“¿Por qué, por qué, los domingos por el fútbol me abandonas? No te importa que me quede en casa sola. ¿Por qué? ¿Por qué? No me llevas al partido alguna vez?”. Que este estribillo se popularizara durante décadas con total normalidad explica todo lo que ha marcado la lucha de muchas mujeres en el deporte y, concretamente, en el fútbol. La canción, cantada y lanzada en italiano por Rita Pavone a principios de los años 60, se extendió por muchos países con la misma intensidad con la que muchos ignoraban y cerraban las puertas a los mujeres que intentaban hacerse un hueco en el deporte rey. Como jugadoras, como aficionadas y también como periodistas. Un escenario que, por suerte, ha cambiado.
Nombres como María Escario, Paloma del Río, Mónica Marchante, entre otras muchas, abrieron el camino ante miradas desconfiadas y dudas de más. Y, ahora, los nombres se suceden y cada vez son menos las sospechas injustas que se lanzan sobre ellos: Sandra Riquelme, Andrea Pelaéz, Andrea Segura, Irati Vidal, María Tikas, Sandra Díaz, Irene Molina o Alicia Arévalo son algunos de los muchos ejemplos. Atrás quedan casos como el de Sara Estévez (Bilbao, 1925), quien tuvo que trabajar durante veinte años haciéndose pasar por hombre, bajo el pseudónimo de Marathon. Fue la primera periodista deportiva en España. El primer paso para todas las que vinieron después.
“Ha cambiado todo, aunque también es verdad que todavía queda por avanzar. Antes, la periodista deportiva estaba más encasillada en la televisión a ‘mujer florero’ que a puestos más relevantes en la retransmisión o en el programa en sí. Y ahora vemos que no. Que incluso en roles como el pie de campo se les está dando mucho peso, como ocurre en DAZN, donde son las personas que inician y cierran la retransmisión. Luego, hay figuras en la narración de partidos masculinos como Andrea Segura o también comentando esos encuentros como es mi caso. Una de las cosas que siento ha cambiado es que antes era una apuesta obligada. Se metía a una mujer porque hubiese una mujer entre tantos hombres. Y ahora es más convencido. Ya no hay tanto recelo o dudas de su talento o valía”, reflexiona Sandra Riquelme (Zamora, 33 años), comentarista de partidos, tanto femeninos como masculinos, en DAZN, y una de las figuras más influyentes en el fútbol femenino en los últimos años.
Tras trabajar en LALIGA, Relevo o El País, Riquelme gestiona su propio proyecto en Youtube, llamado El Patio, e incluso ha impulsado el primer curso de periodismo deportivo en el fútbol femenino, entre otras muchas colaboraciones. Con cada vez más renombre, a la periodista de Zamora ya nadie le mira con dudas. Ella misma ha trabajado para evitar las sospechas y asentarse como una voz autorizada para hablar de fútbol, sea cual sea el género.
“Tengo más miedo a equivocarme que un hombre”
El miedo a equivocarse
Sobre todo lo que está cambiando para figuras como ella, Riquelme confiesa lo siguiente: “También está pasando que, tanto el público como los compañeros, lo están empezando a percibir de otra forma. Ya no les extraña o te miran con sorpresa. Se da por hecho que si estás ahí es porque sabes de fútbol. Que antes se ponía en duda hasta esto. Luego, les puede gustar más o menos el tono o la forma en la que comunicas. Pero se refieren a ti de otra forma. Al igual que digo esto sigue ocurriendo que, en ciertas situaciones, tienes que seguir demostrando el doble. Tengo más miedo a equivocarme que un hombre porque la vez que me equivoque me lo van a recordar más por ser mujer”.
Al igual que Sandra Riquelme, otras compañeras de profesión hablan con Artículo 14 de las dos caras de la moneda a la hora de afrontar el crecimiento de la presencia de mujeres en el periodismo deportivo. Es también el ejemplo de otra referente en este ámbito como Andrea Segura (El Campello, 31 años), quien ha sido ejemplo por ser una de las pocas voces femeninas en España. La periodista valenciana trabaja en la sección de Deportes de La Sexta y es narradora en DAZN y Disney+
“Yo al principio me sentía más cuestionada. Creo que nos pasa a muchas mujeres que, hasta que se demuestre lo contrario, no sabemos de algo. Y esto no les pasa a nuestros compañeros de profesión. Poco a poco, se me ha ido viendo como una narradora más y no como la narradora”, apunta Andrea Segura, quien lanza su particular petición para el 2026: “Que se normalice la igualdad de oportunidades”.
“Ahora, ya no se nos examina por el género”
Y añade: “Cuando surge una oportunidad de narradora para una mujer lo que ganas quizá no compensa todo lo que puedes perder. Sobre todo por la gran presión que hay sobre nosotras a la hora de narrar. Falta más medios que apuesten, desde la normalidad, por figuras sin mirar el género. También se han ido pasos importantes que han hecho que se deje de mirar ‘raro’ a cosas tan simples como que una mujer narre un partido de Primera División como lo hace un hombre”.
Romper barreras, también en los puestos de responsabilidad
Andrea Segura se detiene a remarcar la importancia de romper barreras más allá de las pantallas, con un aumento de las mujeres en puestos de responsabilidad. A pesar de que la paridad está lejos en este aspecto. “Yo creo que la figura de la mujer en el periodismo deportivo ha ido evolucionado mucho y poquito a poco nos estamos quitando ese peso de tener que ser la figura tan encapsulada como era antes. Un papel muy concreto, muy específico, en el que solo podíamos hacer un tipo de cosa en el periodismo deportivo.

Y, además, solo podía hacerlo un tipo de mujer. Aquí los medios sí que le han dado una vuelta. Yo, por ejemplo, en La Sexta, tengo a mujeres en puestos relevantes como por ejemplo la realizadora o coeditora del programa. Ahora, ya no se nos examina por el género. También en DAZN, donde se ha asumido la normalidad de lo que tiene que ser normal. Aún hay que seguir analizando estos casos con lupa y tenemos que seguir luchando para que no tengamos que hacernos estas preguntas”, subraya.
“Me han insinuado que estoy donde estoy por un trato de favor”
En esta normalización también ha jugado un papel importante la forma en la que se ha ido derribando el machismo que reinaba dentro de las redacciones de los medios de comunicación. “La verdad es que tengo mucha suerte porque trabajo en un sitio en el que siempre me he sentido muy valorada. Independientemente de ser mujer o hombre, desde el minuto uno se me han dado responsabilidades, se ha confiado en mí plenamente para cosas en antena como presentar programas como Tiempo de Juego o los deportes en La Linterna, que dirige Manolo Lama. Siempre me he sentido muy valorada”, afirma Andrea Peláez (Zamora, 33 años).
La periodista de la Cadena COPE, donde forma parte del equipo de ‘Tiempo de Juego’ dirigido por Paco González y es una de las nuevas voces que ha tomado el difícil relevo de Pepe Domingo Castaño en los espacios publicitarios del programa deportivo, coincide con sus compañeras en que se han derribado muchos muros en el periodismo. No obstante, relata situaciones en las que se sigue evidenciando la necesidad de seguir progresando en esta línea.
“Me he encontrado en determinados momentos con gente, de fuera de mi redacción, que sí que me han insinuado en algunas ocasiones que estoy donde estoy por algún trato de favor o por ser ‘amiga o conocida de’. Creo que las mujeres seguimos sufriendo este tipo de cosas, que se nos pone en duda y se pueda llegar a pensar que estamos donde estamos por algún tipo de favor y no por lo que valemos”, puntualiza.
Al tiempo, valora la irrupción de cada vez más mujeres cualificadas en este sector: “Cada vez se apuesta más por figuras de mujeres que son absolutamente talentosas y que tienen conocimientos y tablas innatas. Y esto ya no va acompañado de una necesidad de imagen para sexualizar sus figuras. En el mundo del fútbol femenino, en el que hay mayoría de mujeres, se ha demostrado que tienen sobrado talento”.
Sobre la dura tarea de cubrir la sensible baja de Pepe Domingo Castaño en la publicidad de COPE, Andrea Peláez se siente muy valorada por la apuesta de Paco González. “Siempre me he sentido respetada y valorada y por eso no se ha dudado a la hora de ponerme al frente de lo que se haya necesitado en antena. Como es el caso de la publicidad”, incide.
Sería difícil determinar qué ha sido clave para la explosión definitiva de la presencia de mujeres en el periodismo deportivo. “A mí me ha dado la sensación de que el gran salto de todo esto se dio gracias al Mundial de Australia y Nueva Zelanda. Creo que la lucha que hicimos las periodistas. No solo cubriendo la información deportiva, sino con todo lo que pasó, abrió los ojos a mucha gente y a muchos medios. En el que yo estaba, por ejemplo, se insistió en que tenía que haber mujeres en todos los programas. Algo que no había pasado hasta ese momento. Por lo que la lucha y el éxito de la Selección también nos han ayudado a nosotras las periodistas deportivas”, señala Irati Vidal (Cambrils, 30 años), narradora de DAZN, Disney+ y Radio Marca y colaboradora como tertuliana en varios medios televisivos y radiofónicos.
“Ha cambiado todo muy rápido. Yo cuando me quise dedicar a esto yo no me imaginaba estar haciendo todo lo que estoy haciendo ahora. Y no me lo imaginaba porque no había referentes. Yo veía a hombres que opinaban, comentaban o narraban partidos y las mujeres eran más periodistas de pie de campo o presentando programas. Yo me imaginaba terminar en algo así, pero nunca pensé que acabaría narrando. Cuando me llegó la oportunidad de narrar un partido fue como un shock porque yo estaba haciendo resúmenes. Es un poco la diferencia con muchos compañeros que siempre soñaron con ser narradores porque siempre escucharon voces masculinas haciéndolo”, reflexiona.
“Muchas niñas escucharán voces femeninas y dirán: ‘Yo quiero narrar’”
Y destaca la gran relevancia de que cada vez haya más ejemplos para las niñas que, como ella, querían ser periodistas deportivas desde que eran muy niñas. “Yo creo que, a partir de ahora, muchas niñas empezaran a escuchar voces femeninas y dirán: ‘Yo quiero narrar’. Todavía hay medios que creo que están como con el cupo de cumplir el expediente con una mujer narradora y ya. Yo misma me he encontrado a veces con barreras de pedir narrar partidos y que no se me diera la oportunidad”, remarca.
De `mujer florero´a las mesas de debate
La periodista y narradora anota otro detalle determinante en este crecimiento: “El gran paso para mí es que hemos pasado de tener una ‘mujer florero’ en los programas deportivos para que estuviera allí sin opinar, narrar o comentar. Solo dando paso a los hombres. Y ahora las periodistas empezamos a hablar de fútbol masculino y ahora ya no es tan raro como se veía antes. No solo en el entorno de los medios. Yo he crecido sintiendo que me miraban raro por ser mujer y hablar de fútbol. Yo creo que las televisiones públicas han ayudado también mucho a que se dé este paso. En Cataluña, por ejemplo, TV3 ha apostado mucho por crear mesas de debate con mujeres que hablen de fútbol masculino”.
En esta línea, cuenta situaciones que le han ocurrido a ella misma: “A mí me pasaba antes que entraba en el plató para hablar de fútbol femenino y cuando empezaban a hablar del masculino me echaban del plató. Yo sé que, en ese momento, mis compañeros no eran conscientes, pero yo también podía opinar de fútbol masculino. Y eso ha cambiado ahora. Queda mucho aún, pero estamos en el camino de que la gente se acostumbre y vea cada día. Es un proceso. Y entiendo que se irá normalizando poco a poco”.
La lucha silenciosa
Y, por último, lamenta los mensajes que reciben las periodistas como ella en las redes sociales. “Cuando un medio sube a las redes sociales un vídeo de una opinión sobre fútbol de una mujer el 90% de los comentarios es mandándote a fregar y es algo con lo que hemos tenido que convivir siempre. Aunque sí que es cierto que se están reduciendo más últimamente y el hecho de que seamos cada vez más periodistas deportivas ayuda”.
Todas ellas representan esa lucha silenciosa que ha reclamado el lugar que merecen ellas en el periodismo deportivo. Un espacio que, durante décadas, fue casi exclusivo para las voces masculinas. Y en el que ellas casi que tuvieron que pedir permiso para entrar. Su irrupción no es noticia. Sí lo es la fuerza con la que sus figuras se han convertido en voces autorizadas en este ámbito. Porque las mujeres no solo llegaron para quedarse en el periodismo deportivo sino que lo han transformado y ampliado su mirada. Quitando vendas en los ojos y martilleando conciencias para que ahora sean menos los que las miren con dudas. En el horizonte, el momento en el que no haya nadie .


