ANIVERSARIO

La entrenadora que perdió sus trofeos en la DANA: “Ahora cuando llueve tenemos más miedo de lo normal”

Esther Romero fue una de las tantas personas damnificadas, un año después reflexiona sobre la tragedia ocurrida en Valencia el pasado 29 de octubre. "El deporte cura mucho", admite

Esther Romero dirige un partido como entrenadora sub-12 en el campeonato de España de selecciones autonómicas
@estherromero6

Esther Romero se hizo viral hace un año. La DANA arrasó con sus pertenencias como le ocurrió a cientos de valencianos. A través de las redes sociales, Carla la pareja de la exjugadora, hacía un llamamiento en el que pedía a la RFEF si podían suplir con réplicas las Copas de la Reina que la riada se había llevado. La Federación atendió la petición y la ahora entrenadora volvió a contar con sus trofeos. 

“A las dos semanas ya estaban los trofeos en mi casa, a veces las redes sociales tienen cosas buenas”, admite añadiendo que esas Copas de la Reina ahora son recuerdos “doblemente emotivos”.

Además, Esther fue invitada a la Ciudad del Fútbol de las Rozas, al sorteo de los octavos de final de la Copa de la Reina para recibir en sede federativa sus trofeos. Se los entregaba además, una gran amiga, Leila Ouahabi.

Un año después, Romero reflexiona junto a la agencia EFE cómo vivió aquel terrible episodio. “Ahora lo veo y pienso: lo que hemos pasado… En el momento fue un ‘shock’ porque entró el agua por todos lados, no puedes hacer nada y ya lo has perdido todo. Por suerte, en mi caso solo fue el garaje y el trasero, pero aún están en obras. Tengo amigos que no tienen ni garaje, ni ascensor… Es desastroso. Ahora cuando llueve tenemos más miedo de lo normal”, asegura.

Cuando mira alrededor ve una Aldaia mucho mejor. “Ya no tenemos ese barro color sepia bajo el que vivíamos cuando pasó todo. Pero, por ejemplo, los túneles aún están por arreglar, el tren llega hasta Aldaia y no hay más vía hacia Buñol. Hay cosas que están destrozadas aún y costará arreglarlo, pero la vida en sí no está tan mal, ya está casi todo arreglado. Lo peor son las pérdidas humanas, que es irreparable”, explica.

El fútbol base

Esther Romero continúo en el fútbol una vez retirada convirtiéndose en entrenadora. Como técnico de fútbol base se asombra de la gran cantidad de fichas que hoy están firmadas por niñas. “El nivel es más alto. Antes no tenías donde elegir, ahora está más repartido en más ligas y las niñas están en un sitio más cómodo que antes porque los clubes apuestan por ellas. Cuando ves a todos los equipos sub-12 y ves la calidad que tienen esas niñas, dices: el futuro está bien servido”, relata.

La exjugadora del FC Barcelona Esther Romero.
Barça

Los cambios respecto a su etapa de jugadora son evidentes. “Hay muchos más clubes que apuestan por el fútbol femenino, esas niñas están mejor formadas y, al fin y al cabo, salen niñas más buenas. Una de las cosas más importantes que yo veo es que, tristemente, a las chicas las entrenaba el padre de, el hermano de, para sacarse un dinerito. Ahora quiénes entrenan a chicas ya tienen una formación y se nota mucho. A mí me ha entrenado el padre de una jugadora o el hermano de otra y no tenían titulación. Cambia mucho”, afirma Esther Romero.

“Ahora quienes entrenan a chicas ya tienen una formación. Antes las entrenaba el padre de, el hermano de para sacarse un dinerito”

En cuanto a los ídolos, las niñas tienen grandes espejos en los que mirarse.
“Ellas ven que pueden ser Aitana o Alexia y vivir del fútbol. Cuando jugaba nunca pensaba que iba a vivir del fútbol y ellas ahora quieren ser futbolistas, tienen sueños relacionados con el fútbol, por eso son más profesionales”, asegura Romero.

“Antes era como fácil llegar a la Primera División porque éramos cuatro gatos. Pero ahora la que lo tiene claro se lo toma muy en serio y de manera más profesional. Yo veía a Marta la brasileña como algo lejísimos. Escuchaba hablar de Mia Hamm, pero no podías ver ni un partido suyo. No pensabas en ser Marta porque Marta solo era esa, la brasileña. Pensaba que Xavi era muy bueno, pero como no soy un chico, pensaba: nunca voy a jugar como Xavi. Ahora tenemos jugadoras como Aitana y Alexia que son de aquí y tienen la suerte de poderlas ver, poderlas tocar. Son reales y a las niñas les motiva muchísimo”.

Tras la DANA, adultos y niños tratan de rehacer sus vidas, muchas trastocadas para siempre por lo sucedido. Para Esther y sus pupilas el fútbol ha sido un bálsamo reparador. “El deporte cura mucho y que se hagan estas cosas es bueno para todos como sociedad”.

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