La novia de Declan Rice, blanco de críticas en las redes sociales

Lauren Fryer, pareja de Declan Rice, ha recibido todo tipo de comentarios críticos cuando salen a la luz fotos con su novio, por el simple hecho de no encajar en el estereotipo de “WAG perfecta”

Declan Rice y su novia, Lauren Fryer, en un partido del Arsenal por la Premier League

La pareja del mediocampista del Arsenal y de la selección inglesa, Declan Rice, se ha convertido en objetivo de una ola de comentarios gordófobos y despectivos en redes sociales.

Lauren Fryer, con quien el futbolista mantiene una relación desde la adolescencia, fue señalada por no encajar en el molde de novia de futbolista que muchos usuarios todavía asumen como obligatorio: delgada, agraciada y perfectamente acorde con los cánones dominantes.

La presión digital derivó en que Fryer borrara sus fotografías de Instagram en abril de 2024, un gesto que encendió las alarmas sobre el impacto del acoso online en la vida cotidiana de personas que, sin ser figuras públicas por decisión propia, se ven arrastradas por la fama de sus parejas.

Declan Rice y Lauren Fryer posando juntos con la nueva camiseta del Arsenal

Diversos medios han documentado cómo la opinión sobre Fryer —alimentado por cuentas anónimas, perfiles  y foros que se especializan en vigilar a las parejas de deportistasnormaliza la idea de que un jugador de élite debe estar con una mujer que cumpla expectativas estéticas estrechas.

La discusión ha aflorado también en prensa generalista, con análisis que señalan la persistencia de estereotipos cuando el hombre es delgado o atlético y su pareja no encaja en ese patrón, lo que activa la cruel lógica de suerte o merecimiento en función del físico.

La defensa pública de Rice

Ante la embestida, Rice salió públicamente en defensa de su pareja. El centrocampista elogió a Fryer —madre de su hijo— y criticó de forma tajante los ataques, recordando que reducir a una persona a su apariencia es incompatible con cualquier noción básica de respeto.

La intervención del futbolista buscó frenar la cascada de mensajes, que incluían insinuaciones de que él merecía una pareja distinta, una retórica clásica del body shaming que degrada a las mujeres y perpetúa jerarquías basadas en el cuerpo.

Acoso a través de las redes

Fryer vació su cuenta como prueba del acoso, meses después, cada gran actuación de Rice reaviva los ataques hacia una pareja que nunca buscó foco.

El patrón es claro, cuando una mujer no encaja en el arquetipo hegemónico, se convierte en objeto de juicio.

La cultura del espectáculo, potenciada por algoritmos que premian la indignación, mantiene una persecución que daña la salud mental y empuja a la autocensura.

Un recordatorio para el fútbol y sus audiencias

El fútbol, que presume de valores como el respeto, el juego limpio y la comunidad, no puede mirar hacia otro lado.

El caso de Lauren Fryer —una mujer que no pidió estar en el escaparate y que ha sido puesta ahí contra su voluntad— es un recordatorio incómodo de que la violencia simbólica también se juega fuera del campo, alimentada por perfiles anónimos, algoritmos que premian el escarnio y titulares que cosifican.

Si la conversación pública quiere estar a la altura, deberá abandonar la vara de medir de los cánones y aceptar algo tan elemental como que la dignidad no depende del aspecto; esto implica exigir a medios, clubes y plataformas reglas claras, moderación efectiva, educación digital y apoyo psicológico, además de campañas que celebren la diversidad corporal.

Todas estas prevenciones ayudan a evitar que se repitan situaciones como esta, en las que, por amar a una persona que está dentro del ámbito deportivo, recibas, en contra de tu voluntad, comentarios despectivos.

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