El mundo del atletismo no da tregua. Si hoy todavía se siente la resaca del Mundial celebrado en Tokio, las secuelas de la cita están cobrando un gran protagonismo. Una de ellas, quizás la más importante, está relacionada con sospechas de posibles dopajes por parte de las atletas kenianas. Un caso que no es nuevo, pues Kenia lleva en el foco desde hace más de una década.
Estas posibles dudas, fundamentadas a raíz del éxito mayoritario del atletismo keniano en Tokio, son más leña al fuego para un tema que muchas voces ya señalan. Sobre todo porque el país africano cuenta ya con más de 200 positivos en los últimos años. Y, lo más grave, Sebastian Coe, presidente de World Athletics, parece mirar para otro lado.
Atrás queda la mano dura ante casos como el del deporte ruso con el “Escándalo Rodchenkov”. Con Kenia la situación es distinta e incluso todo apunta a la existencia de intereses políticos que impiden actuar con la misma contundencia. Todo mientras los grandes nombres del atletismo keniano siguen cayendo y la oleada de positivos sigue al alza.
Una larga lista
Para poner en contexto de lo que hablamos basta con observar el amplio listado de atletas que se han visto “salpicados” por el dopaje. Desde Ruth Chepngetich, poseedora del récord mundial de maratón, que dio positivo en un control realizado en marzo de este año.
Hasta otros grandes atletas reputados como Jemima Sumgong (oro en la maratón de los Juegos Olímpicos de Río 2016), Wilson Kipsang (ex plusmarquista mundial de maratón), Elijah Manangoi (oro mundial en 1.500) o Absel Kiprop (tres veces oro mundial del 1.500 y oro olímpico en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008), entre otros nombres.
La Agencia Mundial Antidopaje, a la carga
Ante la actitud inoperante de Sebastian Coe, presidente de World Athletics, la organización que ha asumido el mando para investigar lo que está sucediendo en Kenia es la Agencia Mundial Antidopaje (AMA). De ella han nacido numerosas medidas y acciones para combatir el crecimiento del dopaje en el país africano.
De hecho, fue la propia AMA la encargada de señalar a la Agencia Antidopaje de Kenia como una organización que no está conforme a los parámetros y directrices del Código Mundial Antidopaje. Una grave situación que puede derivar en importantes sanciones a partir del próximo 2 de octubre.
Por su parte, el propio Gobierno de Kenia decidió implicarse en el año 2023 en el asunto. Con mayor o menor éxito, anunciaron la inversión de un total de 28 millones de dólares que irían dirigidos a luchar contra el dopaje en un periodo de cinco años (2023-2028).
Tokio, un éxito rotundo
A la par que los casos de dopaje crecen y las investigaciones aumentan, el Mundial de Tokio ha servido para que los esfuerzos en estudiar la situación se refuercen. Es necesario, sobre todo a raíz de comprobar el éxito rotundo de las atletas kenianas en la cita japonesa.
El deporte femenino de Kenia ha arrasado y ha conquistado todos los oros mundiales desde los 800 metros hasta la maratón. El 1.500, el 5.000, el 10.000, los 3.000 metros obstáculos… ¡Increíble! Es lógico que existan sospechas sobre la limpieza de las atletas kenianas, ya que hay motivos sobrados para ello.
No obstante, hasta que no se demuestre lo contrario, todos esos oros son lícitos. Sin embargo, hay ciertos casos que asombran y que, de manera involuntaria, actúan como combustible para avivar el fuego. ¿El mejor de los ejemplos? El de Lilian Odira.
De ser una desconocida a ser oro mundial
De entre todos los oros mundiales que han conseguido las atletas de Kenia en el Mundial de Tokio, el de Lilian Odira es el que “peor huele”. Y es que esta atleta, ahora en la cima mundial del atletismo, era una completa desconocida el año pasado. Tras ser madre en 2020, su mente estaba centrada en los 400 metros, pero todo cambió de repente.
El año pasado se pasó a los 800 metros iniciando su temporada con una marca personal de 2:11:73. Meses después batió esa marca en los Juegos Africanos bajándola a los 2:00:81. Un salto impresionante que le llevó a los Juegos Olímpicos de París, en los que también bajó ese registro hasta el 1:58:53.
Pero la cosa no queda ahí. En este Mundial de Tokio, en el que se ha coronado campeona del mundo, marcó un asombroso 1:54:62 en la gran final. Un registro que ha sido récord de los campeonatos y que se ha quedado a menos de un segundo y medio del récord mundial de Kratochvílová (1:53:28), vigente desde 1983.
¿Directas a la historia?
Finalizado el campeonato y comprobado el amplio dominio que han mostrado las representantes de Kenia, lo que queda ahora por delante es la sombra de la duda. En el país con más casos de dopaje en los últimos años, solo el tiempo dirá si lo vivido en Tokio acaba en el lado positivo de la historia o en el bando contrario.
En estos momentos, es una hazaña única, sin precedentes y muy compleja de repetir. Nadie había logrado antes un éxito así en la historia del atletismo. Pero puede que un futuro no muy lejano la gesta quede manchada por el gran problema que afecta a Kenia, un país que está bajo la lupa del dopaje.