachos la consigna es atender ofertas que permitan equilibrar el presupuesto sin desmontar a un bloque campeón.
La estrategia, que mezcla prudencia deportiva y necesidad financiera, marca un verano decisivo para la configuración de la plantilla azulgrana.
El reciente goteo de salidas ha dibujado el contexto. Ingrid Engen puso rumbo al Lyon; Fridolina Rolfö y Ellie Roebuck acordaron rescindir sus contratos; Bruna Vilamala fue traspasada al Club América y Martina Fernández, al Everton.
Son movimientos que, entre ahorro salarial y plusvalías, alivian la masa salarial y abren hueco a nuevas piezas, pero también obligan a recalibrar equilibrios en defensa, portería y ataque.
Ajuste económico y Fair Play
En el área económica, la entidad calcula todavía un déficit aproximado de un millón de euros en la sección, cantidad que debe solventarse para contribuir al cumplimiento del Fair Play.
Es una cifra modesta para el tamaño del club, pero condiciona la inscripción y la planificación deportiva. De ahí que se atiendan ofertas que refuercen la sostenibilidad sin comprometer la competitividad.
Sobre la mesa aparecen nombres de peso con contrato hasta 2026. La dirección deportiva no ignora que futbolistas como Salma Paralluelo o Mapi León que mantienen alta cotización.
La llegada de Laia Aleixandri, unida a la renovación de Irene Paredes hasta 2027 y a la polivalencia de Jana Fernández y Marta Torrejón, garantizan recursos en la zaga.
En ataque, una eventual oferta por Salma, tras un curso de crecimiento más pausado, sería evaluada con frialdad si mejora el proyecto.
Renovaciones clave
Más allá de esos dos nombres, el Barça vigila las situaciones contractuales de otras referencias que también concluyen vínculo en 2026.
En esa lista figuran Claudia Pina, Caroline Graham Hansen, Alexia Putellas, Cata Coll y Ona Batlle, además de las mencionadas Torrejón y Jana.
Blindar a las líderes, ordenar las renovaciones y decidir con rigor ante propuestas muy jugosas de otros clubes, es un trabajo a contrarreloj en un verano comprimido por el calendario internacional.
En paralelo, el club ya ha contabilizado ingresos por ventas y ahorro salarial, y prevé nuevas entradas si se concretan salidas inmediatas adicionales.
Confianza en la cantera
Lucía Corrales, tras brillar en su cesión y aprovechar la pretemporada, se perfila para tener ficha del primer equipo en el lateral zurdo, una demarcación sensible tras la marcha de Rolfö.
También esta el caso de Sydney Schertenleib, una de las apariciones más ilusionantes del curso pasado, se ha reincorporado y luchará por contar con minutos en una medular con talento y juventud. Ambas refuerzan la apuesta por la cantera y por perfiles que ya dominan el modelo.
La sensación que transmite el club catalán es de control: habrá traspasos sólo si el precio compensa y ninguna salida será a cualquier coste.
Con las puertas abiertas, el Barça encara un cierre de ventana que medirá su cintura económica y su capacidad de seguir dominando sin perder identidad.