La triple medallista olímpica Lydia Valentín es una de las más laureadas de la historia del deporte español. La de Ponferrada quiso reflexionar sobre lo que supone recibir una medalla debido a la descalificación por dopaje. En el marco del evento Tour Universo Mujer, la halterófila española protagonizó una de las declaraciones más contundentes de la semana.

La deportista, triple medallista olímpica y referente del deporte limpio, habló sobre el reciente reconocimiento oficial de una medalla que le fue otorgada años después de su participación. Tras la descalificación de una rival por dopaje. Durante la entrevista conducida por la patinadora olímpica Sara Hurtado y la periodista Teresa Díaz, Valentín expresó con firmeza su rechazo a la trampa en la competición y defendió la integridad como valor esencial del deporte.
Una medalla que llega tarde
La halterófila berciana recibió la medalla como consecuencia de la revisión de resultados realizada por el Comité Olímpico Internacional (COI), que descalificó a varias competidoras tras detectarse infracciones por dopaje en los análisis retrospectivos. Tras quedar quinta clasificada en los JJOO de Pekín, el 16 de enero de 2018, recibió oficialmente la medalla de plata en la sede del Comité Olímpico Español, tras la descalificación de tres rivales por dopaje: la china Lei Cao, la rusa Nadezda Evstyukhina y la bielorrusa Irina Kulesha.
En su siguiente experiencia olímpica, Londres 2012, volvió a repetirse la historia. Valentín quedo en cuarta posición, pero en 2019 recibió la medalla de oro tras ser las tres primeras halteras descalificadas.
Después de casi una década después de su participación, una situación que Lydia Valentín ha vivido con sentimientos encontrados. “Yo no quiero una medalla mordida, chupada, manoseada por otra persona qué para mi no es deportista, porque no está respetando los valores del deporte”, afirmó con rotundidad. Su frase, convertida rápidamente en titular en redes sociales, resume el sentir de muchos atletas limpios que ven recompensado su esfuerzo demasiado tarde.

El Tour Universo Mujer se ha consolidado como un espacio de visibilización y reconocimiento del deporte femenino español. Reuniendo a referentes de distintas disciplinas para compartir experiencias y promover la igualdad en el ámbito deportivo. En esta edición, el público pudo disfrutar de charlas, exhibiciones y entrevistas que pusieron en valor la perseverancia, el trabajo y la honestidad como pilares del éxito deportivo. La intervención de Lydia Valentín destacó por recordar que el verdadero triunfo no solo se mide en medallas, sino también con los valores del juego limpio.
Reflexión sobre la justicia tardía
Durante la conversación con Hurtado y Díaz, la deportista reflexionó sobre la frustración de recibir un reconocimiento años después. Sin la emoción del podio ni la celebración que acompaña a una medalla ganada en el momento. “El tiempo no se puede devolver, ni la sensación de subir al podio, ni el himno sonando para ti”, explicó. Sin embargo, también aseguró que el reconocimiento tardío es, al menos, una forma de justicia simbólica. Valentín insistió en que las instituciones deportivas deben seguir reforzando los controles y las sanciones para evitar que los casos de dopaje empañen la imagen del deporte internacional.

Sara Hurtado, quien ha vivido de cerca la exigencia del alto rendimiento en el patinaje artístico, destacó la fortaleza y coherencia del mensaje de Valentín. Teresa Díaz, por su parte, subrayó la importancia de que deportistas con tanta trayectoria utilicen su voz para denunciar prácticas injustas. El intercambio entre las tres mujeres transmitió un mensaje inspirador sobre la importancia de la ética, la transparencia y el respeto en la competición.
Inspirar desde la honestidad
Lydia Valentín, símbolo de la halterofilia española y embajadora del deporte limpio. Volvió a dejar claro que su mayor orgullo no está solo en las medallas, sino en haber mantenido siempre su integridad. Su intervención en la charla no solo recordó la necesidad de proteger los valores del deporte, sino que también reivindicó el papel de las mujeres deportistas como modelos de superación y honestidad. En un contexto en el que los casos de dopaje siguen generando debate, sus palabras resuenan como un recordatorio de que el verdadero triunfo es competir con honor y respeto.

