Tu hija sueña con ser futbolista. Esta es la hoja de ruta que nadie te cuenta.

Llegar a la élite de un deporte es algo casi imposible, especialmente en deporte tan globales como el fútbol, pero debido a su crecimiento brutal, cada vez son más las niñas que sueñan con ser la Alexia Putellas o la Aitana Bonmatí del futuro

Con la explosión del fútbol femenino, cada vez son más niñas sueñan con seguir los pasos de Alexia Putellas, Aitana Bonmatí, Mariona Caldentey y compañía. Sin embargo, el camino hacia la élite no siempre está claro. Más allá del talento y la pasión, hay una serie de etapas, decisiones y hábitos que marcan la diferencia. Esta es la hoja de ruta para acompañar a tu hija en su sueño de ser futbolista profesional.

Etapa de iniciación (de 6 a 11 años): aprender jugando

En esta primera fase, lo más importante no es ganar, sino descubrir la pasión por el fútbol.

Objetivos clave:

  • Diversión y aprendizaje. Que disfrute con el balón, experimente, pruebe posiciones y desarrolle coordinación.

  • Técnica básica. Control, pase, tiro y dribling son la base. La técnica, a esta edad, vale más que la fuerza.

  • Educación en valores. Aprender a perder, a trabajar en equipo y a respetar a las compañeras y rivales.

Consejos prácticos:

  • Elegir el club adecuado. Busca escuelas o clubes mixtos o femeninos donde prime la formación sobre la competición. Pregunta por el tipo de entrenadores, la metodología y la atención a las jugadoras más pequeñas.

  • Equilibrio con los estudios. Evita saturarla con demasiados entrenamientos. A esta edad, el juego libre y el tiempo de descanso son igual de importantes.

  • Nutrición básica. No hacen falta dietas estrictas: basta con enseñar buenos hábitos. Fruta, verdura, proteínas y una buena hidratación son su mejor “entrenador invisible”.

Caroline Graham Hansen y Salma Paralluelo celebran un gol del Fútbol Club Barcelona femenino

Etapa de desarrollo (de 12 a 15 años): formación técnica y mental

Aquí comienza la consolidación del talento. El cuerpo cambia, el nivel competitivo sube y también lo hace la exigencia. Es una etapa clave para no perder la motivación.

Objetivos clave:

  • Perfeccionar la técnica y empezar a entender el juego táctico.

  • Desarrollar la condición física: fuerza, velocidad y resistencia comienzan a entrenarse con más método.

  • Cuidar la mentalidad. La adolescencia trae dudas, comparaciones y frustraciones. La familia debe reforzar la confianza y evitar la presión excesiva.

Consejos prácticos:

  • Buscar clubes con equipos femeninos de base. Es fundamental que juegue en entornos donde tenga minutos y entrenamientos adaptados a su evolución física.

  • Compatibilizar fútbol y estudios. Una buena planificación semanal evita que el deporte afecte al rendimiento académico. Los centros con programas de apoyo a deportistas pueden ser un gran aliado.

  • Alimentación e hidratación. Aumenta la importancia de una dieta equilibrada, especialmente en fases de crecimiento. Desayunos completos, cenas ligeras y evitar el consumo excesivo de azúcar son normas de oro.

  • Primer contacto con torneos y visores. Empieza a participar en competiciones regionales o campus organizados por federaciones y clubes profesionales.

La selección española femenina de fútbol celebra un gol en el Mundial 2023

Etapa pre-élite (de 16 a 18 años): salto a la alta competición

Es el momento de definir el futuro deportivo. Aquí muchas jugadoras pasan de clubes locales a canteras profesionales o equipos semiprofesionales. La exigencia física y mental aumenta y las decisiones pesan más.

Objetivos clave:

  • Entrenamientos específicos. Potenciar la fuerza, la velocidad y la toma de decisiones.

  • Consolidar la mentalidad profesional. Aprender a gestionar la presión, las lesiones y las derrotas.

  • Preparar el futuro. Combinar el deporte con estudios o formación alternativa.

Consejos prácticos:

  • Elegir el club adecuado. A estas alturas, es mejor un club donde juegue y crezca que uno “grande” donde apenas tenga minutos. Pregunta por el cuerpo técnico, el seguimiento médico y las condiciones educativas.

  • Buscar representación. Si su rendimiento destaca, es recomendable contar con un/a agente o asesor especializado en fútbol femenino, que le ayude a revisar contratos, derechos de imagen y oportunidades. Nunca firmes sin asesoramiento profesional.

  • Cuidar la nutrición y el descanso. Una buena recuperación es tan importante como el entrenamiento. Dormir al menos ocho horas y mantener rutinas de alimentación adaptadas al esfuerzo físico marcan la diferencia.

  • Red de apoyo. La presión aumenta, y la familia sigue siendo un pilar clave: acompañar, escuchar y motivar sigue siendo su mejor “club”.

Más allá del campo: el sueño con los pies en la tierra

Solo una pequeña parte de las futbolistas llega a la élite, pero todas pueden encontrar en el fútbol un espacio de crecimiento personal y profesional. El deporte enseña disciplina, trabajo en equipo, liderazgo y resiliencia: habilidades que acompañarán a tu hija toda la vida, llegue o no a la Primera División.