Imagina que un día aparece en tu agenda un partido contra un equipo senior de Burgos, pero ese equipo no quiere enfrentarse a otro senior, sino a una categoría alevín.
En aquel momento, mayo de 2021, el San Pío X de Valladolid no tenía un grupo femenino en esa categoría, por lo que José F. Casquete, entonces entrenador del club, atendió la petición y trasladó la situación a Beatriz Rollán, entrenadora del Don Bosco, así que sin pensarlo dos veces, ambos se pusieron manos a la obra y lanzaron un mensaje a los clubes de la provincia para intentar congregar a niñas dispuestas a jugar aquel encuentro.
Un partido que no se jugó y lo cambió todo
Por distintas circunstancias, el choque nunca llegó a disputarse, pero lo que ocurrió después cambió el rumbo del fútbol base femenino en la ciudad.
Las niñas que respondieron a ese llamamiento no querían marcharse sin jugar, y el club improvisó un triangular entre equipos locales.

Ese día, mientras compartían comida, camisetas y diplomas con sus fotos, quedó claro que era la primera vez que muchas de ellas coincidían en un campo con otras niñas de su edad.
Aquella jornada, que nació como un apaño, terminó revelando una necesidad, y es que las niñas jugaban, sí, pero lo hacían dispersas en equipos masculinos o en proyectos aislados que no les permitían construir referencias entre ellas.
Cuando llegó septiembre, varias familias de las niñas que jugaron ese triangular se pusieron en contacto con Beatriz y con José para saber si los entrenamientos iban a continuar. Y fue entonces cuando decidieron dar un paso más y crear una tecnificación que las reuniera de forma constante.
Un espacio para que las niñas no abandonen el fútbol
Así nació Fútbol Femenino Stars, sin pretensiones más allá de la de ofrecer un espacio seguro donde las niñas pudieran conocerse y entrenar juntas.

El objetivo era evitar que, al cumplir los 13 años y verse obligadas a pasar a un equipo femenino, llegaran a un vestuario sin conocer a nadie y terminaran planteándose dejar el fútbol por sentirse ajenas a esa nueva dinámica.
Aunque ese no era el único propósito, también buscaban promover el fútbol femenino en una provincia donde el fútbol no suele ser la primera opción entre las niñas y, además, ofrecer un espacio donde cualquiera pudiera entrenar, incluso aquellas que nunca habían jugado antes.
Un proyecto que avanza en pleno auge del fútbol femenino
Hoy por hoy, cuatro años después, el proyecto ha pasado de 25 niñas en su primer año a más de 120. En Castilla y León, el fútbol femenino ha experimentado un crecimiento notable con la creación de nuevas ligas en prácticamente todas las categorías de base.
El crecimiento de esta gran iniciativa también coincide con un cambio de mentalidad que se vive a nivel nacional. La Selección Española ha marcado un punto de inflexión en este deporte, no solo por sus resultados, sino por la visibilidad que ha aportado a un fútbol que durante años fue conocido, pero poco valorado en el ámbito femenino.
Actualmente muchas niñas, y también muchos niños, nombran a jugadoras profesionales como sus referentes, y eso se nota en cada entrenamiento.
Incluso dentro de Fútbol Femenino Stars, las más pequeñas comienzan a fijarse en compañeras mayores del propio club, creando un efecto espejo que antes era impensable. Aunque todavía quedan familias que mantienen la idea de que “el fútbol no es para niñas”, la tendencia está cambiando rápidamente gracias a este tipo de iniciativas.
El impacto mediático de la Selección y el crecimiento de los clubes femeninos están acelerando una transformación que ya se percibe en la base.
En la temporada 23/24 nació la Liga Femenina Alevín-Infantil, en la 24/25 se incorporó la Liga Femenina Cadete-Juvenil Regional y en la temporada 25/26 vio la luz la Liga Femenina Benjamín-Alevín.
Una progresión que evidencia que la estructura está empezando a adaptarse a la realidad y que cada vez hay más niñas que quieren jugar.
Estructura, niveles y una idea principal clara
Las jugadoras de Fútbol Femenino Stars tienen entre cuatro y 16 años y se organizan en grupos según edad y nivel, siempre priorizando su comodidad y su progresión.
A veces coinciden niñas de diez años con otras de catorce, no porque se quiera acelerar su ritmo, sino porque el nivel se ajusta y permite que todas crezcan.
El proceso no se fuerza, nadie sube o baja de grupo sin que esté de acuerdo y sin que se tenga en cuenta su integración.
Los entrenamientos se celebran los viernes, de septiembre a junio. Las familias confirman asistencia a través de un sistema de encuestas y el equipo técnico, formado por padres, madres, entrenadores y jugadores que colaboran de forma voluntaria, distribuye a las niñas en diferentes franjas horarias.

La sesión incluye trabajo técnico, dinámicas adaptadas y, al final, un partido interno, sin olvidar que más allá de lo deportivo, la intención es que las participantes disfruten, se relacionen y construyan vínculos dentro del fútbol.
Las familias que contienen el proyecto
El papel de las familias es fundamental, ya que son quienes sostienen el día a día, coordinan los viajes, ayudan en entrenamientos, resuelven necesidades logísticas y hacen posible que el proyecto funcione con estabilidad.
En torneos nacionales e internacionales han sido un pilar clave, especialmente en experiencias como un viaje a la Gothia Cup, en Suecia.

Dos días de ida, dos de vuelta, convivencia continua y una experiencia deportiva que marcó un antes y un después para las jugadoras y los adultos.
Por otra parte, el nivel deportivo ha crecido de forma evidente. Algunas niñas han sido convocadas por la Selección de Castilla y León y otras han entrado en pre-listas de la Selección Española en categorías inferiores.
En torneos mixtos han competido y ganado, frente a equipos masculinos, lo que demuestra que el trabajo técnico y emocional está dando resultados.
Más allá de Valladolid
La tecnificación recibe niñas de varias provincias, como Palencia, Ávila, Soria e incluso una jugadora que vive en Italia y se suma a los torneos cada vez que tiene oportunidad, lo que refleja que el proyecto cubre una necesidad que va más allá del propio municipio.
Para muchas, entrenar con otras niñas por primera vez ha cambiado su relación con el deporte, lo viven con más ilusión, confianza y la sensación de que tienen referentes a los que mirar.
Lo que viene
El futuro de Fútbol Femenino Stars pasa por expandirse a otras provincias y seguir consolidando este modelo de base. Hacer ver a las familias que todavía dudan del fútbol femenino el ambiente que se vive en estos partidos.
Que comprueben que las niñas juegan bien, compiten, se esfuerzan, crean equipo y que ninguna niña debería abandonar el fútbol por falta de oportunidades o por prejuicios que aún persisten en muchos entornos, ya que han demostrado que cuando se les da espacio, las niñas no solo ocupan el terreno de juego, también lo transforman.


