Queen´s ha vuelto a ser un torneo para ellos y ellas. Esto no siempre ha sido así. Más de medio siglo de espera para que el torneo antesala de Wimbledon se haya abierto al circuito femenino. La hierba del oeste de Londres ya es para todos, pero aún suspende en igualdad.
Los premios para tenistas hombres y mujeres no será el mismo, algo ya difícil de ver en los Master1000 o 500 que acogen a ambos.
Pero en Queen´s (llamado HSBC por motivos de patrocinio) continúa existiendo una clara diferencia entre lo que cobran los hombres en Queen’s, cuyo torneo comienza la semana que viene, y lo que ingresarán las mujeres.
Para ellas, la mitad
Mientras que el torneo femenino reparte 1,23 millones de euros, el masculino asigna a sus jugadores 2,5 millones de euros, es decir, más del doble. Ambos torneos poseen la misma categoría, ATP/WTA 500, la tercera más importante solo por debajo de los Grand Slams y los Masters 1.000. Pese a esto, Queen’s será el torneo WTA500 que más dinero reparta en todo el circuito.
Quejas por discriminación
Hace tres años, el canadiense Denis Shapovalov, ex ‘top ten’, tachó a Queen’s de ser un torneo “discriminatorio” contra las mujeres. Su queja se sustentaba en que el torneo no dejó que su novia, la tenista sueca Mirjam Björklund, entrenara en las pistas del club, por no ser participante del mismo, y aumentaba la presión sobre el galardonado como mejor ATP 500 del circuito para que acabara con una ausencia que se extendía ya más de medio siglo.
Murray predica con la igualdad
Una de las mayores leyendas vivas de este deporte, Andy Murray, ya retirado, fue el maestro de ceremonias este lunes de la vuelta de la WTA a Queen’s. El británico ha sido siempre uno de los mejores embajadores del tenis femenino y defensor de la igualdad. De hecho, es pionero en haber contratado a una mujer, Amélie Mauresmo (la actual directora de Roland Garros), como entrenadora. También recalcando que en los récord del tenis hay que incluir también a las mujeres.
A partir de esta edición la central londinense llevará su nombre, la pista “Andy Murray Arena”, y en dicho estreno compartió su alegría porque la WTA vuelva a Queen’s.
“Es brillante”, dijo el escocés antes de pelotear con Laura Robson, junto a la que ganó la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Londres 2012. “Es una gran oportunidad para que las mujeres jueguen aquí”, añadió.
Las mejores, ausentes
Eso sí, las mejores tenistas del circuito no han apoyado a Queen´s. Bien por estar en días de descanso como es el caso de Sabalenka o Coco Gauff, reciente ganadora de Roland Garros, la primera cabeza de serie ha sido la tenista china Zheng. La segunda es Madison Keys.
Petra Kvitova, ganadora de dos Wimbledon, y Beatriz Haddad-Maia, toda una top 20, fueron las encargadas de jugar el primer partido en la pista central de Queen’s en más de cincuenta años y dan comienzo a una semana en la que sólo once de las veinte mejores del mundo estarán presentes en el oeste de Londres.
A nivel de entradas, el masculino, que incluye entre sus participantes a Carlos Alcaraz y Jack Draper, está todo agotado. Para el femenino aún hay entradas disponibles.
Compromiso por igualar los premios
El compromiso de la LTA, la federación de tenis británica, es lograr la igualdad en premios ATP y WTA de cara a 2029, cuatro años antes de lo establecido por ellos mismos, que pautan el límite para conseguirlo en 2033. Para los eventos que se disputan en la misma semana, es decir, el caso de Birmingham y Eastbourne, por ejemplo, la fecha límite es 2027.
“Queremos lograr la igualdad de premios lo antes posible“, aseveró Scott Lloyd, presidente ejecutivo de la LTA. “El compromiso de la LTA es que crezca el tenis femenino, tanto el profesional como el de base y este movimiento es importante para ello”.
Los Grand Slams ya alcanzaron la igualdad de premios a diferente ritmo-US Open (1973), Abierto de Australia (2001), Roland Garros (2007), Wimbledon (2007)-, pero existe aún descompensación en muchos otros torneos, especialmente visible en aquellos que se disputan en las mismas fechas e instalaciones.
Queen´s afortunadamente, ya no es cosa solamente de hombres.